Blocs de dibujo, buena equipación y más consejos para viajar con niños
El año pasado, tras terminar nuestro viaje en bicicleta con mi hija Sara por la ruta del Danubio desde Passau a Dubapest, escribí una entrada con algunos consejos para realizar viajes activos con niños. Por aquel entonces mi hija contaba con tres años recién cumplidos y este año, lógicamente, ella es mayor y hay algunas cosas que han cambiado. Espero que estas recomendaciones puedan ayudar a aquella familia que quiera emprender un viaje en bicicleta o cualquier otro tipo de viaje activo con un niño de cerca de cuatro años.
1. Planear el viaje junto a otros niños o intentar coincidir con ellos por el camino
Sara es un año mayor y, en algunos aspectos, el viaje ha sido más fácil con ella este año pero, en otros, más complicado, o al menos diferente. Crecen los niños y cambian sus necesidades. La primera lección llegó muy pronto, al segundo o el tercer día. Siendo mayor Sara necesitaba más contacto con otros niños, jugar con ellos. El año pasado era más dependiente de la familia y digamos que con nosotros y nuestros juegos se bastaba para estar entretenida fuera de la bicicleta, los campings etc. Este año hemos tenido la suerte de, a partir de el tercer día, coincidir con una familia francesa en la que había una niña que tardó poco en hacerse íntima amiga de Sara. Concretábamos el lugar de final de etapa cada día y ahí nos reuníamos al atardecer, con unas horas por delante para que las niñas jugasen hasta la hora de la cena y más tarde. Un descanso para padres y un alivio para niños. Es una buena idea planear estos viajes en compañía de otras familias u otros niños. Todos viajarán más a gusto.
2. Necesidad de más actividad física
Este año Sara tenía que jugar más tras las horas transcurridas en su vehículo. Por ello creo que hay que tener en cuenta reservar unas horas al día de juego físico. Es importante que el niño o la niña se canse y para ello necesitará de una buena sesión diaria de carreras, baños, parques infantiles, etc. Y si es acompañada de otros niños pues mejor que mejor. Tras cincuenta o sesenta kilómetros de etapa tirando de un carrito a los padres no les apetece demasiado correr y jugar, los parques infantiles con otros niños son ideales.
3. El dibujo como entretenimiento
Ahora Sara duerme menos durante el día. El año pasado lograba echarse dos siestas al día, una por la mañana y otra por la tarde, después de comer. Ahora sólo se ha estado durmiendo tras el almuerzo, lo que significa que pasa mucho más tiempo despierta en su carrito. El dibujo se ha convertido en un elemento fundamental de entretenimiento. Pese al movimiento Sara ha pasado muchas horas dibujando en su asiento, o pegando pegatinas es cuadernos. Durante el viaje hemos comprado varios blocs en blanco y numerosos rotuladores, lápices, etc. Aunque parezcan elementos 'inútiles' o prescindibles en un viaje, han sido fundamentales para que Sara se divirtiese en las horas de viaje y también dentro de la tienda de campaña.
4. Búsqueda de elementos alternativos para el entretenimiento del niño
Esto se une a un punto sobre el que hablaba el año pasado: estos viajes son las vacaciones de toda la familia y todos han de disfrutar. En caso contrario pierde el sentido. A uno le puede gustar mucho visitar una catedral del siglo XIV o recorrer más de cien kilómetros en un día pero probablemente a tu hijo no (nunca se sabe). Yo creo que es importante buscar atracciones especificas para los niños, y dedicar y planificar muchas horas en ellas. Lugares como ferias, parques de atracciones, parques acuáticos, cines de verano, museos de niños, granjas, piscinas, etc., son importantes y abundantes, y van a cambiar y a mejorar la percepción del viaje de los más pequeños.
5. Una buena equipación es mejor para todos
Los niños van pesando más según crecen, tienen ese inconveniente. No es lo mismo tirar de un carro con ocho kilos dentro que con doce. La inversión en un vehículo para el niño más adecuado que hemos hecho este año ha hecho más fácil y agradables las jornadas de pedaleo. Al tener mejor amortiguación permitía a Sara dibujar, jugar y, en general, estar más cómoda. En el caso de que llueva mucho o haga mal tiempo (nuestro caso) un buen equipo mantendrá al niño, y al adulto, seco y, posiblemente, de mejor humor.
6. Haz de las actividades diarias del viaje algo divertido
Con la doble finalidad de entretenimiento y de recibir algo de ayuda, los niños pueden ayudarte en el viaje y además pasarlo bien. Montar la tienda es un buen ejemplo. A Sara le encanta colocar las piquetas de la tienda de campaña cuando el suelo está blandito. Ir a por agua, ayudar a cocinar, colocar sacos y esterillas son tareas que, planteadas desde el punto de vista adecuado, les pueden encantar.
7. Aquí hemos venido a pasárnoslo bien
Este es el consejo principal, tanto de esta entrada como de la del año pasado. Son vacaciones y hay que disfrutar. Por ello una mentalidad de darse buenos caprichos y pasarlo bien es el pilar de un viaje agradable. Diversión para todos. Si encuentras un buen lugar para darte un baño: dátelo. Si te topas con un restaurante con especialidades de la zona, no lo dudes y siéntate a la mesa. Si pasas por un pueblo con una feria y atracciones para los niños: puede ser un buen sitio donde alterar los planes y pasar una noche no planeada. Aquí hemos venido a disfrutar toda la familia y eso es algo que se contagia.