Isabel y Kiko, enfrentados
Vamos atisbando ya el final de este doloroso y complicado 2020, y nos acercamos al ecuador del mes de noviembre, momento en el que tendrá lugar una Luna Nueva, el día 15, la penúltima del año, que puede liberarnos de algunos miedos e incertidumbres que estamos viviendo…
El panorama del corazón está que arde con el desencuentro entre Isabel Pantoja y Kiko Rivera. A mí este enfrentamiento me tiene muy impresionada, quizá porque, más allá de toda la exposición mediática, intuyo el dolor que deben estar padeciendo ambos, madre e hijo.
Sin entrar en ningún análisis porque me faltan datos y no es lo mío, sus signos zodiacales quizá sí nos ayuden a entender algo de lo sucedido. Isabel es Leo, la reina del cosmos, pura pasión y dinamita, ama con la misma vehemencia que odia, los términos medios no existen para ella. En el momento de la explosión no hay quien la frene, actúa desde el instinto, sin permitir que la razón filtre sus palabras ni sus actos… Esa llamada a El programa de Ana Rosa, que tanto daño hizo a Kiko, fue el detonante de un conflicto enquistado, que quizá venía gestándose tiempo atrás… Kiko es Acuario y no es una persona que se deje llevar por los prontos. Él suele filtrar sus emociones por el tamiz de la razón para mitigar y armonizar su entorno. Y con la poderosa carga planetaria que va a haber sobre su signo en unos días, especialmente con el ingreso del planeta Saturno, que le impulsa a poner orden en el caos que reina en su interior, Kiko no va a dar marcha atrás hasta que no consiga desenmascarar todos los fantasmas que le están azuzando. El conflicto, pues, está servido, y la reconciliación no va a ser fácil. A veces, en circunstancias similares, es la vida la que nos obliga a reaccionar, y, de pronto, sucede algo que remueve los cimientos de nuestros afectos, haciéndonos caer en la cuenta que nada es tan imperdonable como para separar a una madre y a un hijo. Confiemos en que el amor que se tienen se imponga y que llegue el día en que vuelva a fluir entre ellos el cariño y la complicidad, aunque ese día se antoje lejano todavía…
¡Feliz semana!