Tiene mucha razón Elena, madre de Adara, cuando hace la observación de que la relación entre los concursantes es buena y solo se ve perturbada por alguna discusión surgida a lo largo de la semana. La tira diaria con el resumen de lo sucedido muestra ese buen ambiente que reina en general, pero los programas del prime time se centran más en los roces de la convivencia. No discuto el criterio, por otra parte lógico. Si en el ‘Tierra de nadie’ de esta noche nos muestran a los concursantes pescando, recopilando leña y de buen rollo apagaríamos la tele enseguida. Pero no está de más que alguien como Elena repare en esto, que ha comentado ya en un par de ocasiones por lo menos.
Digo lo anterior y lo enlazo con algo que expresé ayer. Todos aquellos que dramatizan protestando por el trato que “sufre” un concursante como Asraf, así como quienes se quejan de las provocaciones de este, deberían pararse a pensar en lo que dice Elena y en lo que coincido al cien por cien. No está justificada la preocupación porque la mayor parte del tiempo es un grupo compacto que trabaja por el bien común. No todo son discrepancias y discusiones, se llevan todo lo bien que es posible en un grupo reducido de personas hartas de verse las caras todos los días. Llevan conviviendo más de tres meses, y aunque algunas semanas no coincidieran porque habitaban localizaciones diferentes, el nivel de fatiga debe ser importante.
Quiero decir que bastante buena es la convivencia para llevar tanto tiempo soportándose unos a otros, aunque no todos son igual de insoportables. Según se va a acercando el final la ligazón entre los concursantes es mayor porque tienen menos personas en las que apoyarse. Son náufragos que se necesitan unos a otros, lo cual termina facilitando la relación entre personas que no siempre se han llevado bien. Si no me equivoco, esta noche veremos la especial relación que están teniendo estos días Alma y Artur, que nunca han congeniado bien del todo. Lo mismo pudimos observar entre el propio Artur y Bosco cuando los principales apoyos de este desaparecieron. Aparte de algunos vaivenes lógicos, son frecuentes los acercamientos entre concursantes durante las últimas semanas de aventura.
Dije antes que no todos son igual de insoportables, o de soportables, que viene a ser lo mismo. Y no estoy pensando en Asraf, con quien la convivencia es complicada porque no solo es pejiguero y protestón, sino que se sitúa con frecuencia en un plano superior desde el que mira a sus compañeros y les juzga de acuerdo con su nivel de exigencia. Asraf querría que todos fueran tan buenos supervivientes como él mismo y le frustra que le sigan en eso a tanta distancia. Lo de Artur, de quien quería hablar, es otra cosa. Este concursante simplemente querría imponer su voluntad, hacer y deshacer a su antojo. También ve a sus compañeros desde su superioridad, pero en su caso no es por su propia excelencia sino por cierto deseo de poder. Le gustaría desempeñar el poder. Un poder omnímodo, es decir, dictatorial.
La frustración de Artur le lleva a aprovechar cualquier resquicio, la más mínima oportunidad, para intentar hacer lo que le rota, sin tener en cuenta al grupo. Supongo que necesita zafarse de esa convivencia inevitable con gestos de marcado individualismo. Por ejemplo, cuando guarda las pertenencias de Raquel en su petate en lugar de ponerlo junto a la dotación semanal de comida. La separación entre la propiedad privada y el bien común desaparece con un extraño trasvase de un lado a otro. La herencia de Raquel debe ser un bien común, del que ni Artur ni nadie debería hacer un uso privativo.
Debo recordar que cuando Raquel estaba a punto de subir a la barca para poner el punto final a su estancia en el programa dijo con meridiana claridad que dejaba todo lo que había recibido de las recompensas, en particular la comida, para todos. Se marchó casi con las manos vacías, excepto el cofre con el kit de pesca que le dieron por haber llegado a las cien capturas, marca solo conseguida por ella y por Manuel. Por cierto, me llamó la atención que no dejara también el hilo, los anzuelos y las pesas a sus compañeros, lo cual les ayudaría en la pesca porque son elementos que se parten o pierden con frecuencia. Con haberse quedado el cofre de recuerdo hubiera bastado, pero solo dejó algún anzuelo a Artur porque se lo pidió.
Cuando el resto del grupo llega a cayo Paloma solo está allí Artur, que había disputado (y ganado) a Raquel el voto de urgencia. En ese momento todavía no se había guardado todo entre sus pertenencias personales, pero al rato había volado ya lo que faltaba, como son las especias. ¿Qué diablos quería hacer Artur con las especias? ¿De verdad iba a disfrutar de ello en soledad? El simple hecho de estar hurtando de ese bien a sus compañeros parece que debería servir para no poder disfrutarlo. Además, ¿cómo pensaba consumirlo? No se me ocurre ningún uso del comino que no sea para cocinar, pero estoy abierto a cualquier revelación al respecto. No es la primera vez que Artur hace algo así. Su egoísmo está en relación con la obsesión que tiene por la comida.
Dentro del dramatismo con el que analizan este concurso algunos espectadores, y que llevo comentando ayer y hoy, se está exagerando el nivel de sacrificio que supone para Adara cumplir con sus cinco penitencias. Bien es cierto que lo de las gafas de no ver era sabido el pánico que le supone. Lo pudimos comprobar en una misión del pirata en la que Adara debía ir hasta el árbol del ahorcado con los ojos tapadas y acompañada por varios compañeros. El resto son bastante normalitas, hasta llegar al corte de pelo, una de las debilidades de ese pirata muy pirata. Laura Madrueño se ha especializado en el sector peluquero y ya se lo ha cortado a Jonan, Alma y Adara. Los tres amigos volverán a Madrid con menos pelo.
Se ha estado hablando de la discusión de las almendras, que tal como ha sido mostrada es imposible de entender. La cosa comenzó con Asraf censurando a Artur por llevar toda la mañana (seguro que fue un ratito solo) pelando almendras para luego guardárselas. Digo yo que da igual comérselas según se van pelando que guardarlas para luego, pero no me voy a meter en una discusión que no vimos por donde discurría después. Porque en el siguiente plano la discusión había pasado de estar protagonizada por Asraf y Artur a ser cosa de este último y Alma.
Dije ayer que Alma solo había intentado poner claridad, lo cual es un poco arriesgado a pesar de intuirse en lo visto. La verdad es que vemos a esta concursante diciendo que Asraf y Artur hablaban de cosas diferentes y ella solo intentaba que se dieran cuenta del error. Pero sin la parte de conversación que falta es imposible saber cuales eran esas dos cosas diferentes de las que hablaban y si era así o no. Lo doy por supuesto porque el resto del grupo le da la razón a Alma. Aun así, sin poder verlo debería haberlo puesto en cuarentena. Tengo la esperanza de que en el programa de esta noche podamos salir de dudas y nos muestren lo que falta de la secuencia. Lo que veremos seguro es la salvación de Alma, Artur, Jonan o Bosco. Creo que va a estar reñido y aunque hace semanas hubiera apostado cinco contra uno por Jonan ahora no lo tengo claro, entre otras cosas porque Bosco ha ganado puntos últimamente. También veremos el puente de las emociones de Alma y la semifinal de la prueba de líder.
Pocas palabras y muchas imágenes hoy, tanto en el Moleskine del gato como en los momentazos. Veremos así el momento genial en el que Asraf contradice a todos, incluyendo a las fantasmas del pasado. Y también la demostración de que Manuel dijo la verdad en su entrevista e Isa Pantoja no tiene razón cuando dice no haber visto lo que cuenta su primo.