En esta historia algunos quieren mostrarse diferentes de lo que son y a otros les gustaría, sin conseguirlo, ser vistos como realmente son. También hay quien quisiera que los otros se mostrasen de manera distinta, incluso que manifestasen un estado de ánimo diferente al que están sintiendo. Jonan critica a los del otro lado de la playa porque están tristes y mientras lo hace me transmite tristeza. No entiendo por qué debería nadie mostrarse alegre sin sentirlo. Por lo pronto, es algo contrario a lo que pretende un reality. Si algo aconsejan a los concursantes antes de comenzar su aventura es que se muestren como son. Intentar dar una imagen que difiera de la realidad es un error y, por lo general, el anuncio de un fracaso futuro.
Otro caso es el de los concursantes que se dejan invadir por el ambiente que les rodea. Raquel Arias hubiera sido una concursante más alegre si no llega a estar unida a Raquel Mosquera al principio, a Yaiza después y ahora esté dejando que su imagen de buena superviviente se diluya sumida en la vaciedad de ese lado de la playa. En mi opinión, el problema no es que estén tristes, sino que ni se nota su presencia. La sensación que tengo es de que estuvieran a punto de convertirse en estatuas de sal cada vez que miran hacia atrás y recuerdan lo que fueron, o lo que quisieron ser y no pudieron. Son como Lot, aquella mujer del Génesis que se convirtió en estatua de sal después de mirar hacia atrás escapando de Sodoma junto a su familia.
Aunque no lo creo, podría haber un diamante en bruto en medio de ese grupo de concursantes que languidecen tras el fracaso que supuso encubrir a Yaiza y a buen seguro harían las cosas de forma diferente si se volvieran a repetir ahora. Es como aquella águila que hizo siempre vida de gallina. Dice la historia que un guerrero indio encontró un huevo de águila, pero lo puso junto a los que iba a empollar una gallina. El aguilucho rompió el cascarón junto a pollitos y toda su vida transcurrió en la conciencia de que era una gallina. Un día, ya vieja, el águila estaba mirando hacia arriba y tuvo una visión magnífica. Un pájaro majestuoso volaba a cielo abierto como si no necesitase hacer esfuerzo alguno. Impresionada, se volvió a la gallina más cercana y le preguntó: “¿Qué pájaro es aquel?”. La gallina miró para arriba y respondió: “Es el águila dorada, reina de los cielos. Pero no pienses en ella, tú y yo somos de aquí abajo”. El águila no volvió a mirar hacia arriba nunca más y murió creyendo que era una gallina, tal como le habían tratado siempre.
Por si no fuera poco la confusión que algunos tienen sobre lo que son capaces de dar, si su papel en el concurso sería de águilas o gallinas, la visita de Raquel Bollo a sus hijos anoche puede hacer que estos se conviertan de repente en hermanitas del Sagrado Corazón de Jesús, caritativas y benefactoras como el que más. Raquel les pide que sean ellos mismos, aceptando que con algunas personas se llevan mejor que con otras, pero aconsejándoles finalmente que moderen sus formas. “Tú no eres de hablar mal”, le dice a Alma, añadiendo: “Y estás todo el día con ‘mi puta madre’ en la boca”. Alma explica innecesariamente que no piensa en ella cuando dice semejante barbaridad. Raquel hace lo que debe, como madre y dada su experiencia televisiva. Además, es cierto que los concursantes pueden ser un mal ejemplo para una parte de la audiencia, en especial los más jóvenes. Pero espero que Manuel y Alma no le hagan mucho caso.
Es una preocupación en vano porque nunca hacen caso. Por muy madre que sea, cuando le dice a si hijo o hija concursante que no haga tal cosa ya puede asumir que no va a conseguir nada. Va a ser darles la espalda y volver a mostrar su temperamento impulsivo. Manuel saltará en cuanto veo algo injusto y Alma seguirá diciendo palabras gruesas de esas que nunca dice, o eso se piensa su madre. Por suerte, es imposible fingir todo el rato. Como nunca dijo Abraham Lincoln (aunque se le atribuyó durante siglos): “Se puede engañar a todas las personas una parte del tiempo y a algunas personas todo el tiempo, pero no engañar a todas las personas todo el tiempo”.
