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Buque Hespérides hasta Ushuaia: así se cierran nueve temporadas en la Antártida

Hilo Moreno 11/04/2017 16:33

Terminamos todos los trabajos científicos en la base, y nos dispusimos a recoger nuestros materiales y la instrumentación empleados en los últimos meses de estancia en la Antártida. De esta manera concluíamos una campaña más, en mi caso la número nueve, en la base científica española Juan Carlos I. La base aún no se cerraría, quedaría un grupo de técnicos con la misión de cerrar la base y prepararla para la invernada, aunque ya sin presencia científica.

Un grupo abundante de técnicos y científicos embarcamos en el buque Hespérides, que apareció fondeado una mañana fría frente a la base. Tras subir a bordo personas y material, emprendimos el cruce del famoso Canal de Drake para llegar a la ciudad argentina de Ushuaia, en el sur de la Patagonia.

Fue un viaje largo, de seis días y cinco noches en el que al menos, cosa rara, el mar nos respetó y apenas hubo oleaje. Ello nos permitió hacer mucha vida a bordo, ver películas, comer tranquilamente, e incluso hubo tiempo para participar en una serie de conferencias donde los científicos y demás personal del barco contaron al pasaje y a la tripulación aspectos de sus estudios o de sus viajes en zonas polares.

En mi caso también tuve la oportunidad de hacerlo: una tarde, en mitad del océano, conté a la gente de abordo mis aventuras en el trineo de viento y nuestra última expedición a Groenlandia, donde ascendimos el año pasado a su cumbre de hielo. Fue un escenario difícilmente mejorable donde proyectar las imágenes de una aventura polar, aunque en este caso hubiese tenido lugar en el polo opuesto.

El viaje en el buque Hespérides reunía a todos los científicos de las dos bases españolas y los propios que llevaban a cabo sus proyectos en el barco. Así pues, entre el público, la presencia científica era abundante y muy interesada en el vehículo del que conté la expedición el año pasado a través de estas páginas, y lo haré de nuevo dentro de unas semanas. Un vehículo destinado a viajar sobre el hielo impulsado por el viento de manera totalmente ecológica y a llevar a cabo sobre él una serie de proyectos científicos: un laboratorio móvil con cero emisiones. Pero esta es otra historia de la que hablaré en breve.

Como dije, tras seis días de viaje, llegamos a Ushuaia. Por fin pisamos el continente americano y paseamos por las calles atestadas de gente y de restaurantes, algo que se hace raro tras tanto tiempo en la Antártida. Concluía una campaña más, aunque a la vuelta parecen asomar nuevas aventuras.

Seguiremos informando.