La Dra. Walls, firme candidata para el papel de Noemí Merino
La gala de anoche nos trajo de vuelta al juego a Igor, Juan Carlos, Giuls y Dodo mediante la repesca por parte de la audiencia, y por último a Miriam por decisión de los habitantes de la casa.
Una estampa prometedora que se situaba en el apartamento contiguo a la casa de Guadalix, donde permanecerán una semana a espera de la decisión final que les conceda o les deniegue un nuevo pase al concurso.
Mientras, el camión de mudanza se encargaba de sacar algún mueble inservible con destino directo al plató de Gran Hermano, en el que hubiera agradecido de todo corazón que se hubiera encontrado algún traductor simultaneo que nos facilitara el arduo trabajo que supone intentar comprender alguna de las relevantes palabras que salían por debajo de ese bigotillo de estilo mejicano.
Aunque siguiendo los sabios consejos que nos regalan a diario los hermanos Montoya, hay que ser sinceros, por lo que he de reconocer que más que una faena, nos hicieron un favor de los grandes, ya que a excepción de una escueta disculpa por el “¡qué guarrilla!” dirigido a su ex, el resto de su entrevista me resultó tan imprescindible como la presencia de su tocayo “Iván-ojos-pintados” en los platós de televisión.
Lástima que actualmente no se esté emitiendo “Las Joyas de la Corona” porque ese perfil de macarra descafeinado y de gallo sin plumas que tras mucho pavonearse ni tulle, ni bulle, ni pica ni canta, ¡sería carne de cañón para el reality!
Pero seamos positivos, gracias al 45,4% de la audiencia, Saray podrá ver finalmente su sueño cumplido, es decir, vivir la ilusión de Iván mientras a este no le queda más remedio que verlo desde el sillón de su casa.
Lo que bien se conoce como toda una declaración de buenas intenciones por parte de la concursante que se libraba por los pelos de ser ella la expulsada de la noche, mientras aseguraba a su ex no haber hablado nunca mal de él.
Y como fieles seguidores del reality sabemos perfectamente que la palabra de los concursantes de esta edición vale su peso en oro, exactamente el mismo que adorna los pendientes y alhajas de Anabel Gh14, por lo que guiándonos por una fe ciega podemos asegurar que Saray nunca habló mal de su ex Iván, que Saray y Carlos únicamente se frotaron un poco de jabón en el jacuzzi y que tiene el mismo significado decir “me he cansado de ver videos tuyos” a “me he hartado de ver un video tuyo mil veces seguidas”.
Y es que Igor, en el papel del malo del cuento para no dormir, estuvo en ocasiones algo disperso en el vis a vis que protagonizó con Sonia a su vuelta a Guadalix. Pero quizás el vasco estaba tan ensimismado entonando sus palabras al más estilo sermón dominguero de cura de pueblo que se perdió un poco al reproducir la redacción que parecía haber escrito a su compañera desde el escritorio de su casa.
Discurso que en mi opinión tuvo mucho que ver su querida Ainara, ya que ese énfasis en intentar eliminar de un plumazo su fama de mujeriego, olía a chamusquina desde el sillón de mi casa.
Al igual que nada más entrar Sonia al Confesionario y encontrarse frente a Igor, empezó a llegarme cierto tufillo a caca, mucho antes de que empezara el espectáculo que desencadenó un nuevo capítulo victimista por parte de la Dra. Walls.
Y es que la canaria tardó 0,2 segundos en hacer su particular homenaje a Noemí Merino Gh12+1 cuando –recordemos- esta entró en pánico al tener que hacer frente a las palabras que le regalaba su ex tras su comportamiento en la casa.
De igual manera Sonia optó por la lágrima fácil con ciertos toques de histeria momentánea y rememorando el “¿por qué me pasa esto a mí?” de su paisana en la anterior edición del concurso, la Dra. Walls clamaba al cielo con un lastimero “¡qué se olvide de mí, qué me deje en paz!”
Eso sí, no os creáis que Sonia iba a dejarse llevar por las emociones sin más. ¡Eso nunca! La Dra. Walls, con más astucia que Noemí, logró intercalar sus lágrimas con un apoteósico lavado de cerebro para todos los allí presentes. La verdad es que el poder de esta chica empieza a deslumbrar a cualquiera…
Pero su principal objetivo era claro, lograr incendiar a su pelocho y así conseguir que brotara al exterior su vena de macho defensor de su pobre e inocente churri. Y cómo no, Kristian, cuan obediente marioneta, siguió uno a uno los movimientos que le marcaban, y así su asombro ante lo que le contaba su loba con piel de cordero dio paso a gritos y amenazas bravuconas.
Sinceramente sentí nostalgia al comprobar cómo, a cada minuto que pasaba, la historia que contaba Sonia a sus compañeros iba distorsionándose a la velocidad de la luz gracias a sus pequeños toques de dramatismo, manipulaciones y diálogos inventados. ¡Así me gusta, qué las nuevas generaciones sigan los pasos de sus predecesores!
Mientras, Kristian pasaba de dar voces como un auténtico energúmeno y de jurar a su chica que estaba con ella a muerte, a empezar a entrarle el miedo en el cuerpo ante la posibilidad de quedar en ridículo delante de toda la audiencia por defender a Sonia y que esta más tarde se reconciliara con Igor.
Lo más curioso es que la reflexión del pelocho se fraguó a raíz de un comentario nada malintencionado de los gemelos, cuando en medio de todo el barullo preguntaron a Kristian: “Oye, ¿qué fue lo que gritaron a Sonia desde el exterior? ¿No fue que era una falsa?”
Vamos que los pilares de confianza de Kris hacia Sonia se resquebrajaron en cuestión de segundos tras recordar ese pequeño detalle. Tanto que, bajando un poco el volumen del televisor, era posible escuchar un eco a modo de psicofonía que rezaba “¿Y si tienen razón? ¿Y si soy el nuevo Alessandro de esta edición?”
Pero qué no se preocupen todas aquellas féminas que adornan sus carpetas con las fotos de los amantes de Teruel, Kristian no llegará más allá de sus dudas ya que la canaria le tienen bien adiestrado y espera ansioso cada mañana que llegue el momento de su ración diaria de comedura de cabeza.
Y vosotros os preguntareis, ¿de dónde le viene a Sonia esa apasionante capacidad de convicción? ¿Habrá nacido así como en El Don de Alba? ¿Se sentiría inspirada desde niña con el cuento del flautista de Hamelín?
Pues no, la respuesta es aún más conmovedora si cabe. Ese don debe haber sido curtido por su padre, que mientras regala a sus seguidores distintos consejos y dichos infumables, no duda en salir en la defensa de su retoño en las redes sociales alegando “que existe manipulación por parte del programa, que machacan a su hija, que no la cuidan, que es una víctima a la que se le está ocasionando un daño innecesario, que ella solamente entró a concursar en un programa de convivencia y no para que se la destrozara con mentiras…”
Y llamadme nostálgico, pero tras leer esos discursos que consiguen ponerte la piel de gallina con la emoción que producen, inevitablemente me vinieron a mi memoria los alegatos que la hermana de Noemí dejaba en las redes sociales ante las críticas que recibía la canaria en el concurso.
¡Si al final tendrá razón y Noemí va a ser recordada como el Titanic! Y tanto no puedo llegar a afirmar, pero que la canaria y su familia el año pasado crearon todo un modelo a seguir para algunas mentes prodigiosas, no me cabe ninguna duda.
Por otro lado, tal y como deseaba en el post de esta semana, tras quitarnos de en medio a Iván, los gemelos han salido por fin a la palestra y, si yo fuera Nagore Robles, estaría temblando por la posibilidad de perder la corona como la concursante expulsada con mayor porcentaje de la historia de Gran Hermano…
En fin, que nos espera una semana de reality movidita que sin duda nos regalará multitud de sorpresas y broncas.
Cambiando radicalmente de tercio, no puedo terminar este post sin invitaros a la boda que se celebrará mañana en El Templo del Amor de Las Bodas de Sálvame a partir de las 16:00 horas.
Una historia que nos hace creer ciegamente en las segundas oportunidades que nos brinda la vida, ya que Susana y Pedro, nuestros protagonistas de esta semana, fueron pareja de jóvenes pero el destino les obligó a separarse y a iniciar una nueva vida junta a otras personas durante largos años, llegando a casarse y a tener hijos en ambos casos.
¡Pero la vida se encargó de volverá cruzar sus caminos, y Susana y Pedro no dudaron ni un minuto en aferrarse a esa nueva oportunidad!
Pedro confiesa que Susana es la única mujer de la que ha estado enamorado y Susana está loca por Pedro y por poder compartir el resto de sus días juntos, disfrutando de esa felicidad a la que estaban predestinados desde muy tierna edad.
Pero un obstáculo les impide vivir con la máxima intensidad la alegría de poder darse mañana el tan esperado “Sí, Quiero” en Las Bodas de Sálvame. Tal y como os anunciaba desde el programa, hemos estado de cabeza toda la semana con el tema de la familia de Susana, y es que ningún miembro de su familia está dispuesto a asistir a Telecinco para la celebración de su boda.
¡Ni siquiera su hija y sus padres tienen intención de acompañar a Susana en el día más feliz de su vida! Tanto es así que, en principio, todo se está planeando para que la mitad de nuestro plató se encuentre vacío después de que la familia de Susana al completo declinara su invitación de boda.
Así pues, creo que mañana es el día ideal para demostrarle a Susana que, aunque su familia no quiera estar a su lado en el momento más importante de su vida, todos estamos con ella apoyando su decisión e intentaremos por todos los medios que el dolor producido por la ausencia voluntaria de todos sus seres queridos no enturbie los momentos de felicidad que vivirá tras finalmente unirse en matrimonio con el amor de su vida. ¡Os espero a todos mañana a las 16:00h!
Para cualquier información de interés sobre los temas que tratamos, podéis dirigiros al siguiente correo: info@kikohernandez.es