¡Pensamos que Natura -la hija de Azahara y Juanma Gran Hermano 16- se hizo esperar, pero nada comparable al larguísimo embarazo que Giuls exconcursante de 'Gran Hermano 14' ha experimentado hasta hace tan sólo unas horas!
El 1 de Noviembre Giuls salía de cuentas ansiando el momento de por fin conocer a su hijo, pero su dulce espera se alargaba muchísimo más de lo previsto. Aunque este lunes la rubia ibicenca comenzaba a sufrir contracciones cada 7 minutos y ayudaba con distintos ejercicios para acelerar el proceso, el esperadísimo parto no tuvo lugar hasta ayer jueves a las 13:27 horas tras 41 semanas y 3 días de embarazo.
Pero, por suerte, a pesar de los nervios y la incertidumbre, Giuls ayer daba a luz a un sano y guapo niño llamado Ian que pesó 4,400 kilos y midió 56 centímetros. ¡Todo un hombrecito!
Tras recuperarse y coger fuerzas, hace unos minutos Giuls y su novio Abel presentaban al pequeño Ian al mundo mediante una tierna estampa de su nueva familia en la cama del hospital: “Estoy pasando por el mejor momento de mi vida! Esta cosita me tiene enamorada. Salió todo bien. Ahora seguiré babeando mirando a este principito. GRACIAS #mifamilia#lomasmaravillosodelmundo”
¡Enhorabuena a los orgullosos padres!
Mientras tanto, la casa de Guadalix de la Sierra ha despertado bañada en un mar de lágrimas. La ausencia de Clara se hace notar y, tras la resaca de una noche de tensión, sus compañeros no han dejado de lamentar su reñida expulsión.
Miguel, Bea, y Alain se mostraban afectados nada más levantarse y Adara no dudaba en volver a manifestar su malestar por las palabras que le regaló Clara durante su despedida. Pero, minutos más tarde, parecía entrar en `modo conciliadora´ asegurando que prefiere quedarse con el momento que protagonizaron en la sala de expulsión dándose la mano. Veremos cuánto dura la calma y sus buenas intenciones para pasar a repetir sus incansables gritos de `sinvergüenzas´ y `falsos´.
Aunque, haberse visto con un pie fuera de la casa, no ha hecho que esta polémica concursante haya dado un giro de 180 grados. Adara sigue negándose en rotundo a compartir habitación con el resto de sus compañeros. Es entendible. Hablar con ellos durante todo el día es una cosa, pero su papel de víctima no se vendería de igual manera sin la mítica y compungida imagen de la soledad de la ganadora llorando en un cuarto desierto, ¿verdad?
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