El debate de anoche fue de alta tensión a base de discusiones encadenadas en la casa en directo. Y los videos de las últimas horas no se quedaron atrás. La discusión más que anunciada entre Miguel y Adara, y Bea perdía las formas enfrentándose a Meri. Pero lo peor estaba aún por llegar.
Mientras los adaristas clamaban sin cesar la necesidad de que Bea formara parte de la próxima edición de 'Hermano Mayor' en el club tuvo lugar una bronca monumental de la que poco pudimos ver y que comenzaba así, mientras Bea, Miguel y Adara estaban sentados en la mesa del club cenando.
Bea: “No soy una pelota cuando me siento en el sofá y le digo a Alain que no está bien lo de Meri. Que si le ha besado por el tema que la besó, es de egoístas. Eso no es hacer la pelota. Es decirle mi opinión. Que no se la diga delante de todo el mundo no significa que no se la diga”.
Adara: “¡Joder, pues podías haberme dicho lo de este señor igual a solas!”
Miguel: “Tengo nombre. Perdona, ¿eh?”
Adara: “Este señor para mí. Este señor. Este señor.”
Miguel: “Si no te gusta cuando te dije `esa tía´… Luego no te quejes”
Adara: “Hombre, tía y señor. La verdad es que hay bastante diferencia. ¡Y baja el cuchillito, anda majete!” (Porque Miguel estaba gesticulando con las manos con mientras tenía los cubiertos en las manos)
Miguel: “Deja de hacer el victimismo 24 horas, Adara”
Adara: “Victimismo ninguno. Me defiendo de lo que hacéis vosotros”
Miguel: “¿Ves? Bea, y tú no sé cómo sigues riéndote de las tonterías que dice esta tía”
Adara: “¡Victimismo ninguno! Tonterías tú, qué dices cada gilipollez cada vez más grande. No sé cómo te las apañas”
Miguel: “Vete a llorar al gimnasio como antes. Corre”
Adara: “¡Encima le hablo bien, y no se puede tampoco!”
Miguel: “Me hablas bien llamándome de todo. Qué yo no soy como tú Adara…”
Adara: “¡A diferencia de ti porque eres muy falso!”
Miguel: “No, cariño”
Adara: “¡Te vuelvo a repetir, con el juego sucio que te traiste, diciendo que era amistad y luego te declaraste. Ibas con toda tu cara dura (…) ¡No tuviste los huevos y los c... para decirme lo que había pasado! ¡Me lo tuvo que decir él!”
Miguel: “No mientas, yo no te lo tenía que decir a ti”
Adara: “¡Eres un falso por llamarme enferma, celosa…! ¡Baja la manita, anda! ¡Baja la manita! ¡Baja la manita!” (Porque de nuevo Miguel estaba gesticulando mientras hablaba, esta vez sin cubiertos)
Poco después, mientras las cámaras enfocaban a Meri y a Rodrigo en el baño, pudimos escuchar de lejos gritos desgarrados de una chica que parecía estar viviendo en persona la película de terror más espeluznante de su vida. Sí, era Adara, quien pedía a pleno pulmón al súper que le abriera la puerta del club. Y, cuando lo hizo, salió corriendo y llorando al confesionario. Incluso, momentos después, el súper pidió a Meri que hiciera una infusión y la llevara allí.
En el fragmento de discusión que pudimos ver del club encontramos a una Adara gritando cada vez más alto y cada vez más alterada mientras Bea comía impasible y Miguel hablaba en todo sosegado la mayor parte del tiempo. Pero, ¿qué pasó para que, según sus compañeros, Adara terminara dando golpes en la mesa y tirando una silla en el club antes de salir como alma que lleva el diablo?
Según la versión de Bea, las cosas sucedieron así: “Le ha llamado `este señor´ a Miguel y yo me estaba riendo. Se ha ido fatal (Adara) porque le ha dicho (Miguel) que si es tonta. Después de haberle dicho ella mala persona y no sé qué y no sé cuántos… Ahí dentro le ha dicho (Miguel) que si era tonta por recordarle una situación de hace 40 mil semanas de aquí dentro todo el rato. Yo estaba quitándole el cuscús a Miguel de su plato y, de repente, le ha dicho Miguel "¿Pero a ti qué te pasa, qué eres tonta?" y Adara se ha puesto toda loca diciendo `¡Te estás pasando´. Ha tirado la silla y se ha liado y se ha salido para afuera”
Por su parte, Miguel explicaba su versión de los hechos de la siguiente manera: “Me dijo `¡Porque tú y tu amiguita…!´ Y yo le dije `¿Pero tú eres tonta? ¿Tú te estás escuchando lo que estás diciendo?´. Y coge hace así, tiró la silla y empezó a dar golpes así en la mesa…"
Y, por difícil que resulte, lo que Adara contaba a Meri no distaba mucho de lo que sus compañeros habían desvelado sobre el motivo de su brote:“Yo tuve que escuchar de todo, pero lo que me remató fue "¿eres tonta?" Como si yo fuera tonta o algo…"
Con silla voladora o sin ella, una reacción de lo más entendible, porque es bien sabido que escuchar en primera persona que te pregunten si eres tonto después de tú hayas soltado frases sin acritud dignas de un corazón limpio como `Falso, sinvergüenza, agresivo y mala persona que sólo dice gilipolleces´ es un duro trance del que es prácticamente imposible recuperarse sin un ataque de ansiedad en toda regla…
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