Cosas que pesan mucho
¡Qué perímetros torácicos hay en Telecinco! ¡Qué brazos que no conocen la posibilidad de abarcadura! Aquí los hombres parecen dos en vez de uno, a veces tres. Los naranjas, a base de gimnasio. Los de color carne, a base de transportar cajas de agua al plató de Pasapalabra -a juzgar por las montañas de botellitas de agua Fuensanta de 33 centilitros que se pueden ver allí apiladas, en ese plató se bebe más que en casa de Bukowski- y de mover cabezas calientes de un plató a otro.
Esta mañana dos de ellos hacían virguerías con una en el pasillo que cruza del plató de El juego de tu vida al de Está pasando. A las cabezas calientes también se les llama plumas, por esa sensación de ligereza y de yuju yipiyipiyei que crean en la imagen al volar, casi literalmente, por el plató.
Se peleaban porque uno quería empujar y el otro tirar de ella. La maquinita en cuestión debe de pesar dos toneladas. Y entonces dijo uno que pasaba por allí:
-El que tiene la pluma más larga es el que la mete.
Estamos en Telecinco. Me extrañó que ningún (pongamos) comentarista de (pongamos) un reality show (al azar) se materializase de repente de la nada y dijese:
-Verás, eso no siempre es exactamente así, porque a veces bla y tal. Y pascual.
Justo ayer escribía una compañera esto tan bonito. Me sigue sorprendiendo que siga cabiendo la "posibilidad" de que alguien sea gay cuando, por ejemplo, se ha acurrucado llorando ante Mónica Naranjo. Las cosas son mucho más simples de lo que parecen y a estas alturas eso equivale a ir a la boda de tu amigo Paco con un hombre y susurrar:
-Empiezo a sospechar que Paco es, tal vez, un poco homosexual.
Hoy Miguel Hermoso -ya hemos dejado de hablar de homosexualidad- cruzaba los pasillos con una camiseta amarillo intenso que algún día será el hogar de un montón de mosquitos. Miguel Hermoso es lo mejor de Yo soy Bea haciendo de Diego de la Vega -y en su día fue lo mejor de El Super, una serie muy divertida, haciendo del falso hijastro delincuente de Mayka, y de Raquel busca su sitio, una serie muy aburrida, haciendo de un hombre muy concienciado con los pobres y los niños flaquitos-. Fue muy bonito porque por aquí no se suele ver a actores de las series de Telecinco, que se ruedan en Estudios Picasso, excepto cuando vienen a concursar a Pasapalabra. La última vez que vino un actor y no fue a dicho concurso fue Miguel Ángel Silvestre cuando se organizó su chat con los fans.
Desde entonces las oficinas de Telecinco.es parecen un altar.
Frente a los camerinos y casi al ladito de la entrada al plató de Pasapalabra hay un tablón de anuncios. Se aclara en un cartel: "uso exclusivo de la empresa". Hay anuncios como los siguientes:
- Centro de belleza natural Susana y Yolanda, ¡10% de descuento! Entre sus especialidades: ingles brasileñas.
- Hotel Rural LA ROMANIKA. Precios especiales a empleados de Telecinco.
- Faro informática: oferta de tarrina de 25 DVDs a 25 euros.
- Alquilo habitación en Ribera de Curtidores. Derecho a cocina y baño muy tranquilo (esto quiere decir que otros baños en el mismo edificio son un auténtico fiestón día y noche, pero este no).
- Y finalmente una crítica de Javier Pérez de Albéniz, de cuando era el crítico televisivo de elmundo.es, sobre El programa del Verano (sustituto de Ana Rosa en los meses estivales) cuyo título es: La basura hecha estiércol. Por eso decía yo ayer que hay sentido del humor y talante en esta cadena.
Por allí se iba ya Lucía Riaño (¡hola!) derechita hacia Está pasando.
-¿Pero qué miras en el tablón? -me dijo.
-Anuncios. Si es que no hay mucho que contar hoy.
-¡Pues habla del comedor!
Lo malo, no pude responder, es que este comedor me recuerda al de mi residencia estudiantil, y en su día me quisieron echar de la residencia precisamente por hablar del comedor (y mal). No debería volver a eso. Para finalizar ya por hoy, amiguitos, nuestra serie de preguntas formuladas por lectores que me he inventado: