Asraf duerme plácidamente, ignorante del peligro en ciernes. Si pudiera dormiría como los gatos, con una oreja en punta y atento a lo que sucede a su alrededor. Son muchos los enemigos que le rodean y le convendría estar siempre alerta. Pero es humano, necesita dormir y descansar como un guerrero asediado por una malvada turba que solo persigue su naufragio como concursante. La pesadilla real del superviviente, el náufrago naufragado. Pero en esta ocasión el peligro no es ninguno de sus compañeros eventuales, habitantes de la isla que en la que está él mismo. Inasequibles al desaliento, sus enemigos están por una vez a lo suyo, sin estrujarse las neuronas para ver cómo hacer la vida imposible a Asraf. El grueso del grupo está en retirada, a punto de acostarse, cuando observan el peligro junto a su enemigo.
En dirección al novio de Isa Pantoja, cada vez más cerca de él, hay un ermitaño de tamaño descomunal, un gigante que amenaza la integridad de nuestro quijote en playa Cabeza de León. Es Ginés, con sus hechuras de Sancho Panza, aunque sin tanta pinta de bonachón, quien da la voz de alarma para que aparten la bestia parda que está a punto de acabar con el disidente, ese al que Diego deseó que se ahogase mientras pescaba. Porque claro, cuando cualquiera de nosotros decimos “¡te voy a matar!” estamos anunciando un asesinato, y cuando se dice “piérdete” deseamos de verdad que nuestro interlocutor desaparezca fruto de la confusión o la falta de orientación.
Es Ginés quien aparta con sus propias manos el peligro que acechaba a Asraf. Lo nunca visto, por una vez en lugar de desearle todos los males se deciden a salvarlo. Debió ser esa la buena acción del día: salvar al superviviente Asraf. Este abrió fugazmente los ojos, ignorante de lo que le rodeaba. Por una vez que le hacen el bien y ni se entera. Más espabilado hubiera visto el peligro inminente, siendo testigo de cómo enseguida Ginés se convertía en su improvisado ángel de la guarda apartando el peligro de su lado. Si no vivieran en una isla perdida en medio del mar Caribe hubieran tenido que tañer las campañas anunciando la buena nueva. ¡Aleluya! Asraf ha sido salvado.
Si digo la verdad, Asraf abre el ojo cuando todavía está el pobre ermitaño a su lado y los mantiene abiertos el tiempo suficiente para que Ginés lo coja y lance bien lejos del rincón de la playa donde duermen. O sea, lo vio todo, aunque le otorgo el beneficio de la duda y puede que no se enterase al estar más dormido que despierto. Si lo vio dudo que vaya a cambiar su opinión sobre el grupo, lo mismo que en sentido contrario. Tengo dicho que mantienen una enemistad irreconciliable, cuyo origen convendría recordar. Aunque no me apetecería nada si el objeto de hacerlo fuera cambiar la opinión de algún espectador, convencido de que Asraf está siendo tratado con crueldad sin que él haya hecho nada para merecerlo.
Igual que entre Asraf y los demás (todos, excepto Adara) parece casi imposible una reconciliación, no creo que nadie vaya a cambiar ya su postura respecto a este conflicto. Quienes creen que Asraf es un dulce angelito al que machacan por afición lo van a seguir pensando. Del mismo modo que no cambiarán quienes opinan que ha provocado la reacción de sus compañeros, promoviendo el enfrentamiento y el mal rollo al ser consciente de que siendo minoría enfrentado a todos tendría a buena parte de la audiencia metida en el bolsillo, afligidos por lo mal que se lo están haciendo pasar.
He visto a Asraf comenzar los malos rollos con discusiones absurdas en las que tuvo una actitud bastante deplorable, despreciando a sus compañeros hablándoles con prepotencia y altivez. Si no me equivoco, la primera fue con Ginés a cuenta del fuego, y ya entonces vi hacer la observación sobre su cambio de actitud cuando aparecen las cámaras. A ese enfrentamiento le siguieron otros y no siempre comenzó él. Manuel fue responsable de uno de esos momentos, como cuando le reprochó que se pusiera a barrer la playa al ver acercarse las cámaras. A veces no empezó Asraf, pero no se me escapa que su estrategia ha sido presentarse como el pobrecito de esta historia, aquel contra el que están sus malignos compañeros, casi sin excepción.
