Muchos periodistas tenemos fundadas razones para creer que, a pesar de la abundancia de medios y las hipotéticas libertades de que disfrutamos, estamos demasiado teledirigidos. Los partidos políticos se protegen de tanto medio imponiendo una relación cada vez más organizada, menos interactiva.
Uno de los males es el hábito de enviar imágenes cerradas de sus líderes a las televisiones, evitando dar la información de otro modo. Algunos optan por contar a sus espectadores la procedencia de la imagen , siempre arreglada, siempre correcta. Ofrecida a su gusto.
Por otro lado, están las mal llamadas ruedas de prensa sin preguntas, comparecencias en una sola dirección que humillan a los profesionales convertidos en sujetos pasivos. Los medios necesitan la información y pican, picamos. Y no debemos hacerlo.
Es clave fortalecer el papel de los verdaderos periodistas que necesitan dar una visión de la noticia, es imprescindible que haya unidad a la hora de plantear que no puede llamarse rueda de prensa a un discurso sin posibilidad de más, es necesario desacreditar estas actuaciones para que los políticos no tengan más remedio que defenderse como puedan de nuestras preguntas, para eso les elegimos.
Las redes sociales están movilizadas, y las redacciones tienen ganas de –como dijo alguien, ante la duda, hacer periodismo. Estamos en campaña y las respuestas son muy importantes. Pero las preguntas, también.