Desde hace muchos años, se relaciona la aparición del dolor de espalda con los esfuerzos repetidos, que tienen un papel acumulativo.
Los humanos tendemos a adoptar malas posturas en casi todos los ámbitos de nuestra vida, en casa, en el trabajo, en el coche, en el sofá… Normalmente son movimientos de flexo-extensión repetidos del tronco o giros del mismo que pueden condicionar el desarrollo de dolor raquídeo.
También el sedentarismo puede suponer un riesgo de desarrollar problemas de espalda.
El mejor momento para cuidar nuestra espalda son los periodos de vacaciones ya que suponen un cambio de las rutinas, se limitan los movimientos repetidos, y muchas veces se aprovecha para hacer algo de ejercicio. Pero el resto del año no debemos descuidar nuestra espalda, por eso he acudido a uno de los Hospitales en los que más confío, Cenyt Hospital, en Estepona, y allí he podido charlar con el Dr. Antonio León, especialista en Traumatología.
Lo primero que me contaba el Dr. León es que debemos mantener la espalda erguida y en una posición correcta…
“Es fundamental adoptar posturas correctas, tanto en el trabajo como fuera del él. La espalda trabaja correctamente cuando nos mantenemos erguidos, pero si nos encorvamos, se alteran las curvas fisiológicas y se producen trastornos por compensación y sobrecargas, tanto musculares como articulares, que harán que el dolor se perpetúe”.
A mí me encanta llevar tacones y a veces ropa ajustada, pero no debemos abusar de ello…
“El uso de tacones altera el apoyo del pie, hiperextiende la rodilla y modifica la angulación de la pelvis. Dada la íntima relación de la cintura pelviana con la columna, lo que modifique el funcionamiento de uno de ellos, repercutirá en el otro. Evidentemente nos referimos a tacones finos y de gran longitud. El uso de zapatos con pequeñas plataformas de hasta 3 cm. no se considera perjudicial”.
La práctica deportiva debe adaptarse a la edad y condiciones físicas de cada uno. Es recomendable realizar deportes de bajo impacto en personas mayores o poco habituadas a la realización de ejercicio físico. Tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones y progresar en la intensidad y duración de nuestros entrenamientos, conforme mejora nuestro acondicionamiento.
“De nada sirve seguir normas ergonómicas en el trabajo si a la hora de hacer ejercicio o descansar hacemos caso omiso de las mismas. Igualmente, en los centros deportivos, es fundamental el control ejercido por los preparadores físicos, que deben aconsejar a los practicantes de una actividad deportiva acerca del equipamiento a emplear y las cargas que deben ser manejadas. En casa aplicaremos las mismas normas, evitando posturas inadecuadas”.
En Cenyt Hospital existen guías de higiene postural a disposición de los pacientes, para favorecer un mejor cuidado de nuestra espalda. A mí me han venido muy bien.
Un adecuado tono muscular es imprescindible para mantener el control de la postura. Son recomendables los ejercicios denominados de CORE, que trabajan sobre todo la musculatura abdominal y paraespinal. La Traumatología Deportiva hace mucho hincapié en que la mejor faja lumbar es una buena musculatura abdominal. Además, la actividad física nos puede ayudar a controlar el dolor.
“Cuando un paciente tiene un cuadro de dolor raquídeo, antes se recomendaba reposo en cama. Actualmente sabemos que la recuperación es mejor y más rápida si el paciente permanece activo, con los límites que obviamente le produce el cuadro doloroso. En la misma línea, se han hecho experiencias con pacientes de dolor crónico, en los que la realización programada de actividad física, se ha relacionado con la reducción en la necesidad de toma de analgésicos”.
Llevar una dieta adecuada y adaptada a las necesidades de cada individuo es una herramienta de salud, y por tanto recomendable también en el paciente con dolor de espalda. Desgraciadamente, no existen las dietas milagro, y debe buscarse una que sea equilibrada.
Debemos cuidar nuestra espalda a diario. Esto no se hace siempre, y ello determina la aparición de lesiones. Cuando en la columna aparecen cambios degenerativos (por desgaste), estos no desparecerán con el tiempo, por lo que una vez detectados, deberán ser seguidos por un especialista. Por eso es tan importante prevenir desde niños.
“Lejos de lo que pudiera pensarse, la frecuencia de lumbalgia en edad escolar supera el 35%, que podría alcanzar hasta el 50% de los niños en torno a los 15 años. Entre los factores de riesgo modificables para el desarrollo de dolor raquídeo se han incluido: talla elevada, vida sedentaria, la falta o el exceso de actividad física, dificultad para acceder al sistema sanitario, factores psicosociales y la carga inadecuada de pesos (mochilas)”.
El mantenimiento de una postura adecuada es una actitud, no es suficiente con hacerlo en un momento determinado, sino que debemos enseñarnos a cuidar nuestra espalda todos los días.
Y no está de más pasarse por Cenyt Hospital y probar la acupuntura láser, la acupuntura sin agujas que no provoca calor ni sensación de dolor.
¡Yo salgo siempre como nueva! ¡Os lo recomiendo!