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Ruta en familia por el Danubio: ¿cómo preparar un viaje de 500 km. en bicicleta con niños?

eltiempohoy.es 20/07/2017 17:59

Estamos a punto de salir hacia el inicio de un nuevo viaje. Esta vez será en bicicleta y, además, en familia. Nos han dicho en el colegio que Sara, mi hija de cuatro años, lleva unos meses hablándoles de las ganas que tiene de emprender nuestro viaje en bicicleta. Está emocionada.

Se trata del tercero de los que hacemos de esta guisa. Comenzamos en Francia cuando ella era aún un bebé, cruzamos las Landas y llegamos al canal de la Garona, donde pedaleamos a su lado durante unos cuantos días.

Fue una gran experiencia de prueba, donde descubrimos las ventajas de este tipo de viajes y que también, tanto nosotros como ella, éramos capaces de viajar en bicicleta toda la familia junta.

El año pasado decidimos arriesgar un poco más y alargamos el recorrido. Realizamos el tramo de la famosa ruta ciclista del Danubio y recorrimos casi setecientos kilómetros desde Passau, en la frontrera con Austria, hasta Budapest. Este año volvemos a la carga. Retomamos la ruta del Danubio pero el tramo inicial: el de su nacimiento en Alemania.

Hemos perfeccionado muchos aspectos del viaje. Nuestra bicis y el carrito de Sara son mejores y más ligeros. Estamos mejor preparados y tenemos incluso más ganas. Conduciremos hasta el sur de Alemania donde comenzaremos a pedalear en el nacimiento del Danubio y continuaremos en un par de semanas o algo más hasta la ciudad de PAssau, donde iniciamos el viaje el año pasado.

Nos esperan algo más de 500 kilómetros, 'campings' por las noches, cerveza alemana durante el día y muchas pedaladas. A través de mi blog os iré contando el transcurso del viaje y si Sara, o su padre o su madre aguantan bien este viaje en el corazón de Europa.

Nos gusta mucho viajar pero esta no es una familia muy ciclista. Aún así, hemos intentado preparar el viaje a conciencia ahora que sabemos los puntos complejos en ese tipo de recorridos. Lo principal es ser fiel al lema que mantuvimos el año pasado y en los viajes anteriores: hemos venido a pasárnoslo bien. Tenemos mucho tiempo a disposición así que nada de sufrimientos. Si en una jornada no nos apetece pedalear más pues dejaremos de pedalear y si Sara está cansada y quiere bajarse del carrito y dedicarse a jugar en un parque del camino así lo haremos. La clave es disfrutar y no sufrir por tener que completar una etapa o un kilometraje determinado.

Lógicamente, y con la experiencia del año pasado, muchos aspectos hemos intentado mejorarlos. Nuestra ropa es algo más adecuada y casi, casi, parecemos ciclistas respetables.

La gran novedad es un flamante carrito para Sara que hemos adquirido hace poco. Mucho más ligero y que rueda considerablemente mejor. También es más caro pero es el precio que hay que pagar por la comodidad en la carga. El tramo que se nos presenta, aunque un poco más corto, es más montañoso y dicen que más duro. Menos infraestructuras para el ciclista y más cuestas que subir y, espero, que bajar.

De momento lo tenemos todo listo y, lo más importante, Sara está emocionada con el nuevo viaje, su tercero por el corazón de Europa en bicicleta y en familia. Seguiremos informando.