Qué alegría y alboroto: en Telecinco se viven fechas muy especiales, todavía más entrañables y profundas que las navideñas, porque esta semana se celebra la gran final de Gran Hermano y todo se está adecuando para ello. Como sabe cualquiera que haya visto una final de Gran Hermano -o sea, cualquier ser humano vivo sobre este planeta, y me atrevo a ir más allá de los humanos para incluir también a anfibios, esponjas y parásitos ortonécditos-, las instalaciones de Telecinco se preparan especialmente para la llegada de los tres finalistas. Hay muchos focos, globitos, confetti, chillidos y todas esas cosas que contaminan tanto acústica como orgánicamente pero que al día siguiente está limpito y arreglado gracias a la eficacia de nuestros servicios de limpieza.

Veamos una linda pic que saqué desde la cristalera del comedor:

¡¡¡Ahh, qué relinda la pic!!! Si hasta se ve el reflejo de servidor y, casi casi, el de sus filetitos de pescado en el cristal. Vamos a dar una clase de geografía de Telecinco (y no puedo poner puntitos en este ordenador porque carezco de Paint, la única herramienta gráfica que sé usar y que ni siquiera sé usar el completo).

Lo que se ve al fondo es parte del modernísimo parking de Telecinco. Este parking cuenta con alta tecnología como barras que se suben y se bajan dependiendo de la información que le envíe un lector de tarjetas y con modernísimos mecanismos para no invadir plazas ajenas consistentes en poderosas, límpidas y larguísimas rayas blancas pintadas en el asfalto. Normalmente, para las grandes finales que se graban en ese plató que se ve a la derecha de la imagen (como las de Gran Hermano o Supervivientes) el parking se vacía y se les dice a los trabajadores que no sean vagos y aparquen en donde les quepa el coche o se vengan en metro, que así de paso no contaminan. Pero al parecer este año, que dicen que va a llover, la parafernalia será menor y el espaciop dedicado a la celebración irá únicamente desde esas columnitas negras que se ven al fondo de la imagen hasta la puerta del estudio, que es esa cosa también negra que se ve justo en primer término a la derecha. Lo que hay a la izquierda de la imagen, por cierto, es el edificio bonito de los jefes. ¿Verá nuestro consejero delegado llegar a Iván, lleno de orgullo y lágrimas en los ojos por la nueva estrella mediática que acaba de crear? Seguramente.

Otra pic:

Sí, ya sé, la calidad no es equiparable precisamente a algo de Helmut Newton, pero se hace lo que se puede con un zoom paleolítico y un cristal mediante. Aquí vemos unos modernísimos focos que lanzarán grandes rayos de Liz luz al cielo para dar la bienvenida al campeón, Iván, y, a su lado y más altos, potentes altavoces que no solo expulsarán a bocajarro y en perfecto dolby surround la melodía de Gran Hermano, sino también las siguientes palabras de Mercedes Milá: "Y ya está aquí el ganador de Gran Hermano 10: Iván". Al fondo podéis ver las extremas medidas de seguridad que se toman en Telecinco: esas dos manos en un cartel verde indican que, si estás dentro del plató y quieres abrir la puerta, sólo tienes que empujar la barra roja. De ese modo nadie queda encerrado y muere de inanición o se hiere gravemente pensando que la puerta ha de ser abierta a cabezazos. Eso sí, si se te ocurre abrir la puerta durante el directo del programa llega Mercedes Milá, te arrastra por la cabeza y te tira por el hueco de un ascensor.

Vamos, que el recibimiento para Almudena, Iván y no sé cómo se llama el otro será espectacular. Pero si por mi fuera, aparte de con la parafernalia técnica, cada uno de los finalistas sería recibido con aplausos y uno de estos regalos.

1. Para la licenciada en filología española Almudena, un cuadernillo rubio:

2. Para el showman Orlando, unas nociones básicas de sentido del humor y arte del espectáculo:

3. Para Iván, aparte de la victoria por méritos propios (que se la llevará) vamos a ponerle una esposa:

Termino hoy con más y más fotos (¡me ha dado fuerte hoy!). El maníaco criminal que estropea los retratos de los pasillos y no hace mucho pintaba un bigote sobre la cara de José Ribagorda (fotografía después sustituida en el pasillo gracias a mis presiones) y ennegrecía después un diente del pobre Alejand Don Álvaro de Yo soy Bea, ha vuelto a actuar. Esta vez la ha tomado con otros dos presentadores del informativo. (PISTA PARA LAS AUTORIDADES: es posible que sea una mujer furiosa, pues sólo ataca a hombres.)

Fijaos, aquí ella está impoluta mientras ellos tienen gravísimas caries y vello facial:

Y lo peor de todo: ha vuelto a atacar a José Ribagorda. Carme Chaparro, mi presentadora favorita de Informativos, tampoco ha sido atacada. Él luce de nuevo bigote.

Esto es manía persecutoria y lo demás son pamplinas. Yo no quiero decir nada, pero seguro que Josef Fritzl empezó pintando monigotes por las marquesinas de su barrio...