Contribuyó anoche a esta especie de ceremonia de simulación una Yaiza que aparentaba haber visto a la virgen y todos los arcángeles en el viaje de vuelta a España. Con cara seria de iluminada, parecía una viuda doliente, por lo que no le dieron muy fuerte los colaboradores hasta que se soltaron y terminaron tratándola como si hubiera matado al mismísimo Chanquete. Yaiza se apretaba los ojos sin conseguir que saliera ni una lágrima. Buen intento. La pertinaz sequía de sus ojos no le hizo cejar en el empeño de simular estar arrepentida. Hasta se puso de rodillas a los pies de Mosquera pidiendo perdón. No es que buscase árnica, sino que parecía estar demandando el trabajo de su vida.
Pero al final la cabra tira al monte y a Yaiza le falló el guion. Imposible entender lo que quiso sugerir repitiendo que nunca se sintió concursante. Y no olvidemos que es pareja del hombre que afirma: “La mujer está más protegida que el lince ibérico”. Ella dijo anoche que se ha comportado de forma violenta, invadiendo el espacio de los demás y gritando a escasos centímetros de sus caras porque siempre ha trabajado al lado de hombres. El despropósito de su tesis hace que lo de los linces quede como una broma sin gracia y poco más. Jonan le afeó la frase a Ginés mientras disfrutaban de la última recompensa, a la cual acompañaban unas preguntas que se debían hacer uno al otro y viceversa. Ginés respondió que es una de las frases que él dice habitualmente en el casino con los amigos, o algo así. Como si eso mejorase en algo el dicho.
Así que se está quedando un panorama muy alentador. Yaiza en plató haciendo el papelón de su vida, compungida por sus errores y llorando sin echar una lágrima. Y en playa de los Olvidados una Raquel Bollo correctísima, que no solo se encontró con sus dos hijos, sino también con Asraf, a quien dio un abrazo que parecía su madre. Acostumbrado a ser baqueteado, vi a Asraf fuera de lugar y un poco descompuesto. Si le llegan a tratar así sus compañeros hubiera tenido mucho más difícil su estrategia de la gota malaya. Aunque al final les hubiera sacado de quicio igualmente con cosas como acusar a Alma de repartir la comida de forma poco igualitaria, para luego reprocharla que hubiera hecho un Deluxe y finalmente decir: “Si yo solo he preguntado por la comida”.
Si Manuel y Alma hicieran caso a su madre estaríamos ante lo más parecido a una congregación de voluntarios arrepentidos por la paz y la concordia mundial, con la madre superiora Yaiza en plató encargada de repartir absoluciones. ¡O beatificaciones! Ya están en el proceso Asraf y Adara, santos y mártires ungidos con el óleo sagrado de la inocencia y ausencia de maldad. A la cola Manuel y Alma, que de hacer caso a su madre se dedicarán exclusivamente en adelante a hacer bailecitos de TikTok promocionando Ali, la canción de Manuel que salió al mercado estando ya en Honduras.
Y se salvó Asraf, adelantando a Jonan por la derecha y tan cerca que casi le levanta las pegatinas, como dicen en la Fórmula 1. Al lado de ambos estaba también Diego, que se salvó al comienzo de la edición, pero desde entonces ha llovido, sobre todo en el Caribe. Alma lo vivió desde playa Olvidados y junto a su madre. Anoche Laura Madrueño daba las instrucciones de la prueba de lujo a distancia porque la edición italiana va los lunes, pero al coincidir esta semana con el primero de mayo lo pasaron al martes. Como los recursos compartidos por las ediciones de ambos países son limitados, en estos casos Laura no puede estar junto a los concursantes. Ah, y mañana llegará la reunificación de la unificación. Es decir, Jaime y Artur se integrarán en un único y definitivo grupo.
Si quieren animarse con el bailecito que se echaron los Bollo anoche miren el Moleskine del gato en vídeo. Además, hoy El gato nomina.