Hugo, mucha cara y poca vergüenza

Durante EL Debate de anoche se emitieron las esperadísimas imágenes del edredoning de Hugo y María.

Y sin lugar a dudas, ¡este par de dos me parecen unos sinvergüenzas de mucho cuidado!

De acuerdo que se atraen mutuamente y que pasan mucho tiempo juntos, vale que está edición está durando mucho. Pero, ¿no era suficiente dejar a Julia en el confesionario después de haberte liado con la jerezana?

¿Era necesario protagonizar un edredoning delante de toda España aun teniendo la posibilidad de pedir una hora sin cámaras? ¿Era necesario que Julia tuviera que ver esas imágenes? ¿No podía haber evitado ese espectáculo retozándose y magreándose con la jerezana?

Pues está claro que a Hugo no le importa ni lo más mínimo seguir haciendo daño a personas del exterior, es más, él mismo anunció que le da igual lo que suceda fuera de esos muros. ¡Este chaval parece haber perdido el norte ahí dentro! Pero es lo que pasa cuando llevas tanto tiempo ahí dentro.

Y mientras María encantada de la vida y aprovechando la situación al máximo después de conseguir su objetivo.

Lo que no entiendo es cómo la jerezana se puede sentir tan indignada cuando Hugo momentáneamente destapa sus cartas y deja entrever que para él es un mero pasatiempo. ¿Esta chica se cree que el aranés se va a casar con ella?

No hay más que echar la vista atrás, y ver cuántos de los que se decían amigos del alma dentro de esa casa, siguen manteniendo buena relación una vez que el reality da su fin, cuántas parejas de las que se forman en esa casa llegan a buen puerto… ¡contadas con los dedos de las manos!

Y es que, aunque Hugo y Pepe suenen fríos y este tipo de declaraciones no sean políticamente correctas para muchos, tienen toda la razón del mundo, la pura realidad es que cuando uno entra a Gran Hermano no es para hacer amigos.

Quien entre pensando que ahí dentro va a encontrar al amor y al amigo de su vida se miente a sí mismo, porque casos de esos, 1 entre 100.

O si no recordemos el caso de Pepe Gh7 y su amistad con Dayron, ambos tenían intereses comunes e hicieron piña por sus propios beneficios que se tradujeron en que uno ganara el premio y lo repartiera con el otro.

Pero ¿y su amistad? Compartieron discusiones, enemigos y dinero, pero los sentimientos reales no vienen dados de la mano en esa casa.

Otro que no parece entender de qué va el juego es Dani, que con su comportamiento es como si de repente estuviera súper súper súper enamorado de Hugo y no pudiera disimularlo.

Le duele en el alma que para el aranés él no sea tan importante en la casa y que no le tiemble el pulso al nominarle, se pilla mosqueos de impresión con cada desplante que le hace y con cada mala contestación que le da, e incluso el otro día su única preocupación si era expulsado era marcharse de Guadalix teniendo mal rollo con Hugo, ya que le demostró que era algo que no le afectaría en absoluto.

Pero en cambio, para Dani parece imposible estar en esa casa sin andar detrás de Hugo como una perra en celo; le graba mientras tiene relaciones con María con un morbo desmedido, como si quisiera ser él quien estuviera debajo de esas sábanas en vez de la jerezana…

En fin, ¡ni contigo ni sin mí tienen mis males remedios!

Por otro lado, Noemí sigue en su línea, miente de manera compulsiva, dañina y desconsiderada como si no pudiera parar.

¡Ahora tiene la cara dura de asegurar a Alessandro que le esperara fuera y que no tenga miedo porque nunca le ha hecho daño!

Si su affaire en Brasil fuera un secreto que se pudiera mantener en el tiempo, podría tener alguna lógica su comportamiento, pero cuando se trata de un hecho grabado y retransmitido no entiendo cuál es la finalidad de su mentira, ya que cuánto más tiempo pase, más traicionado y humillado se va a sentir el italiano.

A lo largo de mi vida he conocido a gente como Noemí que ante la pillada de una mentira reaccionan así, llorando, mintiendo y poniéndose a la defensiva, y sinceramente, este tipo de reacciones me parecen algo inmaduro y bastante desequilibrado.

Cambiando de tercio, el otro día Mercedes Milá al conocer a Fael -concursante brasileño- aseguraba entender por qué había ganado el reality después de comprobar que el chico tiene coco, como todos los ganadores del reality.

¡Y discrepo totalmente con esta afirmación!

En los ganadores de Gran Hermano hay algunos que tienen un gran coco, otros que tienen un gran corazón…Y hay otros a los que si se los hiciera un test de inteligencia, quedarían justo en el límite de una persona en plenas facultades.

Vamos, y es algo que creo que ya se demostró de sobra, en La Noria con Fresita…

Fael quedó como todo un valiente y un buenazo declarando que Cristian y María no miraban con buenos ojos a Noemí, a la que considera muy buena niña aunque no tuviera ni idea de su enamoramiento con Alessandro, pero a mí me parece muy fácil hacer ese tipo de juicios cuando:

Punto número 1, en 24 horas estás en Brasil volviendo a tu vida.

Punto número 2: Noemí no te ha puesto los cuernos a ti.

Punto número 3: tú eres el objeto de deseo .

Y punto número 4: Has ganado Gran Hermano Brasil, te has llevado el maletín, y en el fondo te la bufa por completo lo que suceda en el Gh España.

Por lo que, en definitiva, no veo ningún mérito en la actuación del brasileño durante su visita a Guadalix de la Sierra.

En fin, el lunes descubriremos cuál de los nominados es el elegido por la audiencia para abandonar la casa, ya que por el momento los porcentajes se encuentran muy reñidos.

Por un lado mi corazón me pide que saquen a Noemí solamente por mentirosa y por pisar los sentimientos de la gente. Pero por otro lado, deseo con todas mis fuerzas que saquen ya a Dani de esa casa para que deje de hacer el payaso y el ridículo.

Y es más, confío en que sea Dani el expulsado del lunes, porque a pesar de que Noemí se ha ganado a pulso se duramente criticada por gran parte de la audiencia, también es cierto que posee un grupo de apoyo tremendo.

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