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La otra versión de los hechos

telecinco.es 02/06/2011 17:45

El pasado sábado ocurrió la tragedia sobre las 23:15 horas en la Sierra del Norte de Sevilla: El coche de Ortega Cano colisionaba frontalmente con otro vehículo tras invadir el carril contrario, a consecuencia de “una velocidad indebida” según apuntaron fuentes de la investigación.

El fatídico accidente provocó que el conductor del otro vehículo, Carlos Parra de 48 años, falleciera en el acto como consecuencia del terrible impacto, que fue de tal calibre, que el motor de su vehículo salió proyectado a varios metros de distancia, produciendo que un tercer vehículo colisionara con este.

Las dimensiones del accidente fueron tales que los servicios de emergencias tardaron dos horas en sacar al torero de su coche, un Mercedes Todoterreno, que quedó reducido a un amasijo de hierros.

Ortega Cano, herido de gravedad, fue ingresado rápidamente en la UCI del Hospital Virgen de la Macarena, donde durante estos días ha sido intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones, para intentar frenar las fuertes hemorragias internas y estabilizar las lesiones que padece en ambas piernas.

Muchas son las apariciones de los familiares del maestro a las puertas del hospital dándonos los últimos partes de salud del diestro, quien se encuentra actualmente estable dentro de la gravedad; pero ninguna voz ha salido para contarnos el estado de ánimo de los familiares de la víctima mortal del accidente.

Ayer, a través de una carta que me envió una persona cercana y familiar al fallecido, desde el programa Sálvame, pudimos leer un extracto de unas letras desgarradoras en las que nos cuentan cómo fue, y sobre todo, cómo vivieron la noche de la tragedia los familiares y amigos más cercanos que se desplazaron al lugar del accidente la misma noche en la que ocurrió todo.

Hoy os muestro la carta al completo de una familia rota de dolor, que se encuentra indignada y con ganas de explicaciones:

“Hola Kiko Hernández.

Soy un primo de Carlos. Sólo quería decirte que mi familia, la familia de Carlos Parra Castillo estamos todos callados, no hemos hecho ningún comentario hacia Ortega Cano. Lo único que se ha dicho es que en el pueblo había comentarios de que ese día estuvo tomando algunas copas por el pueblo…Nosotros nos mantenemos callados esperando los resultados de la investigación del accidente.

Pero quería explicarte que esto es un pueblo pequeño, que cualquiera llama y dice que es de la familia y comenta cosas que no tienen sentido. Para que veas hasta dónde llega todo esto, estos días han dicho en algunos medios que la mujer de mi primo había fallecido, que era su madre la que había fallecido y cosas de ese tipo, todas por el desconocimiento de los medios, porque cuando se les dice que no se va a comentar nada, ellos se dedican a preguntar por el pueblo.

Nosotros estamos en el derecho de dudar del estado en el que se encontraba Ortega Cano cuando conducía, y eso es lo que hace todo el mundo cuando sufre un accidente.

¿Sabes? Mi primo está muerto… los que le queríamos estamos rotos, tenemos que ver su coche todos los días en la televisión, el estado en el que quedó… Pero todos nos mantenemos callados, la familia se mantiene callada.

Kiko, no te puedes imaginar la rabia y el odio que tengo por dentro.

El día del accidente, nos tuvieron tres horas a un kilómetro del accidente sin dejar que ningún familiar se acercara y le informaran. Tres horas en la cuneta de una carretera con la única información de los coches a los que les dieron paso la guardia civil.

¿Sabes cómo me enteré de que mi primo había muerto? Me lo dijo un amigo que estaba parado con su coche a pocos metros del accidente y se acercó hasta el siniestro… Pero los familiares no podíamos, imagínate como nos sentíamos en ese momento…

Si hubiese sido mi primo el que ocasiona el accidente y Ortega Cano el que muere, me puedo imaginar los calificativos que se hubiesen utilizado. Pero claro, es mi primo el que ha muerto, un hombre sencillo y no famoso, y nosotros no tenemos derecho a dudar de Ortega Cano, de cómo conducía, dudar de si había bebido, de la velocidad…

El motor del coche de mi primo saltó tres coches hacia la parte de atrás, y esa fuerza de impacto no ocurre circulando a 90 Km/h ni 100Km/h.

Pero bueno, seguro que al final de todo esto es mi primo el culpable por pasar a esa hora por ese punto de la carretera…

Mi primo está muerto, yo no le deseo nada malo a Ortega Cano, pero me importa una mierda como se encuentre.

Un saludo.”

Desde este Confesionario transmitimos nuestro más sincero pésame a la familia y amigos de Carlos Parra.

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