Por protagonismo, ¿todo vale?
Durante los últimos días los diarios digitales, prensa escrita y programas de televisión han tenido como debate común la actuación de Aída Nízar en Supervivientes, que una vez más, ha conseguido el protagonismo que tanto ansia, para bien o para mal…
Hoy, la vallisoletana ha vuelto a ser portada de Interviú, mostrándose en las fotografías de esta publicación mucho más favorecida que las tomadas hace 8 años.
Según las declaraciones de Aída, días antes de su regreso a Honduras, se considera: “una mártir con mucha audiencia”. Y después de todo lo acontecido, dudo mucho que existan muchos seguidores del reality que estén de acuerdo con estas declaraciones.
Porque en la vida cometemos errores e intentamos no volver a caer en ellos, pero yo recuerdo una noche del 2004 en la que Aída Nízar metió la pata hasta al fondo, obteniendo como respuesta de Xavier Sardá: “Aída, qué hija de put… eres”
Y según la gala de Supervivientes del pasado jueves, estos últimos 6 años no le han servido absolutamente de nada para enmendar sus errores y no volver a caer en la misma piedra o incluso en otra aún mayor.
Y aunque ahora la gran hermana asegure que “la conversación que tuvo con Rosa no tenía mala intención, y que se siente una incomprendida en ese infierno con forma de paraíso”, en esta ocasión en vez de haber hecho daño a una persona discapacitada, se lo ha hecho a la memoria de una persona recientemente fallecida, como es Carlos Parra, a toda la familia, a José Ortega Cano, que en esos momentos aún se encontraba convaleciente en un hospital tras el brutal accidente, y a todo su entorno.
Creo que Jorge Javier Vázquez la definió a la perfección cuando expresó que el comportamiento de Aída había sido asqueroso, vomitivo y de muy mala persona, y dudo que en las próximas noches a Aída le sea fácil conciliar el sueño, y no por la falta de alimento, sino porque su conciencia no la dejará dormir tranquila.
Porque aunque pienso que Aída era totalmente consciente de lo que iba a decir, a la vez desconocía que sus palabras fueran a tener esa repercusión tan terrible hacia su persona.
Además, estar escuchando que es tu propia madre la que te está pidiendo a gritos desde España que abandones el programa, y tú aún así decidas continuar porque hay una cámara y un pilotito rojo, es tremendo… ¡Y más recordando que hace dos meses andabas anunciando tu retirada de la televisión!
Ya que después de haberte comportado así, lo mínimo es que hubieras abandonado Supervivientes esa misma noche, aunque fuera por pura vergüenza, sin ni siquiera esperar a que sea la organización del programa quien te invite a abandonar esa isla.
Si hay algo que echara en falta por parte de la organización del programa es que no expulsaran a Aída de inmediato, ya que podía haber dañado gravemente a Rosa Benito, porque aunque técnicamente no haya desvelado información del exterior, hay ciertas preguntas que sabiendo que Aída viene de España pueden resultar muy reveladoras, y recordemos que nada más pisar la isla hizo alusión a que hay ciertos animales que se ponen a menudo a cuatro patas, haciendo alusión a las imágenes en las que Rosa Benito y Amador Mohedano comentaban sus juegos con las luz apagada.
Y yo lo veía venir, porque el regreso de Aída Nízar a Supervivientes ha sido como meter un lobo hambriento en un rebaño de ovejas, y luego echarse las manos a la cabeza cuando haya matado a alguna de sus presas…Quizás han abusado de su buena fe pensando que Aída, con lo que ama este formato, nunca haría tal cosa.
Aunque recordemos que esto no es algo nuevo, ya que en la edición pasada, José Manuel Parada también desveló ciertos datos importantes provenientes del exterior, aunque no de la misma gravedad que a los que hoy hacemos alusión.
Después de haber vuelto a ver las imágenes de la conversación de Aída con Rosa Benito, me pregunto, ¿Cómo puede haber sido capaz de hacer mofa y burla sobre el lugar de entierro que puede elegir una persona que ha estado luchando entre la vida y la muerte durante el último mes, mientras se santigua, mira a cámara y sonríe?
Es una locura, es tan desmedido…
Sobre todo teniendo en cuenta que Aída conocía el último parte médico del diestro y sabía que estaba mejorando. Entonces ¿a qué viene hablar sobre el entierro de una persona que se encontraba hospitalizada progresando favorablemente? ¿Le gustaría a ella que le preguntaran por el entierro de su madre? ¿Cómo le sentarían ese tipo de preguntas? Porque recordemos que Aída ha pedido mil veces que no se hable sobre la muerte de su padre, pero a su vez se ha atrevido a hacer alusión al padre de Kiko Rivera con “si tu padre levantara la cabeza”.
