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¡Peligro, grietas! Así protejo cada día la vida de los científicos españoles en la Antártida

Hilo Moreno 15/03/2017 16:17

Llegué a la Antártida, aunque esta vez crucé el canal de Drake en menos de tres horas a bordo de un cómodo avión. Nada más llegar a la isla de Rey Jorge nos recibió el viento frío de un día gris con algo de llovizna. Tras un paseo hasta la playa, unas zódiacs nos llevaron a bordo del buque Hespérides, por fin secos y calientes.

Casi un día después volvía a desembarcar en caleta española, donde se encuentra la base antártica española Juan Carlos I. Por segunda vez en este año me acomodaba en sus instalaciones y comenzaban mis trabajos como técnico de montaña en ella.

Mi labor principal en estas semanas va a ser la de dar apoyo a un proyecto de la Universidad Politécnica de Madrid que estudia la dinámica de los glaciares que se encuentran cerca de la base. Se trata del mismo proyecto en el que he estado trabajando los meses de diciembre y enero, y ahora que el verano austral ha avanzado, y se ha derretido gran parte de la nieve sobre el glaciar y las zonas aledañas, se vuelven a tomar mediciones del mismo.

La mayor parte de los glaciares se desplazan sobre el lecho en el que se asientan. Midiendo la posición de determinados puntos, año tras año, se determina el movimiento del hielo. De esa manera se observa si el glaciar se mueve más o menos que en otras temporadas, o si crece o disminuye su superficie en función de los cambios de la temperatura y otros factores.

Mi trabajo consiste en guiar a los científicos sobre este hielo, protegiendo con seguridad su camino para que no caigan en las grietas que se forman. Estas grietas a menudo son pequeñas y estrechas, pero en otros casos pueden llegar a ser grandes como un autobús. Al ser final de verano hay poca nieve sobre el hielo y en algunos casos, bajo la llamada zona de ablación, el glaciar se presenta como hielo vivo y se ha de caminar por él calzados con crampones para no resbalar sobre el hielo. Por encima de esta zona, cuando aún hay nieve, nos movemos sobre ella con motos de nieve o, en algunos casos, con esquís.

Aquí os dejo algunas fotos del día a día en mi oficina: