Charlotte, firme candidata para arrebatar el puesto a Nagore Robles
A finales del 2009, Nagore Robles se convertía en la tercera expulsada de 'Gran Hermano 11' con el mayor porcentaje de votos de toda la historia del reality. Ni más ni menos que un 95%. Desde ese momento era coronada como la mala malísima de 'Gh'. Pero, ahora más que nunca, su reinado se encuentra en serio peligro, pudiendo ser desbancada por Charlotte.
La argentina entraba a 'GHVIP dándose' a conocer en nuestro país como una veinteañera adinerada, súper operada y bastante consentida. Su frivolidad me hacía gracia, para qué negarlo, y me pareció una incorporación de lo más necesaria en Guadalix.
Pero, tras los kilos de chapa y pintura, desde hace varios días hemos empezado a conocer el verdadero fondo de esta concursante. Y, lo que hemos visto no nos ha gustado nada.
Su alianza con Belén Roca sin duda sacó lo peor de ella misma, o su verdadera personalidad, sólo ella puede saberlo. Sus continuas alusiones a los deseos que guarda acerca de la posibilidad de que algunos miembros de su familia pudieran agredir a Carlos Lozano no tienen excusa posible. Al igual que las fuertes acusaciones que han salido de su inflada boca.
Pero Carlos Lozano no fue el único protagonista de sus macabras fantasías. Junto a Belén Roca, Charlotte llegaba a divagar sobre lo que pasaría si diera “un palazo” a Francisco Nicolás, o si “sin querer, mientras cocina, tirara aceite en la cara a Fran”. Vergonzoso hasta el extremo.
Cualquier hijo de vecino sueña en voz alta con no tener problemas de dinero. Con poder comprarse todo tipo de caprichos sin mirar el precio. Con poder conducir coches de lujo y alojarse en los mejores hoteles… Charlotte no tiene la necesidad de soñar con este tipo de cosas ya que, gracias a sus padres, goza de todo tipo de comodidades al alcance de muy pocos, así pues, parece que la rubia únicamente se entretiene fantaseando con agredir al prójimo, demostrando que el nivel de su riqueza y el número de operaciones que lleva con tan sólo 22 años es inversamente proporcional al nivel de empatía que es capaz de alcanzar así como su ausencia absoluta de moralidad.
Porque la rubia tira a matar pero, lejos de arrepentirse en el proceso o cuando es reprendida y puesta en evidencia por sus actos, contra toda lógica parece sentirse tremendamente orgullosa de sus acciones e incluso le producen gracia.
Eso fue lo que pudimos comprobar anoche cuandotodos sus compañeros pudieron ver con sus propios ojos cómo Belén y Charlotte robaban el famoso cepillo de dientes de Carlos Lozano para rebozarlo por el WC y que, aunque la organización del programa les proporcionó uno nuevo, contemplaron impasibles cómo el presentador se lavaba los dientes con el cepillo que hizo las veces de escobilla.
Charlotte se mostraba sonriente, prepotente y chulesca y no dudó en justificar sus actos por haberse sentido ofendida con los comentarios de Carlos Lozano. Porque ella no se acerca a un váter para limpiarlo como el resto de sus compañeros, ¡de ninguna manera! Pero si hablamos de empapar en restos fecales objetos de higiene personal de algunos de sus enemigos, no existe asco alguno.
No existe ni una sola razón que libre a esta penosa concursante de la sentencia del público y que se convierta en la concursante expulsada con mayor porcentaje de toda la historia ya que, hasta ahora, no hemos visto nada comparable a lo suyo. Bueno, sólo si pasamos por alto un pequeño detalle. Y es que la familia de Charlotte se supone que está forrada…
Anoche, después de la gala, la rubia comentaba a Fran Nicolás que espera que su familia se rasque el bolsillo en votar para salvarla. Como inversión está claro que sale rentable. Me gastó unos buenos miles de euros cada vez que Charlotte esté nominada y luego, gracias al maletín de los 100.000 euros más lo que gana semanalmente, recupero el dinero invertido y encima obtengo beneficios, además de que la niña pueda fardar de haber ganado el 'GhVIP' de España.
No sería nada extraño. Pero, ¿a costa de qué? Supuestamente esa familia no necesita el premio de 'GhVIP' para vivir y, desde hace días, la imagen de Charlotte está en el subsuelo al demostrar el tipo de persona que se ocultaba tras ese suave acento y tono de voz. Todo un lobo con piel de cordero. Y, aunque esté refiriéndome a esta concursante, evito utilizar este famoso dicho en femenino porque, si no, no quiero ni imaginarme el aluvión de acusaciones y de retorcidas ideas de venganza que saldrían de la cabecita de nuestra queridísima Charlotte.
Y, aunque Belén Roca ha sido igual de culpable, dado los problemas familiares que está sufriendo actualmente que ocasionaron su repentina salida del reality, prefiero dejar de lado la participación de esta chica. Cuando su situación familiar mejore y Belén esté en condiciones de dar explicaciones sobre su comportamiento, recogerá lo que ha sembrado. Pero, mientras tanto, desde este espacio el único mensaje que mando a la extronista es un fuerte abrazo y mis mejores deseos para su madre. Lo demás, está de más.
Pero, a pesar de todo, Carlos Lozano, como concursante, debería estar tremendamente agradecido a las jugarretas de “las cuñis” ya que gracias a ellas el presentador ha conseguido mantenerse en la casa una semana más. Si no fuera por ese papel de víctima en manos de dos despiadadas compañeras, anoche Lozano habría desfilado rumbo a los estudios de Fuencarral. En cambio, tras un duro tira y afloja, finalmente Sema se convirtió en el expulsado de la semana con un look estrambótico como él mismo y una entrevista y llegada a plató de la que sólo podemos destacar la presencia de su amiga Chabelita y su asombrosa afición a los pedos.
Por un pedo mal y un cepillo de dientes con restos fecales Carlos Lozano fue salvado por la audiencia por los pelos. Escatológico de principio de fin.
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