Acabo de regresar de Nueva York. Luces, gente de todo tipo, personas de muchísimas razas diferentes, rascacielos... La quinta avenida es como una feria de Málaga gigante llena de puestecillos, unos venden dulces, otros perritos, kebabs, pizzas, olores, sabores... ¡dejad de sonreír! ¡Si es igualito que Málaga! lo único que los 40 grados en Farenheit.
Ojos verdes, azules, marrones, pieles negras, muy negras, blancas, muy blancas, tiendas de bolsos caros, baratos, marcas, publicidad, ejecutivos, latinos, orientales, judíos... Da igual el corazón que tengas, si eres una belleza, inteligente, torpe, educado, ambicioso, vago, si no te publicitas, si no estás en boca de todo el mundo, no existes.
Las empresas pagan millones de dólares por un plasma gigante con su marca en Times Square, tienen que salir en mi foto, en la del chico venezolano que viajaba en el avión, en la de la pareja de novios madrileña que coincidieron conmigo en la excursión por el Bronx, las empresas deben traspasar fronteras si quieren existir.
¿Qué ocurre con el puertorriqueño que me vendió un perrito la última noche? Ese chico de sonrisa perfecta y piel morena que hablaba al menos dos idiomas, que conocía cuanto menos dos países, que tendrá como mucho 500 seguidores en twitter (si tiene tt).
Hormigas, el mundo está lleno de diminutos seres. Nos movemos sin parar subiendo peldaños en lo que consideramos nuestra escala de valores. Para algunos los seres queridos, el arraigo a la tradición familiar, el matrimonio, los hijos... Para otros, el trabajo, conozco a gente que repite constantemente que el trabajo dignifica, que han pasado por difíciles situaciones de salud y han estado de baja lo mínimo posible, pienso que el propio trabajo les ayudó a superar el bache. Otros se aferran a la cultura, al saber, tienen adicción al estudio, dos carreras, un máster, otro idioma; Crear una familia, tener hijos, queda en un segundo plano. Y claro está los enganchados a la publicidad, a los zapatos más anunciados en Times Square o el bolso del escaparate que hay más cerquita del Empire State, por ejemplo, ya que va el tema de Nueva York.
No soy socióloga, simplemente me apetece divagar y escribir de todo lo que me rodea, me ha dado por clasificar a la gente, así es la mente humana.
No me ha gustado nunca leer mis diarios, mis escritos, he tirado poemas preciosos fruto de noches de soledad en hoteles. Me avergüenza leer lo que escribo y considero que lo hago medianamente bien, pero es como desnudarme delante de mucha gente.
Hoy hace un año desde que empecé en Mujeres y Hombres y Viceversa. Me apetece celebrar este día con vosotros. Para mí fueron un placer los madrugones, pasar los días grabando citas con mis mil pretendientes, poner toda la carne en el asador y haber sido como soy, mostrarme en bikini, patinando, en el mercado, en el gimnasio, enseñaros mi casa, etc , etc... Me encantó la experiencia y estaré eternamente agradecida al programa y a vosotr@s por seguirme.
Ya es hora de dormir, mañana leeré vuestros comentarios. Esperaríais un diario de viaje y os habéis encontrado unas reflexiones nocturnas! Espero que os gusten.
Un besazo