Ya dije que me parecía una pataleta casi infantil y nada lógica. Visto lo ocurrido después me reafirmo y doblo mi juicio crítico. Ya sabía yo que se iba a seguir hablando de esto, aunque el lunes alguien me dijo que había pasado “de puntillas” por el tema. Porque, claro, dedicarle una quinta parte del escrito hay quien lo considera poco. Pues aquí tienen más de lo mismo. Incluso esa parte esperada por los enemigos de los Bollo, el gran error de Alma, una excusa para crucificar al amanecer a esta concursante. “Son payos, repayos”, exclamaba Alma en medio de su monumental enfado. Ya lo tienen ahí, pueden decir cosas como eso de que al revés hubiera sido un escándalo. Pues claro, pero no seré yo quien les explique por qué.
También le preguntó Alma a Bosco si todos los de sangre azul eran como él, o algo así, además de meterse con su supuesta falta de actividad o los pocos contenidos generados en lo que lleva de concurso. A ver, Alma Bollo, que Bosco Blach Martínez-Bordiú tiene apellidos rimbombantes, pero de nobleza más bien poca. Quiero decir que no es tan aristócrata como se podría suponer, nada relativo a su honestidad. Bosco fue el objeto de la furia de Alma, muy molesta porque le quitara casi de las manos alguna de las boyas lanzadas por tito Pocholo. No creo que lo hiciera a propósito, y tampoco es quien más boyas cogió. Su generosidad cediendo a Alma dos de los premios conseguidos no sirvió para aplacar la furia de su oponente.
Bosco está siendo puesto en la diana de forma bastante repetida no solo por Alma. También están al acecho su hermano Manuel, y la tormentosa madrugada de la lona protegiendo el fuego se les unieron Jonan, Asraf, Artur, Arias… en fin, me da la impresión de que prácticamente todos. Excepto Adara, que tras un rato sujetando la lona decidió protegerse bajo las rocas junto a Bosco. Este no sujetó la lona ni un segundo. Lo gracioso es que ante el ruego de sus compañeros ambos permanecieron inmutables. Y Adara clamando al cielo: “Todos somos iguales”. Hombre, en este caso hay unos más iguales que otros, porque no todos contribuyeron a preservar el fuego de la lluvia.
En la más pura tradición del escaqueo ilustrado, no solo hicieron caso omiso de la petición de sus compañeros, sino que dieron unas excusas disparatadas, como que no cabía más gente bajo la lona. “Pero si se ha metido hasta el cámara”, decía Alma. No quisieron colaborar. Alguien me dirá que están en su derecho. Claro, cómo no. Que sea otro quien les dé lecciones sobre lo que deben hacer y lo que no. Yo solo hago una simple reflexión: ¿de verdad no tuvieron mala conciencia viendo al resto de compañeros sujetando la lona sobre el fuego y ellos sentaditos y más o menos protegidos por las rocas? Hay personas a las que se les consiente todo, lo cual es envidiable. Si esto mismo lo hacen otros les habrían dicho de todo, y nada bueno. Como son Adara y Bosco toca cambiar de conversación y hablar de la última encuesta del CIS. O algo.
A la mañana siguiente, Jonan iba por el camino de la ironía y le preguntaba a Bosco si le había dolido la muñeca de sujetar la lona. Asraf se empleaba en el reproche: “Qué fuerte lo tuyo, Bosco”. Entonces Jonan se subía al carro de Asraf y le reprochaba a Bosco: “Te dijimos veinte o treinta veces que salieras a ayudar con la lona”. ¿No es un poco extraño que toda la bulla le cayera a Bosco y Adara se fuera de rositas? Esta pergeñaba una excusa: “Si hubierais salido alguno para dejarnos sitio, pero seguíais todos ahí debajo”. Claro, porque había sitio suficiente para dos más. Y ya puestos para un equipo de futbito, jugadores reservas incluidos, si hiciera falta.
Tampoco quiero apuntarme al tiro a Bosco, porque por otro lado me da pena que no tenga apenas eco muchas veces su labor como superviviente. Si le viéramos más en esa tesitura, seguramente dudaríamos si es mejor Jonan o él en ese aspecto. Los exconcursantes de esta edición destacan su ayuda con la leña. Y en lo que se refiere a la pesca, le ha cogido el tranquillo y lleva ya tres king crabs (cangrejos gigantes). Jaime ha capturado uno más de esa especie cuyo precio en un restaurante es prohibitivo para muchos. Pero a Bosco le vemos poco ayudando con la leña o consiguiendo marisco del bueno para todos.
En lo que sí coinciden Bosco y Jonan es en la confianza que tienen en ellos mismos. Los dos parecían convencidos de que se salvarían anoche. También coincidían en que la expulsión estará entre Artur y Jaime, siendo este último el expulsado. La segunda parte habrá que esperar a mañana para comprobarlo, pero en lo primero ya sabemos que tenía razón Jonan. Fue el único en no caer al agua desde el barco de la ceremonia de la salvación. Si fuera amigo de Jonan preferiría que no se hubiera salvado. Tanta confianza en sí mismo no le está haciendo bien. No compro a ese Jonan subidito, convencido de que se va a ir cargando a todos sus compañeros uno a uno.
En un reto del pirata Morgan debía dar una master class Manuel, superviviente que más peces ha capturado desde el principio de la edición. Él debía poner el número de capturas que debían hacer sus compañeros, que fijó en cinco. Como Jonan es vegano y no pesca debía memorizar los nombres de animales dibujados en al menos 15 tablillas de un total de 24. Si Jonan no fallaba y sacaban esos cinco peces tendrían una suculenta recompensa. Manuel estuvo bien como maestro y puso un reto realizable. Pescaron todos menos Alma y Jaime, lo cual le valió a Adara para burlarse de este compañero. Donde las dan las toman… y callar es bueno.
El motivo de polémica estuvo a la hora de repartir las galletas de la recompensa, que incluía también café o leche. O sea, lo necesario para hacerse un desayuno sin coco. Manuel repartió dos galletas para cada uno y con las sobrantes no quiso optar por una decisión salomónica. Había que decidir y repartió una galleta para cada compañero que había pescado, otra para Jonan por superar con creces su parte del reto y una última a Alma por el esfuerzo. Un esfuerzo que en Jaime no parecía tener la misma valía. Se habría complicado menos la vida si le da media galleta a cada uno. De este modo es inevitable seguir pensando que concursan en pack.
En cuanto a Ginés, creo que no merece llegar a plató después de setenta días de supervivencia y que una colaboradora le llame caradura. O que le acuse de insensible porque mientras su padre lloraba (no paró en todo el tiempo, lo cual me dio mucha pena) Ginés se volvía a saludar un momento a Diego. Este fue su amigo durante todo el concurso, pero no ha esperado a hablar con él antes de expresar unas dudas y sospechas que no le dejan en buen lugar. Me parece un triste e injusto panorama, aunque Ginés parecía encantado ante un futuro próximo lleno de tele y con muchos polígrafos (la máquina de la verdad lo llama él, en lo que parece un homenaje a Julián Lago).
Trato en el Moleskine del gato la acogida que tiene en el grupo cada cambio de playa, según lo visto en su último traslado, de playa Pelícano a playa Coco. Y una noticia de alcance que me han facilitado mientras grababa el video. Además, El gato nomina, y hoy daré nombres que nunca he dicho nominando.