Karmele Marchante: “Soy una mujer sexualmente hiperactiva”
Karmele, Poppy, Pop Star Queen…
todas estas identidades tienen en común la extravagancia y originalidad que caracterizan a mi compañera de Sálvame.
Pero hoy se sienta en este Confesionario Mª del Carmen Marchante Barrobés, dando paso a la persona que se oculta detrás del personaje para desvelarnos aquellos datos de su vida personal que, hasta el momento, eran desconocidos para todos nosotros…
Karmele, ¿qué parte no conocemos de ti?
Justo de las más importantes, mi personalidad, mi parte afectiva…
¿En qué empleas tu tiempo cuando no estás en Sálvame?
Normalmente hago cosas para mi grupo de mujeres, me voy de viaje para conferencias que doy o para asistir a congresos nacionales e internacionales, hago gimnasia y natación, leo mucho, y estudio Historia del Arte, que estoy terminando y tengo exámenes.
Vamos, qué no sabes lo que es aburrirse…
No, para mí es primordial verme con mis amistades y, por supuesto, pasar tiempo con mi marido. Vamos al teatro, al cine, o simplemente nos quedamos en casa porque estamos machacados.
El día que os quedáis en casa, ¿eres tú quien se ocupa de cocinar?
Cocinar es un trabajo, y a mí me gusta mucho. ¡Me lo monto yo sola en mi cocina y no quiero a nadie! Pero únicamente lo hago cuando tengo gente, o si le preparo una cena romántica a mi marido… Si no, normalmente él cena las mismas porquerías que yo, es decir, verduras, lechuga…
Sabemos que cuidas mucho tu dieta, a parte de los yogures, ¿en qué consiste exactamente?
Mi dieta es un aburrimiento, desayuno piña natural con café y leche desnatada y un poco de jamón. A media mañana tomo una fruta, al medio día una pechuga. Por la tarde en el plató tomo un poco de jamón, y por la noche, verdura del tiempo.
¿Desde cuándo sigues esta dieta tan estricta?
Yo siempre he hecho dieta, gimnasia y natación porque tengo tendencia a engordar, ¡he adelgazado y engordado muchísimas veces en mi vida! Pero, en los últimos años, la llevo muy a rajatabla junto con el ejercicio. Por lo que eso de “un día es un día” es un lema que me tengo prohibido a mí misma.
¿En serio? Venga, confiesa...
Bueno, sólo uno o dos días al año paso de todo y me desmadro, ¡me lo como todo! Chocolate, frutos secos, dulce, salado… ¡Me da igual lo que sea, me lo pones delante y me lo como!
Desde que estás en 'Sálvame', te has abierto mucho, ¿te arrepientes de ello?
Sinceramente, me arrepiento de “La Caja”. Tenía que haber sido lista como tú y no hacerla, porque me ha traído muchísimos problemas. Me abrí demasiado y en Sálvame es mejor no hacerlo…
Lo que pasa es que soy muy espontánea y me cuesta mucho callarme, pero aunque haya gente a quien le cueste creérselo, ni tengo doblez ni soy retorcida, y eso me ha traído muchos disgustos.
En 'Sálvame' has pasado por etapas de todo tipo. ¿Cuál consideras que ha sido tu peor y tu mejor momento?
Mi mejor momento han sido las etapas divertidas en las que nos lo hemos pasado tan bien. Nos hemos reído muchísimo, hemos hecho de todo lo que se nos ha pasado por la cabeza, y a mí no me importaba salir de un baño y cantar el lalalá o presentarme a Eurovisión.
Luego, lo peor fue la etapa en la que me marché; y esta última también está siendo muy difícil, pero yo creo que se puede subsanar.
Si pudieras cambiar algo del programa, ¿qué sería?
Los malos rollos que hay entre diferentes personas. Considero que mucha gente que ve el programa está ya cansada de nuestras historias personales y prefieren que les divirtamos.
¿Que opinión tienes sobre tus compañeros de 'Sálvame'?
Que somos las personas perfectas para formar parte de este programa. Pero ese ensamblaje estaría muchísimo mejor si fuera un poco más suave y divertido, porque cuando estamos bien en plató, somos más receptivos para la audiencia.
