Que Katerina anda tonteando un poco de Artur es algo bastante evidente. Y bien que hace si le apetece. Después de haber dicho que si tuviera algo en Supervivientes 2023 sería con Manuel, a Artur se lo camelaba el otro día con estas palabras: “(Quiero) que sigamos como amigos o cómo sea”. A ver, el “cómo sea” se entiende por el contexto. Independientemente de que ella puede hacer lo que le rote, y plantear su concurso de una manera u otra, pienso que igual está confundiéndose de programa y cree ser todavía tentadora en ‘La isla de las tentaciones’. Pero, vamos, que ella sabrá.
Lo inexplicable es la conclusión de Alma tras el acercamiento de la rusa al ucraniano, la paz que está esperando todo el planeta, aunque con pocas esperanzas de que vaya a llegar de verdad. Es inexplicable (para mí, al menos) probablemente porque faltan claves de este asunto, cosas que se les han negado a las cámaras. Pero no soy capaz de interpretar a Alma utilizando la lógica cuando dice creer que Katerina y Artur se acercan con el fin de desestabilizar a su hermano. “A mí me duele mi hermano”, dice Alma. Es muy de folclórica trasnochada que esa apelación a “miemmano” la haga con dolor. Y es que a Alma le duele su hermano como a Unamuno le dolía España.
La dramática intervención de Alma tiene un remate inigualable. “Si ustedes entran en el juego de desestabilizar a mi hermano, entonces me vais a conocer. El italiano, el otro y el otro”, afirmaba Alma. Aparte de repetir por enésima vez que Artur es ucraniano, aunque lleve un tiempo viviendo en Italia, por lo que dice parece estar queriendo arrear unas cuantas collejas a Artur, pero en la nuca de Katerina. ¿Por qué en lugar de gritarle a Katerina no va a Artur y le dice estas cosas tan de hermana protectora? He repetido por activa y por pasiva que la coincidencia de dos hermanos en el mismo concurso es un error. Aquí una nueva muestra de porqué lo digo: Manuel tiene representante, guardaespaldas, abogada defensora y asesora del amor a su servicio en la playa de al lado. Es su hermana Alma, claro está.
El cambio de opinión de Katerina sobre su abandono es una buena noticia, pero parece que no para todos. Alma igual hubiera preferido apartar de Manuel ese cáliz. Como los amantes posesivos, ella debe pensar que o Katerina es para su hermano o no lo ha de ser para ningún otro. Es cómo si Manuel tuviera un poco la idea de “o yo o el caos”, lo cual me recuerda la vieja portada de la revista satírica Hermano Lobo con una viñeta del humorista Ramón donde un político desde la tribuna decía: “¡O nosotros o el caos!”. Entonces el pueblo coreaba unánime: “¡El caos! ¡El caos!”. A lo que el político respondía: “Es igual, somos también nosotros”. No cuadra con el caso de Katerina, pero es tan bueno que no me resistía a dejar de contarlo.
No descartaría que todo lo anterior fuera iniciativa de Alma, sin tener en consideración la opinión de Manuel. Porque digo yo que igual en algún momento puede no desear la asistencia de su hermana en ninguna de las categorías antes citadas. Por el momento, Katerina tiene todas las miradas encima controlando sus actos. A ver si después de alegrarse por no haberse marchado termina arrepintiéndose porque no puede hacer su juego sin una voz de la conciencia diciéndole lo que debe hacer. No sé desde cuándo la voz de la conciencia está externalizada.
Igual parece que tengo tendencia a destacar las broncas, pero lo cierto es que son un poco la sal en los cayos Cochinos. Imágenes inéditas de la palapa durante la gala del pasado jueves nos muestran a Sergio tarifando con Asraf con un momento de especial tensión entre ambos. Es cuando Asraf dice la muy desafortunada frase “tus hijos qué van a pensar de ti”. Aunque aún me parece una mayor provocación cuando ante la reacción de Sergio respondía Asraf repitiendo: “¿Y qué? ¿Qué me vas a hacer?”. Parece de muy follonero (por no decir algo peor) buscar de esa forma que el otro se caliente. Sergio no atravesó el límite de levantarse, señalar a Asraf con el dedo y pedir que a sus hijos no los meta. Lo hizo alterado, pero con corrección. Y, sobre todo, mucha contención.
