Anoche, tras la salida de Ricky y Vera y la visita de Jorge Javier Vázquez, los siete concursantes que todavía permanecen en la casa obtenían el número de sus líneas de apoyo de cara a la final de esta edición. Número con el que Sofía tomaba el relevo a Belén Esteban en Gran Hermano VIP.
Casualidad que espero que tenga algún significado premonitorio y más cuando todas las encuestas y los debates que se generan en las redes apuntan a que, por el momento, los pesos pesados para llevarse el maletín de esta edición serían Aritz y Sofía.
El vasco anoche salía airoso de su primera nominación al producirse la expulsión de Ricky. A su llegada a plató, el canario se mantenía fiel a la línea que ha seguido durante todo el concurso. Berridos absurdos de machote sin pelo en pecho, su infumable coletilla de 'dímelo papi´ y comentarios poco afortunados sobre las mujeres en general y sobre Sofía en particular.
Nada que nos cogiera por sorpresa pero sí algo de lo que estamos ya bastante hartos. Y es que, detrás de esa masa de músculos, Ricky no encontró el valor suficiente como para admitir sus errores y pedir disculpas por las palabras que regaló a Sofía a sus espaldas, incluso llegando a declarar que ella al final tiene lo que se merece.
Mejor no hablamos de lo que te mereces tú, chato... Aunque, conociendo el modo en el que dejaste la relación con 'tu churrasca´ justo antes de entrar en el concurso, me temo que has obtenido mucho más de lo que te has ganado.
Si hay algo que no admite discusión es que este concursante hizo buenos méritos para ganarse su expulsión. Más que una opinión es una afirmación que genera la lógica más aplastante. Pero, parece que esa lógica, que ese baremo que utilizamos para juzgar el comportamiento de los concursantes de la casa desde el sillón de nuestra casa, no es aplicable a todos por igual. Porque, si fuera así, hoy no estaríamos hablando de Aritz como uno de los finalistas con mayores probabilidades para ganar Gh16.
Y mirad que lo intento, pero soy totalmente incapaz de entender qué mueve a un seguidor de Gran Hermano a apoyar a un concursante como Aritz.
El vasco nos tomó el pelo desde el minuto cero de su entrada en la casa. Nos vendió una imagen de personaje desactualizado y prácticamente alérgico a las nuevas tecnologías cuando, en realidad, se trata de un bloguero con perfil en todas las redes sociales y un canal de videos que actualizaba desde su smartphone.
Nos intentó hacer creer que era un chico liberal que no admite las etiquetas ya que él nunca las utiliza con los demás, y hemos podido comprobar cómo creyéndose el magistrado de guardia el Guadalix, juzgaba el comportamiento de cada uno de sus compañeros de manera radical, adjudicándoles todo tipo de etiquetas y, en muchas ocasiones, de lo más injustas y controvertidas.
Quiso llegar al corazón del espectador convirtiéndose en el oso de peluche de Han, dejándose sobar por doquier y devolviendo a su compañero casi todo aquello que recibía. Luego, tras un ataque de pánico ante la posibilidad de poder ser relacionado íntimamente con el chino, utilizó su artillería más pesada para intentar convencer a la audiencia de que su amigo se trataba del mismísimo satanás, a quien atribuía comportamientos realmente serios que nunca deberían utilizarse como insulto en un reality.
Y, una vez que descargó todo el camión de la basura contra Han, comenzó de nuevo su lavado de imagen, volviendo a sus actuaciones bajo las sábanas con medición de partes nobles e intercambio de calzoncillos incluidos.
Un concursante que nos ganó por su educación y su saber estar durante las primeras semanas y que ha terminado convirtiéndose en el concursante más irrespetuoso de toda la casa, regalando a sus compañeros los peores y más graves insultos que hemos escuchado en esta edición. La última vez, hace tan sólo unos días durante El Debate.
Así pues, que la pasada edición quisierais premiar a Paula alegando que se trataba de una concursante ingenua e infantil no es nada comparado con que ahora queráis dar el premio al energúmeno del sombrero después de todo lo que hemos visto y oído.
Ahora sólo nos queda esperar al recuento de votos de la semana que viene, en la que los dos finalistas con menos apoyos abandonarán la casa. ¡Sólo espero que finalmente quitemos a Carlos de la ecuación!
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