Rosa Benito, este no es tu momento
Anoche se producía un hito en Gran Hermano convirtiéndonos más que nunca en parte activa de este juego gozando del inmenso privilegio de poder nominar a los concursantes que nos dieran la real gana.
En 2013 ya lo hicimos pudiendo sacar a la palestra a Sonia Walls mediante la App del momento. Hecho que disfrutamos a más no poder y que, pocos días más tarde desembocó en la expulsión de esta concursante. Pero anoche, no sólo pudimos añadir un nombre a la lista, sino que formamos esa lista de principio a fin, siendo Alejandro, Laura Matamoros y Rosa Benito los elegidos.
Cuando Jordi González propuso a los habitantes de la casa que, debido a su falta de inspiración a la hora de nominar, podían dejar sus nominaciones en manos de la audiencia, no todos los concursantes vieron con buenos ojos esa invitación.
Unos, claramente, movidos por el miedo atroz que les provoca el saberse uno de los menos queridos de la casa y, otros, por sus ganas de poder utilizar la única herramienta de la que disponen en la casa para, semana tras semana, regalar sus puntos a sus enemigos en el concurso por pura enemistad o por simple estrategia.
En un principio Laura Matamoros fue la única en alzar la voz para oponerse por completo a esa opción. La hija de mi compañero quería nominar, tenía muy claros sus puntos y no quería desaprovechar la oportunidad de intentar poner en la palestra a aquellos que quiere ver desfilar fuera de la casa.
Fiel a su carácter, Laura se mostró cabezona e impulsiva sin atender a razones. Una autentica kamikaze que parecía totalmente ajena a que podía echarse a la audiencia encima al intentar evitar que ellos nominaran. Y, justo ese es uno de los grandes valores de esta concursante.
Esta chica no se para a pensar dos veces si lo que suelta por su boca puede ser mal aceptado por el público. Actúa según sus sentimientos e impulsos sin importarle ni lo más mínimo lo que piensen los demás mientras ella esté en pleno convencimiento de que posee la razón o la verdad aunque a veces, justo por eso, meta la pata hasta el corvejón.
Su arrebato por querer aferrarse con uñas y dientes a su opción de nominar fue castigado duramente por la audiencia, situándola entre uno de los tres concursantes más votados. Resultado que no deja de llamar la atención ya que Laura ha sido salvada por la audiencia en varias ocasiones y, hace unos días era elegida por ese mismo público como una de las favoritas junto a Carlos Lozano y Javier Tudela –que poco más tarde se convirtió en el cuarto expulsado de su edición-.
Poner trabas a las novedades que se van incorporando en el juego es un desacierto absoluto, más aún cuando con ello se evita que el público pueda expresar libremente su opinión. Mala estrategia por parte de Laura donde las haya. Pero querer echar tierra encima de esta concursante alegando que su oposición a su propuesta estaba basada en el miedo es absurdo hasta decir basta.
Laura ha regresado de la sala de expulsiones en dos ocasiones, mientras veía marchar a Fran Nicolás y a Liz y la audiencia la mostró su apoyo eligiéndola como parte del equipo rojo en aquellas nominaciones a la panza. Así pues, ¿miedo de qué? Impulsiva e irracional sin duda alguna, pero cobarde ni por asomo.
Otro de los puntos que hicieron quedar mal a Laura fueron los momentos de la gala en los que se conectó con la casa en directo. Siguiendo la gala desde plató, sólo pudimos ver cómo Laura se oponía a la invitación de Jordi González pero, mientras se volvía a conectar con plató, otros concursantes como Sema o Julián comenzaron a echarse para atrás justo cuando Laura por fin entraba en razón y accedía a que fuera el público quien nominara.
'El penas' decía estar de acuerdo con la opción B pero elegir la opción A y Sema empezó a hacerse caquita recordando los abucheos que ha recibido y la información que le transmitió Víctor Sandoval. Aun así, ninguno de ellos puso pegas cuando el presentador exigía una respuesta definitiva.
Unos como Alejandro y Rosa Benito creían firmemente que gozaban del apoyo total del público y, minutos más tarde se llevaban una desagradable sorpresa. Y otros como Raquel Bollo, que ya habían aceptado que el público iría a por ella, no podían creerse haberse librado de la criba.
Aplaudí que la audiencia nominara a mi compañera Rosa Benito porque, tal y como he dicho en Sálvame y en el plató de El Debate, la nuera de la más grande está pasando por el concurso sin pena ni gloria.
He criticado hasta el extremo su falta de actuación y el poco juego que está generando dentro de la casa. Pero, a pesar de todo, espero y deseo que este no sea el final de Rosa en GhVIP. Porque el cuerpo me pide otra cosa bien distinta. ¡Sin duda, quiero a Alejandro fuera de Guadalix!
Mentiría si dijera que no tengo una manía tremenda al Mister y que me produce un profundo asco como concursante. No creo que en esta edición hayamos visto que un habitante de la casa haya sido más falso y desleal que él, y no ha dudado en traicionar, criticar y dar la espalda a aquellos que fueron sus mayores apoyos.
Lejos de haber modificado su comportamiento tras las acusaciones que le lanzaba Laura Matamoros sobre “arrimarse al sol que más calienta”, Alejandro ha seguido dando tumbos de un lado a otro, por pura conveniencia, besando el trasero de aquellos a los que ha criticado para intentar apurar su estancia en el reality. Hasta tal punto que todos y cada uno de los que han salido de la casa han podido comprobar la desmesurada falsedad de este chico. La última fue Liz anoche cuando comprobaba lo que el Míster soltaba de ella a sus espaldas…
No lo niego. Rosa Benito me aburre la mayor parte del tiempo, pero Alejandro me molesta y no hay nada más que pueda aportar a este espectáculo.
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