Cuando entró en 'Gran Hermano 3' era un joven de 27 años, enamorado de su novia Nerea, que trabajaba de responsable de planificación en una empresa de ingeniería y vivía con sus padres en Puertollano (Ciudad Real). Durante su larga estancia en la casa de Guadalix, su particular forma de ver el concurso le convertiría en ganador: no se metía en ningún conflicto serio, su talante era más bien pacificador y tenía mucha, muchísima paciencia ante la cantidad de bromas que le gastaban dentro de la casa.
Pero sus ilusiones se vieron truncadas cuando un día le llamaron al confesionario para darle una terrible noticia: su abuelo se estaba muriendo. Así que decidió hacer lo propio, abandonar el concurso en el cual nunca había sido nominado, para estar con su abuelo los últimos días de su vida.
Siete años después de ese abandono forzado, Óscar Muela, con 34 años, vuelve a sentarse en ese confesionario, en el que vivió muchas alegrías, nervios y, quizás, el que le dio una de las peores noticias de toda su vida.
¿Óscar, cómo te va la vida?
No me puedo quejar. Desde que salí de la casa no he parado de trabajar, sigo estando con el amor de mi vida, Nerea, y en general me va bien.
¿Pero cómo has conseguido ser uno de los pocos concursantes que sale de un reality y conservar la novia anterior?
Ya no es mi novia, ahora es mi esposa. Nos casamos por lo civil el 5 de Julio de 2008, en un acto íntimo en Torre Caballeros. Sólo fueron 32 personas, entre las que estaban familia y amigos.
¿Y los hijos, para cuándo?
Ya lo tenemos pensado, y muy pronto nos decidiremos a tener uno. Ya va siendo hora, yo calculo que de aquí a un año.
En el amor triunfas como la coca-cola, ¿pero en el trabajo?
Kiko, no he parado desde que salí de la casa. He trabajado en los oficios más dispares que te puedas imaginar: desde trabajar de colaborador, con Mª Teresa Campos, hasta de dependiente en Zara mientras terminaba mis estudios de Derecho, los cuales debería haberlos acabado en 2 años y los terminé en uno y con notas muy altas. Ahora se puede decir que soy abogado, además de los de verdad, no de los de Cambridge, como Aída Nizar.
Pues Aída va a necesitar un buen abogado para no acabar con los huesos en la cárcel, ¿tú eres bueno?
Pues sí. La carrera la terminé el 4 de julio del 2005 y el 4 de julio de 2006 estaba sentado delante del comité de defensa de Sadam Husein. Además, al trabajar en el bufete de abogados de Saavedra, he defendido a lo más granado del papel couché.
¿Cómo por ejemplo?
¡Uff! Son tantos... Mira, recuerdo cómo recibíamos a diario faxes del abogado de Antonio David Flores para comunicar a qué hora podían recoger a los niños del colegio, o si no podía recogerlos para que se lo comunicáramos nosotros a Rocío Carrasco.
También a Rocío Carrasco le hemos llevado el tema de la testamentaría de su padre fallecido, Pedro Carrasco.
Hemos defendido a Ana Obregón 200 mil veces, a Eugenia Martínez de Irujo, a su hermano Cayetano... ¿Te acuerdas del famoso tema de la droga en la maleta contra Ana Obregón? Pues ese pleito lo gané yo.
También a Mª Teresa Campos contra Jimmy Jiménez Arnau y, cómo no, a Terelu contra EL TOMATE por el famoso PIM PAM PIM PAM en una famosa discoteca de Madrid con Pipi Estrada….
¡Ufff...! Para, para. ¿Y no habéis llevado ningún tema medianamente serio?
Sí, por ejemplo la defensa de Tony Alexander King o la defensa de Sadam Husein, motivo por el cual dejé de trabajar en el bufete de Saavedra.
¿Porque perdísteis?
No, porque en un viaje que realizamos a Amán (Jordania), en el hotel SHERATON, uno de los mejores hoteles de la ciudad, incluso llevando guardaespaldas, me desperté una noche y había un tío vestido de blanco, a oscuras, en mi habitación, registrando los muebles, la mesilla... ¡Pegué un grito! Fue impresionante el miedo que pude pasar y, desde entonces, decidí dejarlo, pues era demasiado peligroso. Actualmente estoy en una multinacional, Würth, también de abogado, en la zona de Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura.
Chico, estoy impresionado de tu trayectoria, claro que si te pregunto si volverías a entrar en Gh me dirías que no.
Todo lo contrario, entraría con los ojos cerrados. Gracias a 'Gran Hermano' he conseguido muchas metas que sin ese concurso no hubiese podido conseguir. Por ejemplo, yo era muy introvertido y gracias a mi estancia en la casa puedo ser abogado, me puedo dirigir a un jurado y hablar en público, cosa que antes me daba pavor.
Pero sabes que hay muchos ex grandes hermanos que no tienen trabajo y que el reality les ha perjudicado...
Me consta. Además, he hablado con muchos de ellos, por ejemplo Jorge Mozo de Gh3, quien trabaja en El corte inglés de mantenimiento y le costó muchísimo conseguir ese puesto. Ness perdió todas sus discotecas y ahora está de relaciones públicas ganando 1200 € al mes -él me consulta algunos problemas judiciales-. Y Rafa de Gh4, el seminarista, cuando trabajaba en Zara me pidió trabajo y mis jefes le dijeron que no.
Entonces, ¿por qué a unos sí y a otros no?
Depende de la imagen que hayas dado cuando sales de la casa. Si te metes en broncas, jaleos, Salsas Rosas y demás, te tratarán como la imagen que has dado. Además, debes de tener claro que esto es pasajero, hoy estás arriba y mañana no estás. Todo dura un tiempo, nada es eterno.
Pues con la cabeza sobre los hombros, casado, esperando tener muy pronto descendencia y con un trabajo con el que ha soñado toda su vida, se puede decir que Óscar sí triunfó al salir de Gran Hermano. Gracias por entrar al confesionario.