Tal y como os avisé el viernes pasado, Belén Roca anunciaba a bombo y platillo que su objetivo esta semana sería provocar a Carlos Lozano, tras la tremenda discusión que ambos tuvieron durante la gala del jueves. Y ha sido dicho y hecho.
Las graves acusaciones que han hecho sobre el presentador parecen no haber sido suficientes para las rubias ya que esta madrugada Belén Roca y Charlotte llevaban a cabo una brillante idea: ¡robar el cepillo de dientes de Carlos Lozano y restregarlo en el inodoro de la casa!
Podíamos ver claramente como estas dos chicas robaban el cepillo de Carlos entre risas. Y, aunque no pudimos disfrutar de las imágenes de cómo restregaban el cepillo de dientes del presentador en el váter, escuchábamos claramente cómo lo enjuagaban en el agua del WC.
Más tarde, las rubias salían del confesionario con un cepillo de dientes nuevo para poco después jactarse con un “¡ay cuñi que ya no llegamos a la final por esta gamberrada!”.
Pero, aunque el Súper les dio un nuevo cepillo para reponer el de Carlos, que ahora se encontraba con todo tipo de restos que mejor ni imaginarnos, Charlotte guardaba el nuevo cepillo en su neceser mientras esperaba el momento adecuado para poder dar el cambiazo.
Mientras tanto, esta mañana, cuando Charlotte se encontraba en la barra de la cocina, ¡podíamos observar a Carlos Lozano lavándose los dientes en el baño!
En ese momento se encendían todas las alarmas. ¿Carlos estaba lavándose los dientes con su cepillo nuevo o, en cambio, estaba frotándose la boca con los restos de heces de todos sus compañeros?
Poco después teníamos la respuesta, cuando Charlotte comentaba a Belén que todavía no había tenido tiempo de cambiar el cepillo de Carlos… ¡De traca!
El otro día poníamos el grito en el cielo porque Sema tuvo la genial idea de tirarse un nauseabundo pedo en la cabeza de Belén mientras esta dormía. Motivo por el que la ex tronista entraba en brote con toda la razón del mundo. Pero lo sucedido en las últimas horas sobrepasa todos los límites… Más aún cuando “las cuñis” amenazaban anoche con hacer esto todos los días hasta que Carlos abandone el concurso.
¿Qué hubiera sucedido si Carlos se hubiese tomado la revancha por los comentarios que vertieron estas dos chicas tachándole de “maltratador psicológico” y hubiera restregado en el WC algún producto femenino de las rubias? ¿De qué estaríamos hablando entonces?
Carlos Lozano es un concursante excesivo y provocador, crecido hasta el extremo desde la entrada de Kiko Matamoros en la casa. Desde entonces, su estrategia de concurso se ha basado en formar todo tipo de broncas los martes, jueves y domingos, al igual que Julián Contreras se vestía con su cara de pena.
Carlos tensa la cuerda hasta que se rompe dando a cada uno de sus compañeros dónde más le duele para conseguir su objetivo y convertirse una vez más en el centro de la polémica. En ese concursante que cree decir a los demás lo que la audiencia opina.
Para ello, el presentador cruza peligrosamente las líneas marcadas, llamando “tarado” a Julián Contreras o diciendo a Raquel Bollo. Comentarios que no tendrían la menor importancia si no supiéramos que Julián Contreras intentó quitarse del medio meses antes de su entrada en el concurso –tal y como confesó en el plató del Deluxe- y que Raquel Bollo salió a la palestra tras su tortuosa relación con su exmarido.
Carlos tira a matar pero los demás juegan en una liga que no da la talla. En vez de hacer oídos sordos y dejar que Lozano se hunda en la basura que a veces suelta por la boca, ellos entran al fango y terminan perdiendo la batalla estrepitosamente.
Raquel Bollo debería estar más que acostumbrada a hacer frente a todo tipo de críticas. Debería ser mucho más inteligente en un enfrentamiento. Debería valorarse más y darse cuenta que todos estos años se ha mantenido en antena por sus propios méritos. Y, por supuesto, nunca debería haberse unido a ciertas acusaciones que, nadie mejor que ella, sabe la verdadera importancia que tienen…
Por su parte, Julián Contreras perdía los nervios como nunca hayamos visto para terminar decidiendo abandonar la casa anoche ya que estuvo a punto de agredir a Carlos, según confesaba él mismo.
Estar encerrado en esa casa no es nada fácil. Limpiar, cocinar o pedalear no te ofrecen la victoria. Aquí gana quien más aguante tenga porque, en este reality, el verdadero trabajo consiste en ganar peleas psicológicas, en no dejar que te afecte hasta el extremo lo que un desconocido te suelte para sacarte de tus casillas. Y, en ese juego sucio, Carlos Lozano está demostrando ser el rey de la baraja.
Sacar a colación el pasado de Raquel Bollo, los problemas de Julián Contreras, la pareja de Rappel y la orientación sexual de Francisco Nicolás habla del tipo de persona que se oculta detrás de este concursante. Pero, de nada sirve que él se empeñe en dejarse en evidencia cuando sus compañeros son tan cortos de mente como para dirigirle graves acusaciones, deseos de agresiones físicas y que incluso roben sus productos de higiene personal para restregarlos en un foso de excrementos.
Porque, con contraataques tan penosos lo único que conseguirán es hacer ganador a este personaje… Es lo único que lograrán por ese camino ya que, en un todos contra uno, la audiencia suele posicionarse del lado del lado más débil. Aunque luego hay quien en vez de aceptar las consecuencias de sus actos decidirá cargar contra la organización del programa, siguiendo el ejemplo de mi compañera Rosa Benito. Ver para creer.
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