Lucía Etxebarria, del Planeta al Oscar
El melodrama infumable que Lucía Etxebarria se ha encargado de dirigir, guionizar y protagonizar desde que el Campamento de Verano diera comienzo, sobrepasa todos los límites. Un papelón de los que hacen historia, marcado a fuego por un lema: el fin justifica los medios.
Durante el transcurso de un reality cada cual utiliza las cartas que considere necesarias para ganar la partida.
Unos vienen con la estrategia bien aprendida de casa, como es el caso de Gaby, cuyos puntos fuertes se centran en un chonismo desbordado y una mala mezcla de Inma Gh7 y Leticia Sabater con quince litros de cafeína en el cuerpo, dejándonos el resultado que todos hemos podido observar una poligonera sobreactuada, maleducada y bastante limitada de mente, que hasta para decir hola realiza más aspavientos que los actores del cine mudo.
Otros como Montalvo, a falta de una Rosa Benito a la que agarrarse como una garrapata, optan por pasar desapercibidos. El típico concursante que podría desaparecer durante días sin que las cámaras notaran su ausencia, pero que cuando menos te lo esperas, se han plantado en la final del concurso gracias a su mutismo y a su afición por no mojarse y pasar sin pena ni gloria por allá donde pisan.
También hay personajes que se ven obligados a improvisar, ya que se encuentran fuera de su hábitat natural y a falta de los requisititos con los que han contado en otras ocasiones para destacar. Y como Gandía Shore -salvo la presencia de Gaby- tiene poco que ver con Campamento de Verano, Esteban no tiene más remedio que armarse de valor y protagonizar un momentazo Brokeback Mountain junto a Jeyko, imitando al arrebato inexplicable que le dio al padre de Desi. Todo sea por la ovación del público y porque no se olviden de tu existencia.
También es imprescindible contar con alguna serpiente de dos cabezas, alguien dispuesto a arrastrarse y traicionar a sus compañeros. El concursante tipo Pulpillo Gh8 del que nadie se puede fiar y que tiene claro que si por cualquier casualidad se ve en un aprieto, hará todo lo que esté en su mano por no caer solo y llevarse a unos cuantos por delante. Y para eso tenemos a nuestra querida ex-concejala de los Yébenes, que además de considerarse una auténtica diosa del sexo –según nos mostró su polídeluxe- también posee ciertas cualidades por las que me resulta fácil comprender por qué la vocación de esta mujer se vio encauzada hacia la política.
Pero sin duda alguna, el concursante que se lleva el premio a la estrategia más patética y rastrera es Lucía Etxebarria. Esta mujer cada día me recuerda más a aquellas personas a las que se les llena la boca criticando a Sálvame o a Gran Hermano, que demonizan cualquier cosa que haya ocurrido en un reality o programa del corazón, pero que luego son capaces de darte todo tipo de detalles sobre el tema, demostrando no haberse perdido ni un solo capítulo de toda la saga.
Así es “la planeta”. La escritora de renombre se encargó de sembrar vientos desde mucho antes de entrar al reality, sentenciando que por necesidades económicas no tenía más remedio que participar en un “programa basura” de los que tanto ha criticado, siguiendo la estela de otros tantos que conocemos que tras poner a Sálvame a caer de un burro, luego se han matado entre ellos por conseguir una silla en el programa. Nada nuevo…
Y es que no hay más que observar el comportamiento de esta señora que parece empeñada en homenajear a los concursos de Miss Camiseta mojada –pero de sudor-, para darse cuenta de que es toda una experta en “programas basura”, de los que debe haber cogido apuntes para montarse la actuación que nos está vendiendo.
El polo verde de Iñigo Gh1 o el albornoz de Fran Gh2 serán desbancados por la camiseta azul de “la planeta”, que gracias a las sobremesas de Sálvame ha aprendido que no hay nada mejor que llorar para meterte al público en el bolsillo, generando así defensas a ultranza a tu favor, sin importar si llevas o no la razón. ¡Ya sabemos de sobra que pocas cosas funcionan mejor que unas buenas dosis de victimismo televisado!
Vamos, que incluso su prepotencia desorbitada asegurando no conocer el nombre de ninguno de sus compañeros no era más que un cebo envenenado para cubrirse las espaldas, ya que si aseguras ser totalmente ajena a todo lo que sucede en el mundo de la televisión, te garantizas inmunidad sobre tus actos porque estos nacerán del más profundo desconocimiento del medio y de la más pura inocencia.
O eso se supone, ya que anoche pudimos comprobar cómo Lucía Etxebarria reafirmaba su guerra de clases, recordando los galardones por los que ella es conocida en España mientras comparaba su popularidad a la de Gaby, que es conocida por su affaire con Paquirrín.
Entonces, ¿en qué quedamos? ¿No conoces el nombre de tus compañeros pero sí la lista de obras y milagros de toda su vida?
Y es que los movimientos de “la planeta” no hacen más que demostrarnos todo lo contrario a lo que dice. Para mí que esta mujer tiene como objetivo hacer un 2x1. Participando en Campamento de Verano consigue recaudar el dinero que tanto necesita para pagar sus problemas con Hacienda, y a su salida ¿qué mejor que lanzar un bestseller de cómo manipular a un programa y a todo el público desde dentro de un reality?
