Desde el comienzo de esta edición de Supervivientes contamos con la presencia de la novia actual de Carlos Lozano, una modelo peruana de 23 años. Pero, lo que desconocíamos hasta el momento es que otra de las concursantes de esta edición conociera bien a fondo al polémico ex concursante de Gran Hermano VIP 4.
¡Y es que, tal y como descubrimos anoche, la ganadora de 'Hotel Glam´ y 'El Reencuentro´ habría mantenido con el presentador algo más que una bonita amistad!
Todo comenzó con una broma de Antonio Tejado que no da puntada sin hilo, hasta que todos los habitantes de Laguna Cacao comprobaban que lejos de una inocentada, el ex yerno de Rosa Benito había lanzado toda una bomba informativa en la isla.
La propia Yola desvelaba poco después que su compañero estaba en lo cierto y que, tras conocer a Carlos Lozano desde hace 20 años y mantener una amistad, hace dos Navidades los apretones de mano dieron paso a un affaire al que ella no parece dar la mayor importancia.
En cambio, la pareja actual de Carlos Lozano no se tomó con el mismo talante que el secreto de su pareja hubiera visto la luz, a pesar de conocer con anterioridad la relación que les unía a ambos. Pero a la peruana, que todo el mundo sepa que comparte isla con otra fémina con que ha compartido hombre, no es en absoluto nada agradable.
Dicen que en la variedad está el gusto pero sabiendo la larguísima relación que el presentador mantuvo con Mónica Hoyos -39 años-, cuesta bastante entender que ese mismo hombre sienta atracción por polos tan opuestos como Yola Berrocal -45 años- y Miriam Saavedra -23 años-.
De la guapa y avispada Mónica a la exuberante y peculiar Yola y, de ahí, a una joven aniñada, con la mitad de la edad de la anterior. Por más que busco, no encuentro la similitud entre estas tres mujeres, ni en físico ni en personalidad.
La madre de su hija cuenta con fuerte carácter y rapidez mental. En cambio, la ex sex-bomb es toda candidez y ternura y, aunque no tiene ni un pelo de tonta, todos conocemos bien a Yola. Por otro lado, Miriam a sus 23 años parece faltarle algún que otro hervor, teniendo en cuenta sus berrinches de niña de 3 años, negándose a tirarse de un helicóptero, haciendo oídos sordos a las peticiones de sus compañeros meándose repetidas veces a dos pasos de donde duermen, alegando tener miedo a la oscuridad de la isla y lloriqueando sin la mínima excusa.
En Guadalix de la Sierra, Carlos no veía con buenos ojos que Laura Campos hiciera pis en la ducha pero, seguramente, durante los próximos días encontrará alguna buena razón para justificar la incontinencia urinaria voluntaria de su novia, miccionando sobre las almendras que más tarde tenían que echarse a la boca.
Guapa a rabiar, madura, inteligente y limpia. ¡Todo un partidazo!
Pero el nombre de Yola no sólo salió a relucir por su pasado amoroso en el que Carlos Lozano formó parte, también por su actualidad. Y es que, según los movimientos extraños que captaron las cámaras de la isla y los rumores existentes, podría ser que nuestra Yola hubiera hecho las veces de buena compañera desahogando a Mario Damico bajo las mantas.
La historia se repite. Si allá por el 2003, Yola Berrocal negaba en rotundo los rumores que aseguraban el supuesto trabajo manual que habría hecho a Dinio en el autobús, ahora hace frente a la repetición de la jugada, cambiando un cubano por un italiano.
Mientras tanto, Dulce finalmente ha dejado de dar los buenos días y buenas noches para comenzar su particular vendetta al clan Pantoja. Reproches a la famosa tonadillera y acusaciones a su hermano. Incluso la niñera de Chabelita se atrevía a entonar una de las canciones de Agustín Pantoja para intentar animar a una hundida y desalojada Mila Ximénez.
Mi compañera se encuentra desanimada y abatida tras sentirse de poca utilidad para el grupo. Presión psicológica que se ha visto agravada tras perder la prueba de anoche, teniendo que abandonar Isla Privilegio para trasladarse a Laguna Cacao.
Un duro periodo de adaptación que no está resultando nada fácil a Mila, sufriendo insomnio y ataques de ansiedad. Pero aun así, confío plenamente en mi compañera. Sólo necesita ser plenamente consciente de su gran fortaleza mental, y el concurso cambiará de manera radical para Mila.
Porque, a sus 63 años, es totalmente imposible que Mila pueda comparar su resistencia o fuerza física a la de chicos de veinte pero, Supervivientes no se trata de un sprint, sino de una carrera de fondo en la que sólo llegan hasta el final aquellos cuya fuerza reside en su mente, y no en sus músculos.
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