Va a hacer treinta años que trabajo en televisión. Treinta añitos, que se dice pronto… Lo que empezó como un guiño del destino se ha prolongado tanto en el tiempo que a veces casi tengo la sensación de que formo parte del mobiliario de Mediaset. Y en todo este tiempo he tenido la suerte de conocer a muchas personas que se han convertido en grandes amigos.
Me emociona reencontrarme con ellos, con los que he compartido tantos y tantos programas dirigidos por María Teresa Campos, y darme cuenta de que, a pesar del paso del tiempo, el cariño que nos tenemos permanece. Es como si ese afecto, ese aprecio, quisieras cogerlo con tus manos y meterlo dentro de tu corazón para que no se vaya ese aroma de amistad, ese hondo sentimiento, para que no se vaya el dulce recuerdo de tantas risas compartidas, de tantas anécdotas vividas, de tanta complicidad…
La boda de mi amiga Yolanda Gómez Purón nos ha dado la oportunidad de reencontrarnos y de rememorar todas esas bonitas historias compartidas con Belén Rodríguez, Terelu Campos, Paloma Barrientos, Beatriz Cortázar, Carmen Borrego, Jesús Mariñas, Rafa Lorenzo… Tantas y tantas historias que darían para hacer muchos programas de Sálvame… Y había felicidad, había algo especial en el ambiente.
Tener amigas jóvenes es maravilloso… Entre otras cosas, porque se casan y te invitan a sus bodas. Las amigas de mi generación también te invitan, pero a las bodas de sus nietos, que no es lo mismo… Y Yolanda, además, se ha casado en Córdoba… ¡Qué bella es Córdoba! Moría yo con ese olor a azahar, que te impregna, que te embriaga y te envuelve los sentidos… Cerraba los ojos y me sumergía en ese mundo de misterio y ensoñación… Y es que Córdoba tiene misterio, tiene magia, tiene algo especial. Te atrapa y te deja libre a la vez, que es lo bonito, como el amor.
Lo más bello del amor es que te atrape sin encadenarte, y si lo hace que sean cadenas dulces que puedas saborear y de las que te puedas liberar en el momento que lo desees… Y esta mágica boda tuvo lugar a las pocas horas de que el Sol ingresase en Tauro, signo de tierra, estable y vigoroso, que consolida y afianza los proyectos, y que contribuirá a que esa unión sea duradera y dichosa.
¡Feliz semana!