Asraf no tiene nada de envidia de que Diego pesque más que él. En absoluto. Ni está permanentemente contrariado, pase lo pase. ¡Pero si tendría que estar aplaudiendo con las orejas por lo bien que le están saliendo las cosas! Ha conseguido que los borregos de sus compañeros caigan en su trampa y le hayan convertido en el mártir de Supervivientes 2023. Ni siquiera se han dado cuenta de aquello que tiene en contra: su propio historial. Asraf no solo ha llorado en este reality. Lo ha hecho en otros, pero también por los platós. Cualquier excusa es buena para echarse unas lagrimitas. Y respecto a su participación en realities no siempre ha estado en el lado débil, también hubo alguno donde era parte de la mayoría contra el grupo minoritario. Fue entonces cuando se debió dar cuenta de lo rentable que era tener a todos en contra.
La torpeza de quienes lo han convertido en un mártir es mayor desde que apareció Yaiza, cuyas maneras son especialmente denigrantes para cualquiera. Empiezo a entender que produzca pena, visto como lo han tratado últimamente, principalmente Yaiza y (más moderadamente) Ginés, con la inestimable aportación de Diego o la incorporación de Raquel Arias o Arelys, en otros momentos más neutrales o aspirantes a mediar en el conflicto. Entre todos la mataron y ella sola se murió. Mientras tanto, es un clamor que el pobrecito Asraf lo está pasando súper mal y la organización debería tomar medidas contra sus maléficos compañeros. Ver a gente adulta y normalmente juiciosa haciendo acusaciones graves, mezclando con el concurso problemas importantes que vive nuestra sociedad me parece sencillamente deprimente.
Esto es un concurso de telerrealidad, quien se presenta sabe que va a competir con un grupo de personas que tienen el mismo objetivo de ganar un premio bastante importante. Como en cualquier reality la lucha psicológica es más importante que cualquiera otra. El hambre, los mosquitos y el clima son una minucia al lado de ese aspecto, auténtico motor de este formato. Estamos apañados si empezamos a impedir que cada uno se plantee el juego como quiera. Personalmente me alegro de que Asraf haya elegido la vía del victimismo y la provocación. Del mismo modo que respeto las respuestas de los demás concursantes, incluso las más macarras. Cada cual decide si está con unos, con otros o con ninguno, y en este último caso si prefiere por un poquito a unos u otros. O a ninguno, en todo caso.
No sé si es más patético ver a Yaiza haciendo mártir a Asraf o en plan “matrimoniadas” con Ginés. Absurdo que acusen a su compañero de actuar condicionado por la presencia de las cámaras y luego ellos se marquen un sainete de baja estofa mal interpretado. La supuesta primera crisis de la pareja en los cayos Cochinos produce una mezcla de grima, sofoco, turbación, rubor y repeluco que ni la peor de las películas de cierta plataforma de televisión se acerca.
Esta noche en Tierra de nadie hay doble salvación y estará en plató Katerina. Recordemos que los nominados candidatos a salvarse son los siguientes: Adara y Manuel por cayo Paloma; Ginés y Asraf por Cabeza de León, y de este último grupo también Arelys y Yaiza por decisión de la organización. En mi opinión las nominadas de manera disciplinaria no deberían optar a la salvación, aunque creo que es indiferente porque no las veo salvadas. Imagino que se salvarán Adara y Asraf, aunque para que hubiera algo de sorpresa sería deseable que en su lugar se salvase Raquel, o incluso Manuel. Pero el hijo de Raquel Bollo no cae suficientemente bien como para salvarse. Yo mismo me contagio de esa corriente y no expliqué ayer, por ejemplo, que en cayo Paloma perdieron en fuego porque Manuel descansó un día de cuidarlo. O sea, que han tenido fuego durante días gracias a Manuel y Bosco, los únicos que se han ocupado de cuidarlo.
¿Por qué en cayo Paloma dicen que sin fuego no pescan porque no quieren comer pescado crudo? En el Mokeskine del gato de hoy intento pergeñar alguna respuesta. Y nuevos momentazos que no te puedes perder.