Los chicos de GH14 se desnudan
Lejos quedaron aquellos tiempos en los que únicamente se utilizaba el cuerpo de las mujeres como gancho de mercado. En la actualidad, ya no es que se haya igualado la imagen que se proyecta de ambos sexos, sino que incluso diría que se han cambiado las tornas.
Desde las primeras ediciones de Gran Hermano, y como viene sucediendo actualmente, la mayoría de las féminas que han pasado por la casa más famosa de Guadalix de la Sierra acostumbran a mostrar cada centímetro de su cuerpo en la portada de Interviú en cuanto tienen la ocasión a su alcance.
Y, aunque los cachés no tienen nada que ver con las portadas millonarias que se pagaron hace 10 años, este sigue siendo uno de los filones indiscutibles para llevarse al bolsillo una buena cantidad de dinero tras exponer tu vida al público las 24 horas del día.
En muchos de los casos, esta es la única salida que encuentran muchas de las ex grandes hermanas que tardan apenas unas horas en caer en el total olvido por parte de los espectadores del programa.
De la última edición de Gran Hermano tenemos claros ejemplos de ellos: Noe, Giuls, Raky, Miriam y, hace tan sólo unas semanas, Yessica se sumaba a la lista.
Pero, ¿y en el caso de los chicos? ¿Cuál es el modus operandi que utilizan los concursantes de realities para seguir exprimiendo al máximo su paso por Gh?
Desde cualquier pretendiente de Mujeres y Hombres y Viceversa hasta finalistas y ganadores de Gran Hermano encuentran en los bolos de discotecas una forma de ganarse la vida.
Bien es sabido que las discotecas buscan albergar el mayor número de mujeres como clientes de sus salas, ya que donde haya féminas, ahí acudirán los hombres, quienes, por lo general, son los que mayores beneficios económicos reportan a estos locales.
De hecho, es algo de lo más usual encontrar que muchas de esas discotecas ofertan entradas gratis a las mujeres mientras que los chicos tienen que pagar su correspondiente pase. Marketing en estado puro.
Pero, si para aprovechar al máximo tu tirón mediático necesitas garantizar expectación entre el público femenino y, al tratarse de hombres, no tienen en su mano la posibilidad de mostrar sus encantos en una portada de tirada nacional. Después de meses sin mostrar tu cara en televisión, ¿cómo conseguir que tu imagen siga siendo un reclamo rentable para las discotecas?
Pues bien, los concursantes de la última edición parecen haber dado con la clave. ¿Qué mejor que recurrir a lo más básico y venderte como carne 100% Gran Hermano? ¿Para qué andarse con rodeos? ¿Por qué no mostrar directamente la mercancía?
Juan Carlos fue el primero en abrir la veda. Sus fotos nada más salir de la ducha, con albornoz abierto hasta donde la tripa va perdiendo su nombre, son más que habituales en las redes sociales. Y oye, que es de entender… Se supone que tras larguísimas noches en vela esperando la ansiada llamada, y comprobar como sus posibilidades de convertirse en parte del nuevo catálogo de Ikea se esfumaban en el aire, no ha tenido mejor opción que ir mostrando centímetro a centímetro cada parte de su cuerpo. Que si me preparo para un baño y ¡ups, se me escapa la toalla y el espejo de repente se convierte en un ávido paparazzi! Que si ensayo mil y una posturitas con el mar de fondo como si me hubiera poseído una mezcla extraña del espíritu de Ana Obregón y Norma Duval…
Y para aumentar el tamaño de su book de estar por casa, nada mejor que llamar a Kristian para unirse a la causa a modo de 2x1. Como viene siendo habitual, el Pelocho es único en su especie en ir al rebufo de los que tiene a su alrededor, por lo que, me imagino que con el consentimiento de su dueña, tuvo a bien despelotarse en compañía de su amigo para mostrar a sus seguidoras lo que podrán ver en vivo y en directo si les consigues un bolo en alguno de sus pueblos.
De momento, pretenden deleitar a sus fans con un primer plato de cintura para arriba en distintos planos y escenarios, pero ¿qué tendrán preparado como el postre? ¿Se ofrecerán como recortables? ¿Distribuirán sus fotos más atrevidas a modo de rasca y gana? ¿O se decantarán por las entregas en fascículos de toda la vida?
Y Kristian, que como adelantaba en la última entrevista que ofreció en la radio, está más que interesado en explotar su talentosa faceta de modelo, ¿decidirá seguir ampliando fronteras y demostrarnos cuál de sus dos apodos le define de manera más correcta en sentido global? Ya sabéis, que si pelocho, que si muñeco… Por mi parte, voto porque esa sea una de las incógnitas que permanezcan sin desvelarse a través de los tiempos, que con echar un vistazo a su cabeza ya tenemos pelo para forrar 4 abrigos…
Pero no todo es carnaza expuesta en el mercadillo. Kris y Juan Carlos deben haberse planteado bien sus estrategias hasta llegar a la conclusión de que, en ocasiones, es mejor no encasillarse. Así pues, a la vez que nos muestran su torso al viento con aires de “me molo a mí mismo”, este par de dos nos sorprenden con unas instantáneas en las que nos desvelan su lado más tierno.
Nos sentamos en unas rocas fingiendo una escena de lo más casual, saltamos por la orilla como cabritillos mientras el mar salpica nuestros pinreles y, para finalizar, nos alejamos con la mirada perdida en el horizonte, descalzos por la arena cuando el sol comienza a descender.
Llamadme sentimental pero desde los correos en cadena de un mono abrazando a un perro no había visto imágenes más conmovedoras que estas. Todo un alarde de sensibilidad y de amor en estado puro que desbancarían de un plumazo a las escenas de exaltamiento de la camadería de películas como, por poner un ejemplo cualquiera, ¿Brokeback Mountain?
De igual manera, los hermanos Montoya también se han unido a esta moda, aunque en su caso, de manera mucha más cuidada a cargo de un fotógrafo profesional.
De forma cutre o en estudios de fotografía, está claro que esta es la única salida que los chicos de Gh14 han encontrado para vender su imagen como si de un mercado se tratase y, así, animar al público femenino a querer llevar una dieta a base de carne 100% Gran Hermano. Ver para creer…
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