¿Qué dirá Guerra?

La edad le ha suavizado los colmillos que nunca fueron, por cierto, tan retorcidos como a él le gustaba hacer creer. Pero muchos nos preguntamos por sus pensamientos en estos días de pena y aflicción para el PSOE y para un presidente que tiende a enrocarse y no ver lo que no le conviene. Guerra controlaba férreamente el aparato del partido y sabía mantener a raya a todos lo que querían moverse fuera del marco establecido. Le atribuyen la famosa frase “ quien se mueve no sale en la foto”, algo que él ha negado siempre, aunque le encaje a la perfección.

Si hacemos memoria, Zapatero también logró unidad en el partido en unos inicios en los que los veteranos confiaban en tener una participación más activa. Después vino una cierta actitud desdeñosa de los nuevos que querían avanzar sin mirar un minuto atrás. La crisis , el exceso de confianza y la incompetencia ha ido arrastrando ilusiones y proyectos y todo ha acabado en que Rubalcaba sea la esperanza blanca. Vuelta al pasado y renuncia por partida doble. Chacón con ambiciones pero aún sin rematar. Y Patxi López asoma ahora más centrado y carismático pidiendo orden con un Congreso Extraordinario que ya le ha negado el presidente. Habrá primarias aunque se dejen la piel en el intento.

En la debacle desaparecen hasta las buenas maneras. Los del PP están hasta guapos. Es lo que tiene el éxito y la erótica del poder. Qué dirá Guerra…si le pilláramos malvado y con la lengua suelta íbamos a disfrutar…Pero queda la memoria y una lealtad antigua que considera traición lo que a lo mejor sería legítimo desahogo.