¿Tienes miedo a dar opinión sobre tus compañeros de manera directa?
No tengo miedo, sólo que no me gusta comentar sobre mis compañeros, y si lo hago, me limito a las cosas buenas, que todo el mundo las tiene, incluido tú…
El otro día le decías a Kiko Matamoros que si tiene alguna información sobre ti, que la sacara. ¿A partir de ahora vas a tomar esa actitud?
Si algún compañero me tiene que decir algo, adelante, pero que no estén todo el rato con que “si contaran aquello” porque no me gustan las amenazas. Preferiría que no hubiera beligerancias en el plató y que haya un límite que nunca se sobrepase.
¿Cuál es tu opinión sobre el descanso televisivo de Belén Esteban?
Creo que a Belén le está viniendo bien tomar distancia con el plató y con todos los problemas que derivan de ahí, para poder decidir cuándo volver y si está preparada para ello. Es algo que yo hice en su día yéndome a Inglaterra y la experiencia del anonimato fue estupenda.
Además, yo siempre le apoyaré porque en las distancias cortas la gente se conoce mejor, y eso me sucedió contigo, aunque hay valles que suben y bajan…
¿Con qué programa te quedarías, Tómbola, A Tu Lado o Sálvame?
Con “A Tu lado” porque no tendría momentos tan divertidos y tan buenos como los de Sálvame, pero era mucho más relajado y tranquilo. Me encontraba muy bien en mi papel y todo el mundo podía hablar.
Uno de tus enfrentamientos más sonados fue con Mariñas durante tu época en Tómbola, ¿ahora tienes algún tipo de relación con él?
En absoluto. Yo trabajo con mis peores enemigos si hace falta. Al igual que nunca te puedes hacer amiga de ningún personaje, porque al final terminan siempre traicionándote…
¿Es una regla básica para ti?
Sí, existen varias reglas de oro en el periodismo: no comer cuando estás trabajando en un acto público, respetar siempre a los personajes pero que ellos también te respeten a ti, y saber y tener muy claro que siempre acabaran traicionándote.
¿Te has quedado con las ganas de haber participado en algún programa?
No. Tengo una carrera periodística de papel y de televisión: informativos, entrevistas, programas telediarios… ¡He hecho de todo!
¿Prefieres hablar del corazón o de política?
Me gustan los programas del corazón, pero luego tengo como afición hablar de la realeza histórica y de política, sólo que de esto último estoy muy decepcionada.
¿Cuál es tu opinión sobre Doña Leticia?
Buena, hace bien su trabajo y creo que se la crítica demasiado. ¡Y te lo digo yo que soy republicana!
Se rumorea que posiblemente eres la periodista más demandada de la televisión, ¿es cierto?
No, nunca ha sido verdad cuando se ha dicho. Directores de periódicos, periodistas deportivos y de política… ¿Tú sabes la cantidad de demandas que tienen? ¡No te creas que la gente del corazón somos los más demandados!
La mayoría de esas demandas, ¿las tienes ganadas o perdidas?
Que yo recuerde sólo he perdido la demanda de la Pantoja, la de Concha Márquez Piquer, y alguna pequeña, las demás las he ganado todas.
Además, con las de Tómbola yo logré unos acuerdos muy buenos, unos acuerdos tácitos que me costaron una lucha tremenda con la dirección del programa, y ellos pagaron mis querellas hasta que se arruinaron.
¿Ahora mismo merece la pena jugarse el tipo con una querella de 600.000 euros?
No, yo cuido mucho ahora lo que se puede decir y lo que no, pero en un programa de cuatro horas y media siempre se te puede escapar algo… Pero desde que solté lo de la Pantoja hasta ahora, he aprendido muchísimo.
Con todos los años que llevas trabajados, tienes que tener un buen colchón…
Yo soy catalana, he sabido administrar mis bienes y puedo subir la persiana tranquila todas las mañanas.
De momento, ¿no piensas en una retirada?
¡En absoluto! No voy a retirarme nunca porque me gusta trabajar y, de hecho, trabajo muchísimo, ¡yo no voy a quedarme en casa nunca! Además, tengo un par de proyectos.
Imagínate que un día se acaba Sálvame y te dan un programa, ¿cómo lo gestionarías?
