Me empiezo a despedir de la primavera. Ha sido una estación tan llena de acontecimientos en los que muchos de mis más anhelados sueños se han cumplido, pero también mis pesadillas. Sí, sí, mis pesadillas, esas que no queremos creer porque bastante tenemos con soñarlas y vivirlas como si fueran reales. Y la verdad es que lo son. Si no que se lo digan a mi corazón, cómo aumenta sus latidos mientras mi cuerpo se estremece de miedo y un sudor frío lo envuelve. Hasta que me despierto, y, aun así, las vivencias soñadas me acompañan a lo largo del día. Pero… ¿será que los sueños bellos desaparecen sin dejar rastro y los malos laceran tu cuerpo y tus tripas? ¡Ay, esta primavera que la he pasado riendo y llorando para aliviar tensiones…!
Llega el solsticio de verano, este año a las 0.35 h del día 21 de junio, y es una noche llena de magia. Según la creencia popular, todo es posible en una noche como ésta, en la que los sueños pueden hacerse realidad. Por ello, no debemos perder la ocasión de formular nuestros deseos para que se cumplan a lo largo del año.
La noche del 23 al 24 es costumbre que la gente salga de sus casas y pase la noche en torno a grandes fogatas, cantando y saltando alrededor de las llamas para que la fuerza del Sol no decaiga. En estas fogatas se suelen quemar maderas y objetos inútiles, como símbolo de todo lo que queremos desechar de nuestra vida. Quemar algo antiguo es una invitación a provocar el cambio, atrayendo lo nuevo. Y también podemos echar al fuego hierbas aromáticas (romero, tomillo…) como símbolo de renovación.
Además de rendir culto al fuego, como elemento purificador, el agua se convierte en elemento mágico, quizá porque el Sol está transitando por Cáncer, el primero de los signos de Agua. Por esta razón, bañarse en las fuentes o el mar es todo un rito.
Esta noche es un momento especial para poner en práctica algún ritual mágico…
En un papel escribe los deseos que quieres conseguir y en otro todo lo negativo que puede haber en tu vida y que quieres desechar. La noche de san Juan quema el papel en el que has escrito lo que quieres erradicar de tu vida y esparce las cenizas al viento. Lo puedes quemar en una fogata, si sales de casa, o en tu casa con una vela y con mucha precaución. El papel de los deseos debes guardarlo en una cajita durante todo el año y quemarlo la siguiente noche de san Juan.