Su comportamiento me parece de lo más indecente que he visto en los últimos años. Mientras intenta demostrarnos que posee una humanidad y espíritu reivindicativo digno de admiración con los mensajes que adornan sus camisetas, a “la planeta” no le tiembla la voz al asegurar que nadie sería capaz de aguantar semejante calvario por 30.000 euros de premio.
Que con la que está cayendo en este país tengamos que aguantar como una reinona menosprecia el valor del dinero de esta manera, daña la sensibilidad de cualquiera. Mucho reivindicar una sanidad y educación pública de calidad en nuestro país, que me parece perfecto, pero esos actos supuestamente altruistas, carecen de todo valor cuando luego metes la pata de semejante manera.
¿Esta mujer es consciente de cómo 30.000 euros cambian hoy día la vida de una persona? ¿”La planeta” se da cuenta de que vive en un país con una tasa de paro desgarradora y que la gente haría casi cualquier cosa por ganar una décima parte de su caché semanal para poder dar de comer a sus hijos?
Pero nada, son detalles insignificantes cuando se trata de esta escritora que se jacta de haber vendido 2000.000 de copias de su libro, por lo que no me extrañaría que por cada una de esas ventas hubiera perdido una neurona funcional de su ilustre cerebro; porque su humildad, sentido común y empatía, ya los doy directamente por perdidos.
Sus intentos de abandono no hay quien se los trague. Quien desea abandonar un reality, directamente lo hace, coge la puerta y se marcha, y no actúa como Pedro y el lobo, a no ser que lo único que busques sea llamar la atención de todo el mundo.
¿Por qué si no anoche decidió quedarse en el campamento? ¿Por qué eligió compartir cabaña con algunos de sus compañeros en vez de permanecer sola en la zona vip? Claramente está jugando desde el minuto cero.
Su modus operandi se ha basado en echar mierda al resto de sus compañeros. Primero aseguró que Pedre era poco más que un degenerado que tenía como hobbie darse gusto al cuerpo con gente delante, para más tarde culpar de esas acusaciones a Jeyko y Gaby, cuando todos sabemos que ellos dos fueron los primeros en acudir a la cabaña para comprobar si lo que “la planeta” aseguraba fuera de sí estaba ocurriendo en realidad, y tras verificar que Pedre estaba completamente dormido, no dudaron en tachar la versión de Lucía como un malentendido.
Luego se encargó en ir envenenando uno a uno a todos sus compañeros, asegurando que Jeyko y Gaby se habían dirigido a ella como hija de las cuatro letras, cuando dicho insulto nunca se produjo.
Más tarde conocimos que fuera de cámaras “la planeta” había concebido como buena idea tirar al campo las bragas de Gaby para que se fastidiara. Pero no pasa nada, porque Etxebarría tiene como excusa haber estado cabreada en ese momento. Y para completar la faena, uno de los perros de esta se encargó de robar y esconder entre la maleza uno de los objetos personales de Gaby, a no ser que fuera la propia Lucía la que, a cuatro patas, viera divertido protagonizar tan valiente hazaña…
Pero todos estos detalles y todas las acusaciones en contra de sus compañeros no tienen ningún valor tras ver a una pobre, desolada, y desamparada escritora llorando a moco tendido a dos centímetros de una cámara mientras ruega al cielo salir de ese reality como si se encontrara encerrada en Guantánamo. De repente las redes sociales se vuelcan con ella, convirtiendo al verdugo en víctima en menos de lo que tarda Karmele en pincharse la cara.
Es algo que nunca lograré entender, pero que después de las últimas ediciones de Gran Hermano, me sorprende cada día menos. Nada mejor que manipular y mentir sobre todo lo que sucede a tu alrededor, desvirtuando por completo la realidad, y pillarte un sofocón de impresión frente a la cámara asegurando que no puedes más, para conseguir que cierta parte del público automáticamente se convierta en tus fieles seguidores.
Y en el caso de Lucía Etxebarría su estrategia se ha visto facilitada por el carácter de sus contricantes. Jeyko y Gaby son los típicos concursantes a los que les pierden las formas y que consiguen ponerse al mundo en su contra aunque lleven la razón, únicamente por la manera que tienen de actuar y de llegar al público. Por lo que, aunque en esta ocasión estos dos tengan más razón que un santo, “la planeta” con su lagrimeo incesante y su victimismo en estado puro tiene todas las de ganar frente a los aspavientos y malas formas de sus compañeros.
Este jueves el tribunal decidiremos cuál de los dos nominados es el elegido para abandonar el campamento. Después de que anoche salvarais a Gaby y a Pedre, Karmele y Jeyko se jugaran a una sola mano su permanencia en el reality.
Jeyko se ha visto seriamente perjudicado por las acusaciones de Lucía Etxebarría y Karmele ha luchado por hacerse respetar como líder de su grupo, incluso venciendo sus miedos y atravesando un puente para conseguir que todos gozaran de una recompensa. Si fueran Gaby o “la planeta” las nominadas, mi veredicto sería sencillo, pero como por desgracia no es el caso, estos días serán esenciales para ayudarnos a tomar la difícil decisión de elegir cuál de los dos concursantes debe ser el expulsado de la semana. ¿Vosotros por quien os decantaríais?
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