No me atrevería ni a dirigir ni a presentar ningún programa porque se caen… Pero de poder hacerlo, haría uno de humor muy divertido, una locura surrealista total, y claro, ¡nadie lo vería! Como yo estoy loca, pues ya está.
Si hay algo que define tu imagen en televisión, son esos estilismos tan rompedores…
¡Es que no tengo sentido del ridículo! Me gustan las cosas muy coloristas, chillonas y raras.
Siempre he llevado pelos atrevidos, rojos, rubios con crestas ¡de todo! Ahora tengo un corte estupendo, mi peluquero se ha hecho famoso desde que llegué a Madrid, se llama Julio Castro y está en C/ Campoamor, 9.
¿Esa afición te viene desde siempre?
Sí, de pequeña me disfrazaba, me ponía todo lo que pillaba del entorno, de mi madre, de mi abuela… ¡y bailaba encima de las mesas!
Durante un tiempo fuiste la Dra. Amor tratando temas de sexo en Sálvame Diario. ¿Era todo un papel o eres tan sexual como aparentabas con todos esos juguetes que traías a plató?
Lo de los juguetes surgió por casualidad, pero he sido y soy siempre una mujer alegre y divertida en esos temas…
Pero esas cosas se van perdiendo con los años, ¿ahora mismo te consideras una mujer sexualmente activa?
¡Soy una mujer sexualmente hiperactiva!
Hace poco confesaste que tienes 65 años, y hace tan sólo dos que te casaste. ¿Has encontrado al amor de tu vida?
Sí, nos casamos como pareja de hecho y estamos juntos desde hace nueve años.
Yo considero que el amor de la vida de una persona es el que te satisface plenamente como mujer y como persona y que además te da la confianza de espacios y libertades. Es lo que yo tengo y lo que le doy a mi marido.
¿Eres celosa?
No. Si tienes confianza en la persona y la conoces muy bien, no existen los celos.
Cuando llegas mal del programa, ¿es a él a quien acudes como paño de lágrimas?
Siempre ha sido mi compañero y mi paño de lágrimas. Pero ya en los últimos tiempos, en el camino de la tele a mi casa me recompongo la mente y, cuando llego, no se habla del tema. Además tengo la buena suerte de que él no ve la tele. Es ingeniero y ha vivido mucho tiempo fuera de España.
Rosa y Belén matan por sus hijos y a ti te hemos visto hacerlo por tu marido. ¿Consideras que es tu punto débil? ¿Dejarías la televisión por evitar que se metieran con él?
Yo he dejado de hacer programas Deluxe y esas cosas para evitarlo, por eso te digo que metí la pata al hacer La Caja. Él no ha salido nunca, salvo en una ocasión que entró para apoyar mi tesis.
Pero llevándole a eventos como el cumpleaños de Terelu Campos, ¿no crees que estás exponiéndole?
Fuimos porque su madre y ella son amigas nuestras y no nos importó nada más. Tengo un lema y es que si tienes que pisar, ¡hazlo fuerte con el tacón!
¿Te queda algún sueño por cumplir?
Me quedan muchos. Seguir viajando, que es una de las cosas que más me gusta en esta vida, y tirarme en paracaídas desde el Empire State Building.
El último bulo que se ha comentado sobre ti es que te has operado… ¿Cuántas veces lo has hecho?
No me acuerdo muy bien, siete, ocho o quizás diez, ¡pero pequeños retoques de los que estoy muy contenta!
Karmele, gracias por tus confesiones. Una vez más, agradecer a Luis Miguel González las excelentes fotografías que acompañan a esta entrevista.
Anunciaros que la próxima semana en “la entrevista Deluxe” de este Confesionario contaremos con la visita del conocido arquitecto Joaquín Torres para desvelarnos los entresijos de su vida personal y profesional y cuál ha sido el camino que le ha llevado a ser nombrado “el arquitecto de los famosos”. Entrevista cuya parte más importante podréis encontrar a partir de hoy en todos vuestros quioscos en la revista ¡Qué Me Dices!.
Por último, quiero daros las gracias a todos aquellos que me acompañáis desde las redes sociales, entre las que ya sumamos un grupo de más de 500.000 seguidores.
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