Ha sido una semana incierta, de dolor, de miedo, de vivir con una incertidumbre que tan mal sabemos manejar los seres humanos… De pronto, el futuro se torna amenazante. Hasta ahora todo era normal y de pronto recibes la noticia de que tu cuerpo ha vuelto a enfermar, de que las células cancerígenas han invadido de nuevo una parte de tu cuerpo. Y comienzan las pruebas, los diagnósticos, la pesadilla que retorna, ahora que acababan de darte el alta médica y salías de ese negro túnel del que sólo los que han pasado por él saben lo que es. Comenzabas de nuevo a recuperar la esperanza, dándote cuenta de cómo ha cambiado tu vida, de cómo han cambiado tus prioridades, cómo relativizas todo, cómo vives el presente, aferrándote a él porque es lo verdaderamente importante. Y sientes que la vida te ofrece nuevas oportunidades, te abre puertas, expectativas… te sientes sana. Y ahora que volvías a vivir, te estrellas de nuevo con las tinieblas, con el miedo, con la incertidumbre, con el dolor…
Llevo muchos años a tu lado, y sé que en estos difíciles momentos es cuando la auténtica Terelu aflora al exterior, la Terelu que no se rinde y que va a batallar para vencer de nuevo… Con tu hermana Carmen, que vive a tu lado cada momento, con tu familia y con todos los que te queremos, que somos muchos…
A mí se me llenan los ojos de lágrimas al escribir estas líneas, quizá porque, aunque sé que vas a salir adelante, te vas a dejar muchos jirones en el camino… En estos últimos tiempos te he visto sufrir demasiado, y esa sonrisa tuya, esa luz habían desaparecido… Te volví a ver ilusionada cuando presentaste tu libro, desnudándote en esas líneas, y más recientemente cuando presentaste tus joyas… Y el otro día, cuando te vi en Telemadrid, sabiendo yo ya de toda tu angustia, se me partía el corazón. Las huellas de dolor en el rostro, las cicatrices del alma, todo eso fortalece, hace evolucionar, eso dicen, qué sé yo… Posiblemente sea así. Se me han quedado grabadas tus palabras, las últimas que me dijiste ante este nuevo reto que la vida te pone por delante: "Esto es lo que hay". Y todavía tenemos que dar gracias, son sé a quién, porque se haya cogido a tiempo, porque no se haya extendido, porque, porque…
No quiero terminar estas líneas así. Quiero salir del bucle de dolor y quiero estar a tu lado y vivirlo junto a ti, apoyarte y darte toda mi energía, como te la vamos a dar todos los que te queremos. Terelu, tú sabes que yo estoy contigo. Un paso al frente, cariño.