Los que ya no están…
A punto de pasar la página del 2016, se me agolpan los recuerdos, las sensaciones, las personas ausentes que tanto han significado en mi vida… Y no es que hayan desaparecido de este plano de existencia, siguen caminando, sobreviviendo, llorando, riendo… Pero ya no están en mi camino. Ni siquiera los recuerdos me hacen sentir bien. Siento tristeza al evocar aquellos momentos en los que compartíamos risas y lágrimas, confidencias y abrazos, ese instante glorioso en el que nuestras vidas se cruzaron y decidimos subirnos al mismo tren sin preguntarnos cuál sería el destino final…
Y luego están las personas que han desaparecido para siempre de mi lado, las que dejaron una zona necrosada en mi alma, en mi corazón, en esa zona escondida que no sé dónde se encuentra, pero que cuando duele es tan intenso que no se alivia con nada, solo con el llanto… Por mucho que digan que el recordar a esa persona, el tenerla presente en tu día a día, hace que no se vaya para siempre, yo con eso no he sentido consuelo alguno, y lágrimas abrasadoras anegan mis ojos… Y esto me inquieta, me perturba, me atormenta… Y gracias a esta mítica frase que acabo de escribir se mitiga algo mi dolor y mis labios esbozan una sonrisa ante el embrujo de este haiku que tantas personas mencionan, entre ellas, mi querido Mario Vaquerizo, en uno de sus libros…
Bueno, y ya que me he desahogado y estando bajo el signo de Sagitario, que me transmite vitalidad y buen rollito, me lleno otra vez de energía y me repito que las cosas siempre suceden por algo y que, más tarde o más temprano, asistiremos a ese bonito espectáculo de ver cómo todas las piezas de nuestra vida encajan. Y es entonces cuando comprendemos que lo que sucedió debía suceder, sin más.
Sigue Sagitario repartiendo bendiciones cósmicas… A mí ya me ha llegado una: voy a hacer una colaboración en MTMAD, de la que os informaré cuando se emita. Os voy a dejar, que tengo que aprender nuevo vocabulario para hacerme entender por esa nueva generación única de los millennials…
¡Feliz semana!