Asraf ya lo ha intentado con varios compañeros. A saber, Ginés y Alma ya han sido víctimas de sus provocaciones y malas maneras. Si bien este caso venía precedido de un ataque previo por parte de Sergio, haciéndolo de menos al afirmar que no le interesa como fotógrafo de prensa, igual que no interesa a nadie. Sus ataques a Asraf y Arelys son producto, como dije el otro día, de unas cuentas pendientes anteriores al concurso que no han sido saldadas todavía. Y no parece ese el mejor escenario para intentar cobrárselas. En todo caso, si hace algún intento más con Asraf la cosa puede terminar de cualquier manera, porque las formas de este en la discusión no presagian nada bueno.
A Diego no le ha sentado bien estar nominado las dos primeras semanas y tras la segunda de esas nominaciones decidió independizarse de su grupo. Dormir a varios metros de los demás o quedarse la parte que le corresponde de la dotación de comida han sido algunas de las consecuencias de su decisión. Poco ha tardado en darse cuenta de lo poco viable que era su plan. Aunque no es el primer concursante que ha planteado algo así. En la historia del programa lo intentaron varios, como Sonia Monroy, Nacho Vidal o Hugo Sierra. Ninguno de los que recuerdo tardó tan poco como Diego en recoger cable y volver a hacer vida común con sus compañeros.
Diego abrió los ojos ante la incomodidad y los problemas añadidos que plantea a la supervivencia estar solo. Ah, y también Ginés, cuyos consejos tan sencillos como certeros decidió seguir. Casi entre lágrimas, Diego fue a pedir a sus compañeros si podía hablar con ellos y les contó lo que Ginés le había dicho. No tuvo que pedir mucha árnica porque le abrieron los brazos con cariño. El abrazo de Manuel y sus generosas palabras fueron el comienzo del fin de su independencia.
Diego regresó a tiempo para celebrar el cumpleaños de Adara, que fue ayer mismo. La tarta que le facilitó el programa era un regalo con su porción poco de veneno porque le daban dos opciones: o compartirla solo con uno de sus compañeros o cederla a otro grupo. Esta segunda era la peor decisión posible, por lo que entiendo que Adara prefiriese comerse la tarta junto a Gema, su elegida. Gema está pillando siempre, y eso que su madre habla de lo poco que come habitualmente, por eso está ahora viendo lo que nunca. También se ganó Gema anoche estar entre los seis que tuvieran recompensa, aunque lo que pasó no era fácil de prever.
Una dura prueba de recompensa fue realizada por los tres grupos. Los espectadores decidían entre la recompensa mala (ajos y cayena), la buena (un kit para hacer tortitas) y la muy buena (un flan tamaño extra largo). Esta última fue la opción elegida por una compasiva audiencia. En cada grupo se formaron dos equipos. El equipo ganador de los fatales fue formado por Jonan, Ginés y Alma. En Tierra de nadie son impares, por lo que votaron para dejar fuera a Sergio, ganando Artur y Raquel A. Y el equipo que ganó entre los royales lo formaban Gema y Diego. Impresionante como subieron a la cucaña Jonan, Artur y Gema. Pero esta última renunciaba a comer flan porque no le gusta, aunque puede que se visualizara reventando del empacho si comía tarta y flan el mismo día.
En el vídeo más notas de mi Moleskine, hoy pretendiendo solventar una duda sobre cierta defensora de concursantes que se presenta como “amiga de” y dudo mucho de que en verdad lo sea. Y dos de los mejores momentazos que nos ha dado hasta ahora esta edición de Supervivientes 2023.