Anoche Adara Molinero se proclamaba flamante ganadora de GH VIP 7 con un 56,3% de los votos. Tras 8 nominaciones y haber sido 8 veces salvada por el público, el 'adarazo' tenía lugar en la final más vista desde GH VIP 3. Un puesto más que merecido si tenemos en cuenta las horas y horas de entretenimiento y debate que han generado sus idas y venidas durante toda la edición. Por lo que, desde aquí, felicito a la afortunada, aunque por todos es sabido que mi ganadora por encima de todas las cosas es mi compañera y amiga Mila Ximénez.
Mila ha superado sus miedos, sus complejos, ha aprendido a reírse hasta de sí misma, se ha mostrado vulnerable ante el público y ha destapado sin tapujos su lado más tierno y sensible. Todo ello manteniéndose siempre fiel a los suyos, tanto a los de dentro como a los de fuera de la casa. Pero, ¿podemos decir lo mismo de la ganadora de GH VIP 7?
Es más ¿los 100.000 euros del maletín van a compensar realmente a Adara? ¿O se lo terminará gastando todo el abogados y psicólogos como muchos apuntan, por todo lo que está por venir?
Para comenzar, Adara ni siquiera pudo hacer lo que pedía la ocasión: celebrarlo por todo lo alto. Nada más finalizar la gala, Adara estuvo con su psicóloga y, acto seguido, su madre se la llevó a su casa.
Y es que, lejos de festejos y jolgorios, me temo que Adara habrá pasado una auténtica noche toledana mientras su madre le ha puesto al día sobre todo lo acontecido desde su entrada en la casa para estar bien preparada para la grabación del debate. Y, por supuesto, para la exclusiva que estaban dando para una revista sólo unas horas después de abandonar la casa más famosa de Guadalix de la Sierra.
Exclusiva que no creo que vaya a remar a favor de la difícil situación a la que tendrá que enfrentarse cuando decida tomar un avión hacia Palma de Mallorca para ver a su hijo…
Una victoria y una recompensa económica que dará un cambio radical a su vida. Pero, ¿será un cambio positivo? Lo dudo mucho.
Traicionó a Hugo Castejón dentro de la casa, traicionó de todas las maneras posibles al que era su pareja y al que es y será siempre el padre de su hijo, ha intentado engañar a la audiencia durante semanas haciendo un doble juego absurdo, y ha creado desconfianza cambiando la versión de sus relatos cada 2 días y medio.
Está claro que tendrá que enfrentarse a situaciones realmente difíciles a nivel mediático, familiar, sentimental, e incluso legalmente. Pero, para salir medianamente airosa, lo primero que tendrá que hacer es bajarse del pedestal en el que ella misma se ha subido.
Un mundo paralelo en el que Adari, con nivel de autocrítica bajo cero, parece verse cargada de razón. Tanto como para incluso criticar durante la gala a Hugo Sierra, padre de su hijo, cuando tachaba de 'promiscuidad barata' lo sucedido entre Adara y Gianmarco dentro de la casa.
Adara quiso jugar la carta de mujer incomprendida a la que su marido no le había dado todos los momentos de cama que ella requería. Una pareja de la que juró por activa y por pasiva estar locamente enamorada, con la que quería casarse y tener más hijos… Pero que, pocos días más tarde, pintaba de manera oscura y siniestra para justificar que se había encaprichado de un italiano que le regalaba los oídos.
El padre se queda en casa cuidando del negocio y de su bebé de pocos meses de edad mientras la madre se va fuera a trabajar para, acto seguido, hablar mal del padre, hablar de detalles de alcoba y, como broche final, ser infiel a su pareja delante de millones de personas.
Una historia que nos ha mantenido totalmente pegados a la pantalla pero que no debería ser aplaudida ya que se ha basado en crear un daño irreparable e innecesario. Además, no tengo ninguna duda que, a la larga, será de todo menos rentable para la protagonista de esta historia que hoy celebra haber ganado el concurso pero que, por desgracia, lamentará durante mucho más tiempo todo lo que ha perdido por el camino que le ha llevado a su ansiada victoria. Porque, con dinero no se compra el respeto, la dignidad, la lealtad, ni la felicidad…
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