Las curvas de Kim Kardashian son las más cotizadas del momento y ahora salen a la luz en todo su esplendor. La diva de la televisión estadounidense ha sabido romper con los cánones de belleza reinantes, demostrando que tener un generoso “trasero” puede ser más sensual incluso que la delgadez a la que acostumbran las top model mejor valoradas.
Las fotografías de Kim Kardashian para la revista 'Paper Magazine' han dado la vuelta al mundo.
¡Yo estoy impactada, porque esa retaguardia no es de este planeta!
No me extraña el impacto y el revuelo que ha causado. Kim se ha mostrado, en una atrevida sesión fotográfica, completamente desnuda, pero enseñando tan solo –con mucho orgullo– la parte más piropeada de su anatomía.
Y no contentos con una portada sensual, la revista Paper saca dos ediciones distintas en las que la modelo y empresaria saca todo su arsenal para asegurarse el trono de la popularidad.
Pero yo miro la foto y la remiro y me sigue pareciendo de otro planeta… luce demasiado esbelto… y pienso ¿será envidia sana o será la magia del Photoshop?
Pues parece ser que mi instinto no andaba desencaminado y aunque el fotógrafo Gett N. Noshous aseguró "Tomé las fotos en el ángulo correcto con la mejor iluminación posible para hacer brillar a Kim", después tuvo que confesar que “ni siquiera el mejor fotógrafo del mundo puede hacerlo todo el tiempo bien, así que tuvimos que hacer algunos retoques en Photoshop".
Sin los retoques, la retaguardia de Kardashian luce diferente. En la imagen original se pueden apreciar defectos naturales en la piel, estrías, una cintura menos fina y un trasero no tan grande y menos redondo. Pero a pesar de todo es espectacular, una mujer de bandera.
Además, ¿Quién es capaz de sostener una copa de champán en esa postura y sin perder el glamour?
Pero la polémica no acaba ahí. Parece que esa pose del champán ha traído unas connotaciones racistas y que la foto imita a otra hecha con anterioridad en 1976. "El incidente champagne" es el nombre de la sesión original en la que se muestra a la modelo afroamericana Carolina Beaumont con una copa de champán balanceándose en su trasero. Kim Kardashian publicó un mensaje en su cuenta de Twitter haciendo referencia a su particular talento, lo que no sabía es que estaba siendo objeto de un viejo y mal chiste racista.
Mira que ya nos tiene acostumbrados a las sesiones polémicas, pero después de esta publicación se le tienen que estar quitando las ganas… o no, porque al final es publicidad.
Así que no me extraña que se hayan incendiado las Redes sociales entre una cosa y otra. Nadie duda que es un referente en el mundo del espectáculo y que cada cosa que dice y, sobre todo, que hace es objeto de idolatría para sus fanáticos.
Pero volvemos a la realidad, lo que más me gusta del “culete” de Kim es lo alto y respingón que lo tiene. Nunca ha querido confesar sus secretos de belleza y ha tenido que ser su entrenadora personal, Jennifer Gardini, la que nos cuente su truco… ¡las sentadillas!
No le gustan los gimnasios y se ha declarado incapaz de hacer trabajo de suelo o máquinas para fortalecer sus músculos. Como plan B, la mujer del rapero Kanye West entrena con un ajustado y glamuroso corsé para mantener su abdomen duro y así aprovechar al máximo cada movimiento.
Después dedica 40 minutos a cardio, pilates y yoga, todo ello sobre una máquina 'milagro' conocida como Megaformer. Sin embargo, no deberíamos pasar por alto que Kim ha confiado en varias ocasiones en las manos de un cirujano para moldear su figura.
Parece que su derrière, el más famoso del mundo junto al de Nicki Minaj y Jennifer López, es obra de la combinación de la genética, el deporte y también el bisturí.