Y lo más triste es que todo este bochornoso episodio ha sucedido por creerse que con esos comentarios tan macabros iba a ser vanagloriada por realizar la entrevista de su vida, por haber conseguido sacar a Rosa unas cuantas palabras sobre su relación con Ortega Cano después de todos los debates abiertos en torno a este tema desde hace semanas.
Aída, ¡no todo vale por un pico de audiencia! Y deberías aprender que hay momentos en la vida en los que tienes que dar un pasito para atrás.
Me llamó la atención que mi compañero Jorge Javier Vázquez sacara la cara por Rosa Benito, mientras que su hija Chayo, presente en plató se mostrara impasible ante los elementos. Si fuera mi madre la que estuviera en la situación de Rosa, yo habría liado la de san dios por mucho que no pudiera transmitírselo personalmente.
Por otro lado, la madre de Aída también se equivoca intentando justificar lo injustificable, ¿se piensa que ha tenido la hija perfecta y que nunca debe rectificar? Porque al comienzo del reality Mª Ángeles aseguraba que en el momento en que su hija hiciera algo mal, ella sería la primera en decírselo, pero sus promesas cayeron en saco roto…
Me gustaría que por un minuto hubieran estado presentes en el salón en el que se encontraban los familiares de Carlos Parra, que habiendo enterrado hace sólo un mes al padre de familia, la noche del jueves tuvieron que contemplar atónitos cómo su muerte formaba parte de una enrevesada broma macabra por parte de Aída Nízar. Quizás así se darían cuenta de la gravedad de lo que hacen y dicen.
Si yo estuviera en la piel de Aída sería incapaz de quedarme con el sufrimiento de haber escuchado el terrible dolor que he causado a dos familias, después de haber recibido semejante bronca en directo y de haber escuchado cómo quieren echar a mi madre de un plató… Estaría pidiendo a gritos que me devolvieran a España para arreglar lo sucedido o retirarme definitivamente.
El calentón de Jorge Javier Vázquez fue totalmente normal, ya que comenzó la gala advirtiéndole que no quería pagarlo con ella, pero la madre de Aída en vez de reconocer el error de su hija, puso todas sus fuerzas en intentar justificar esa bestialidad, por lo que el presentador lógicamente terminó explotando.
Y como la familia de Carlos Parra me hizo llegar el pasado viernes mediante el siguiente mensaje, las palabras de Jorge Javier les han reconfortado, dentro del terrible dolor:
"Mucho ánimo y muy bien por Jorge Javier. Dale las gracias de nuestra parte por ser como es y por decirle a Aída lo que se merecía. A la audiencia les dice, no darle más minutos de televisión a Aída Nízar, aunque haga ganar dinero a las cadenas de televisión, aunque suba las audiencias, no llevarla más a televisión, es muy mala persona, por decirlo suave, no tiene corazón y tiene la sangre muy fría. Sería justo no verla en la tele nunca más".
De la misma manera, la noche del jueves tuve la oportunidad de hablar con la familia del diestro, y me confesaron dolidos e indignados que “habían llorado lágrimas de sangre, y que no se podían creer que en un reality en el que se supone que todo es entretenimiento y diversión pudiese suceder algo así, que se estuviese debatiendo sobre dónde le gustaría que enterraran a una persona que ha estado muy malita al borde de la muerte”.
Esperemos que las palabras desafortunadas de la vallisoletana no afecten psicológicamente a Ortega Cano, que hace escasas horas recibía el alta hospitalario, y a partir de ahora será totalmente consciente de todos los comentarios que se viertan sobre su persona.
Cambiando de tercio, el reencuentro de Rosa Benito con Amador Mohedano fue un claro ejemplo de un matrimonio consolidado que después de 35 años casados, siguen desbordando amor y pasión.
Y finalmente, con esos bonitos momentos televisados, desvanecieron de un plumazo todos los rumores de crisis y distanciamiento de la pareja.
Pero para mi compañera, la visita de su marido ha tenido como consecuencia la reacción menos esperada por todos, ya que según asegura, desde de la visita de Amador se encuentra peor en la isla.
¿Le habrá sabido a poco el revolcón en la playa? Espero que Rosa levante el ánimo y se enfrente con fuerzas a estas últimas semanas de concurso en las que la tensión y las debilidades se multiplican día tras día.
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