La paranoia de Alma respecto a la relación de su hermano Manuel y Katerina empieza a explicarse mejor si analizamos con detenimiento lo que se dicen mutuamente estos dos concursantes de Supervivientes 2023. En la pareja manejan una ambigüedad calculada que, de momento, les está beneficiando. La sombra de la duda está sembrada y solo queda esperar a ver si la siega es provechosa. Cuando Manuel dice que no sabe bien si es verdad o no lo que pasó el espectador escucha el rumor de una duda con gran carga sentimental. Aparenta que estuviera recordando algo tan intenso como para aparecer borroso en su mente. ¡Atención!, estamos hablando de algo sucedido hace poco más de dos semanas, tres a lo sumo. Eso si damos por bueno que realmente pasó algo. La ambigüedad de la que hablo es ideal para que Manuel pueda negar en un futuro lo que casi todos hemos entendido.
Dado que no hay nada concreto en lo que dicen Manuel y Katerina, llegado el momento bien podrían burlarse de nuestras mentes calenturientas negando que pasara nada entre ellos. O todo lo contrario, podrían perfectamente anunciar la existencia de una relación sentimental en la preconvivencia coronada por varias noches de placer, que el concurso habría interrumpido y arden en deseos de recuperar. Al relato todo le viene bien, siempre y cuando se adapte a su conveniencia. No quiero pecar de desconfiado y todavía pongo en cuarentena la teoría más verosímil en este caso, según la cual ambos concursantes habrían pactado esta simulación que prefieren no concretar para evitar preguntas incómodas que surgirán antes o después. Quiero creer que no es así y esa ambigüedad tiene realmente su origen en algo que ocurrió en verdad.
Alma podría desempeñar cualquier papel en la historia de Manuel y Katerina. Me refiero a que tanto podría tener el rol de la muchacha protectora que extrema el celo ante cualquier posible desengaño amoroso sufrido por su hermano o bien el de cómplice de la simulación con la que aquellos podrían estar manteniendo la atención de la audiencia en las tres primeras semanas de concurso. El enfado por la nominación de Katerina y otras cosas ocurridas estos días parecen descartar un pacto entre tres para vendernos una realidad inexistente. Por eso celebraría que Alma sufriera paranoias, Katerina estuviera jugando a dos bandas con Manuel y Artur, mientras Manuel se deja querer convencido de que tener pareja es garantía de algo en un reality, lo cual sabemos tú y yo que no es así.
Cuando han pasado ya cinco días del abandono de Patricia Donoso, me pregunto si tendrá repuesto en el concurso y, en caso de que la respuesta fuera positiva, si habremos de esperar mucho para verlo llegar a Honduras. Resisto la tentación de hacer quinielas, ya sea sobre quienes podrían ser o a mí me gustaría que fueran. Tampoco es tan complicado saber ya lo que puede dar de sí este casting para tener claro lo que se necesitaría. Y, aunque sea improbable tirando a completamente imposible, no sería mala idea que a Patricia le acompañase Arelys, cuyo protagonismo está siendo nulo.
Entre Arelys y una palmera no me sería sencillo elegir quién ha destacado más en los primeros diez días de la edición. Se trata de una concursante destructiva, en el sentido de que critica a los demás por hacer cosas mientras ella no hace nada más que criticar. Al menos en esas escasas ocasiones algo está haciendo, porque por lo general podemos dar a esta concursante por desaparecida. Es una pena que no haya un mecanismo según el cual pudiera el programa oficializar una rectificación a su elección de concursantes durante las dos primeras semanas de competición.
Raquel M. sigue mostrando la patita. Lo último ha sido su discusión con Artur por cómo estaba colocado el fuego. No sé si el tema era por la leña o por las piedras, pero tampoco tiene trascendencia. La probabilidad de que Raquel M. sea antipática y trate con desprecio a un compañero es directamente proporcional a lo que le valore en el concurso. Si cree que es un concursante fuerte tiene asegurada su impertinencia. En caso de lograr deshacerse de los fuertes iría después a por lo que lo son menos. Lo más alucinante es su poco reparo a la hora de desmarcarse del grupo. Como dije ayer en mi Moleskine (ahora en vídeo al final de este escrito), mientras otros no dudan en asumir las culpas del grupo, ella niega haber participado de una trampa en las que todos han participado.
Las imágenes no mienten y muestran a Raquel Mosquera junto al resto del grupo, cuando menos viendo cómo le ponen papel higiénico a la yesca con el fin de provocar la llama antes y con mayor certeza. Sin embargo, llegado el momento de asumir lo hecho ella deja al grupo a los pies de los caballos acusándoles de no haber hecho caso de su recomendación de no usar papel. Podría haber sido así y seguiría sin gustarme su escaso compromiso con el grupo, prefiriendo salvar su trasero mientras pringan todos los demás.
Una cosa más antes del vídeo. Vimos en Conexión Honduras a Gema Aldón contar un romance que había tenido su comienzo en su lugar de trabajo. Para quienes lo desconozcan, Gema trabaja en un tanatorio preparando a los muertos para que estén presentables cuando se deban exponer al público. Su familiaridad con cadáveres de todo tipo y condición se le supone. Lo que no podía prever es que no solo tiene un trato familiar, sino que profesa cierta veneración a lo fúnebre. Tras contar maravillas del chico con el que se besó en el mismísimo tanatorio, Gema remata su relato con la siguiente frase: “Los muertos nos bendijeron”. De ahí a la necrofilia queda poco.
Y esta noche se celebra la segunda ceremonia de salvación. Entre Diego, Gema, Artur y Sergio (los nominados) está el salvado. Apuesto por Gema, más como deseo que como predicción.
He hablado de Arelys un poco más arriba, y en el vídeo lo hago de Jaime. Creo que sería de aplicación lo que digo de una para el otro. Además, otras cosas de mi Moleskine y más grandes momentazos. Yo haría clic. Como dicen los community managers malos: “¿te lo vas a perder?”.