La injusta condena de Fortu
En la trayectoria de Fortu en el reality se marcó un antes y un después desde que la sonada noche colombiana entrara en acción gracias a Nacho Vidal y Lola. Comentarios que ambos han terminado confesando que se produjeron con el único fin de hacer daño y desestabilizar a su compañero de reality. Hecho que habla a la perfección del tipo de personas y de concursantes con los que hemos contado en esta edición de Supervivientes.
Y es que, mientras unos han gozado de todo tipo de facilidades por parte de sus compañeros, otros han tenido que hacer frente a adversidades mucho más duras que las condiciones que debían superar en esa isla.
Por un lado tenemos a Chabelita, quien se ha limitado a partir almendras y dejarse alimentar gracias al esfuerzo de sus compañeros. Primero, haciendo uso de Suhaila y, más tarde, del grupo de los chicos, pasando de odio al amor por nada más que puro interés.
Mientras, Fortu no tuvo más remedio que soportar las continuas traiciones de aquellos que le rodeaban. Primero, por parte de Nacho Vidal, su inseparable amigo durante muchísimas semanas de reality que más tarde dejaba salir a la luz una personalidad bastante controvertida por la que tuvo que ser aislado del resto de sus compañeros durante varios días. Más tarde, Chabelita destapaba sus cartas y jugaba a aprovecharse y reírse de Fortu, utilizando la promesa que hizo de cuidarla para salirse con la suya. Lola se unía a la batalla contra Fortu generando discusiones absurdas y momentos de tensión de lo más innecesarios con el único fin de sacar de sus casillas al cantante de Obús y, como no logró su objetivo, directamente se lanzó a intentar manchar lo máximo posible su imagen pública con rumores sobre su vida privada que dañaban a su actual pareja. Sin olvidarnos de Christopher, Rafa y Rubén, quienes al ver cerca la fase final del concurso decidían hacer piña y traicionar a su hasta entonces amigo para garantizarse un acceso libre al preciado maletín. Por lo que, si hay un concursante que no lo ha tenido nada fácil, ese ha sido Fortu, el concursante que, para mí, debería haberse convertido en el justo ganador de esta edición.
A pesar de ello, este rockero incansable ha cometido graves errores en su actitud y comportamiento. Nadie es capaz de pasar con sobresaliente el examen al que te somete un reality pero, como superviviente, no se le puede poner ni una sola pega.
Ha trabajado como el que más, consiguiendo a diario todo aquello que era necesario para sus compañeros y siempre los ha ayudado en la medida de sus posibilidades, sin excepción, sin rencores. Si alguien estaba pasando un mal momento sabían que Fortu era una apuesta segura en la que buscar refugio.
Sabían que de él siempre obtendrían la dosis de humanidad y compañerismo necesaria para hacerte sentir bien en esa isla. Pero estas acciones nunca se produjeron en ambas direcciones y la audiencia fuimos testigos de cómo Fortu era abandonado por sus compañeros sin el mínimo ápice de arrepentimiento mientras este sufría un ataque de ansiedad y era atendido por los servicios médicos.
Y es que, en ese momento, interesaba mucho más posicionarse como un buen amigo de la niña Pantoja que mostrarse fiel a un compañero que nunca les ha negado nada.
Incluso durante los últimos días ha tenido que aguantar todo tipo de injusticias de la forma más absurda posible, siendo cuestionado por haber utilizado un puñado de garbanzos para conseguir pescar unos cuantos peces con los que luego ellos se llenarían el estómago.
Pero nada de esto ha tenido el suficiente valor para la audiencia votante, ya que lo único que parece haber importado para hacer balance de este excelente concursante como superviviente ha sido la constante duda que ha rondado sobre su cabeza sobre si fue infiel o no a su pareja antes de aterrizar en Honduras.
Una condena de lo más injusta por parte del público, y más teniendo en cuenta a los concursantes que se han decidido dejar en el concurso por encima de él.
A Nacho Vidal, un concursante con una trayectoria impecable durante las primeras semanas que más tarde echó todo a perder y que en más de una ocasión ha demostrado el tipo de persona que es capaz de llegar a ser.
A Chabelita, una niña mimada por todos y cada uno de ellos por el simple hecho de apellidarse Pantoja, y que el único valor que ha tenido en el concurso ha sido por los titulares que se han obtenido gracias a sus declaraciones sobre su pareja, y su familia.
A Rubén, el típico concursante que produce una interminable pereza y que seríamos incapaces de definir con exactitud ya que su cobardía y su falsedad no nos han dejado conocer por completo a la persona que se esconde detrás, pero que nos ha dejado con ganas de más. El típico concursante mueble que consigue colarse en la final pero que nunca podría hacerse con el premio.
A Christopher un pijo que ha demostrado ser mucho más que eso, pero que no ha dudado en traicionar a un amigo por conseguir hacer realidad su sueño de llegar a la final del concurso, añadiendo puntos a su favor con su acercamiento a Chabelita.
Y a Rafa Camino, un concursante que entró lesionado y que no ha hecho más que tomar el sol en esa isla, y cuya vaguería ha terminado por hacer gracia al espectador.
Este es el popurrí de concursantes que habéis decidido que son merecedores de regresar a España como los últimos habitantes de la isla, y no podría estar en mayor desacuerdo.
Ahora, el pase a la gran final se disputa entre Nacho Vidal y Chabelita, y si tenemos en cuenta el resultado que se obtuvo en su último enfrentamiento, todo indica a que Isa Pantoja podría ganarle de nuevo la partida a Nacho Vidal.
Sabéis que el actor porno no ha sido santo de mi devoción debido a su comportamiento. Pero, aun así, me resultaría extremadamente sorprendente que la audiencia de Supervivientes siguiera recompensando el roneo de Chabelita con Christopher y ser hija de Isabel Pantoja frente a un concursante que, además de haber dado juego, ha trabajado duramente en todo aquello que se supone que esperamos de un superviviente.
Por mucho que respete la opinión de la audiencia, para mí, el ganador de esta edición fue expulsado anoche pero, con Fortu fuera de la ecuación, sólo espero que la final de Supervivientes no se convierta en una reunión entre Chavelita, su aspirante a nuevo novio, el mueble del ejército y la nueva versión de “el Golosinas”. ¿Sería tanto pedir?
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