No soy ningún experto en fotografía y entiendo que en imágenes de publicidad lo importante es centrar la atención en el producto a la venta, pero en la sesión fotográfica que os muestro a continuación que tuvo a Miriam Gh14 como modelo protagonista, da la ligera impresión de que a todo el mundo le pasó desapercibido un curioso detalle… Cada vez que Miriam centraba toda su atención en el objetivo, mostrando su mejor pose, aparecía en el plano, como por arte de magia, todo tipo de objetos que ocultaban gran parte de su cara.
El making off de dicho reportaje tuvo que ser de traca…
Sí, Miriam, dámelo todo, mira a la cámara… Ups qué pena chata, no sé qué habrá pasado pero de repente una ventana se ha plantado delante de tu cara. Venga ahora Mimi, saca lo mejor de ti… Sí así, pero más lejos. Sí, tranquila, cuenta 563 pasos en sentido contrario a la cámara y quédate allí quieta. Ahora, perfecto.
Muy bien guapísima, ¡ahora prepárate para unos primeros planos de impresión! Ay perdona chatina, esto de las nuevas tecnologías… No sé qué habrá pasado pero en estas últimas fotografías pareces la madre de los Teleñecos, ya sabes preciosa, tu cuerpo ocupa el primer plano de la cámara pero por alguna razón que desconocemos nunca aparece tu cara…
Esta te encantará! Un primer plano con un novedoso sistema de marketing que creará tendencia en el mundo entero. Sí jaca mía, las letras de la marca ocupan gran parte de tu cara, pero piensa que posees una sonrisa de las que no se olvidan, de las que te dejan marcado de por vida. Y entiéndelo, no podemos permitir que desvíes la atención del espectador y que se centren deslumbrados en algo más que no sea este corsé.
Vamos, que la experiencia de Miriam en el mundo de la moda es equiparable a quien comenta haber hecho sus pinitos en el mundo de la publicidad para acto seguido especificar: que sí hombre, ¿recuerdas aquel anuncio tan famoso? ¿Ese en que se vendía un producto para combatir los hongos? ¡Pues no te lo vas a creer! Los pies llenos de mugre que salían en el anuncio ¡eran los míos!
Pero bueno, Miriam siempre podrá optar por desarrollar otras facetas en el mundo del espectáculo tras mostrarnos semana por semana sus aptitudes como ¿bailarina contemporánea? En fin, de esas que se marcan un Gangnam Style o un nueve semanas y media en menos de lo que canta un gallo.
Lo que sí que tengo claro, es que Miriam reúne todos y cada uno de los requisitos indispensables para convertirse en el alma gemela de Sonia. Es como si esta y la Dra Walls fueran siamesas separadas al nacer, y entre ellas poseen una facilidad pasmosa para crear una cadena de manipulaciones dignas de estudio.
Miriam utilizó su vis a vis con Sonia para malmeter lo máximo posible a su querida amiga sobre Igor, dándole todo tipo de explicaciones e indicaciones sobre comentarios y hechos que tuvieron lugar en el exterior y que bien hubieran merecido su expulsión directa de la repesca.
Y es que Miriam lo tenía claro, ¿qué mejor que utilizar los lavados de cerebro y el corre-ve-y-dile de la canaria para su propio beneficio metiendo más leña al fuego? Porque a pesar de que intente maquillar su mala baba con un falso sentido del honor para con sus amistades, la realidad es que Miriam está cegada por sus ansias de venganza, y no ha encontrado mejor estrategia que crear un frente común para derrotar a su nuevo archienemigo.
Enemigo declarado al que tiene jurada la guerra hasta tal punto de haber afirmado que si entra en la casa, “piensa ir a por Igor a muerte”. Pero tranquilos, no os centréis en el sentido bélico de sus amenazas, qué la sangre no llegará al rio.
Me creo a pies juntillas que Miriam tenga la firme intención de ir a muerte a por su Igor, pero en amplio sentido de las palabras, y que la rubia está intentando dejarse llevar por el despecho para contener las ganas de matar a Igor, pero a... ¿besos, quizás? Dejémoslo ahí, qué no quiero cargar en mi conciencia haber sido el detonante para que el pobre Mai se lance definitivamente a los brazos de Amor.
En fin, una vez prendida la mecha, con Sonia todo es coser y cantar. Con sólo centrar la mirada al frente, la canaria se ha encargado de ir marcando a fuego a cada uno de sus compañeros con grandes dosis de lagrimeo y cinismo.
Así que, puestos en faena, la Dra Walls ha llevado a cabo su parlamento en defensa propia para embaucar a los de dentro y fuera de la casa mediante unos sencillos pasos a seguir.
Primero, ha optado por lo típico, hacerse la víctima hasta decir basta, con unos sofocos y terrores superlativos que en más de una ocasión me hicieron pensar si con la entrada de Igor en la casa, Guadalix se convertiría en el siguiente escenario de la saga de Saw.
Segundo, repasar uno a uno a todos sus compañeros para verificar si estos siguen el camino que ella les ha marcado. Y en el caso de que la operación no sea satisfactoria, utilizar las pullitas y fomentar la culpabilidad ajena por no firmar con sangre su apoyo incondicional.
Resultado, llorera de Raki y Susana, y los demás compañeros con un cacao mental de los que hacen historia, a riesgo de que esta noche durante el debate nos encontremos a todos los concursantes distribuidos por las esquinas de la casa, meciendo en sus manos la poca cordura que les quede.
Y tercer y cuarto paso. Tras volver a repetir la fase de víctima desvalida con el mundo en tu contra, qué mejor que basar tus siguientes movimientos dedicados a la audiencia y, utilizar lo más básico, lo que siempre vende, lo que las carpeteras ansían como agua de Mayo…el sexo.
Pero como pasar de los besos de caracol a los revolcones explícitos de Indhira y Arturo dentro de un ataúd es un cambio demasiado brusco, mejor ir soltando pequeñas píldoras para abrir boca y así garantizar que el espectador se quede con ganas de más.
En consecuencia, por ahora nos conformamos con un calentamiento de preliminares en el jacuzzi y una ducha conjunta en la que el pelocho desborda todo su amor. ¿Y mañana? Pues dios dirá, o más bien, ya lo dirá el resultado de las nominaciones y de la repesca porque, ya se sabe, conseguir grandes logros requiere grandes sacrificios.
Y todo este papelón improvisado a marchas forzadas, en definitiva, es sólo fruto del miedo, del pavor que siente la canaria a que alguien ose criticar su comportamiento delante de toda España, a que su fachada de doña perfecta se vea enturbiada por la doblez de sus palabras y de sus actos. Y, querida Sonia, el problema no está en tener miedo a lo desconocido, lo malo es tener razones para tenerlo por lo que ya conoces de antemano y querer vendernos lo contrario.
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