Queridos cuatro lectores:
1. Dios me ha castigado por inventarme la semana pasada que me había atacado un virus tropical cuando en realidad estaba de vacaciones en la playa. ¿Y cómo lo ha hecho? Enviándome un virus de verdad. Por eso el pobre pasillero se encontraba tan debilucho últimamente. ¡Pero bueno! Nada que unos antibióticos de curso legal y conseguidos con receta médica en una farmacia con licencia no arreglen: ya estoy otra vez hecho un toro.
2. Las jefas de Telecinco han querido que compagine mis labores de pasillero con otras tareas de riesgo muy especiales en la web que sólo alguien como yo puede llevar a cabo. Por eso últimamente estoy escribiendo menos en el blog, pero eso no quiere decir que os vaya a abandonar para siempre. Cuando os vaya a abandonar para siempre os lo comunicaré de forma oficial para que lo sepáis los cuatro.
3. En cualquier caso mañana o el miércoles volveré a ofreceros un bonito post. ¡Y apenas una semana después del último! Esto es inaudito. Semejante ritmo de trabajo me va a matar, ¿cómo no voy a estar enfermo?
Siempre pensando en vosotros con mucho amor,
el pasillero.