¿Cuánto tiempo te dedicas a ti a la semana? Te animo a que, por un momento, te sientes y te pares a pensar en ello. El trabajo, la casa, los niños, los recados… ¿Desde cuándo no te sientas frente al espejo y haces una lista de lo que necesitas? Limpiarte un poquito las cejas, arreglarte las uñas, hacerte una exfoliación, esa mascarilla capilar que necesita de media hora de aplicación que nunca encuentras…
A mí me pasa mucho. De repente, me doy cuenta de que hace un montón de semanas que no paso conmigo misma más de 10 minutos al día y paro, echo el freno y me hago un pequeño regalo.
El fin de semana es el momento ideal para hacerlo. Déjate de excusas y cuídate como te mereces. Nadie mejor que tú para hacer eso por ti.
Convierte tu baño en un pequeño spa y prepárate la piel para tratar tu cuerpo, tu rostro, tus manos y tu pelo. Pero, vamos por partes:
-date un buen baño (vale, puede ser ducha) para empezar y exfóliate profundamente. Cuando digo “profundamente” me refiero a que lo hagas con ganas para que no te quede ni una sola célula muerta en tu piel y penetre luego muy a fondo la hidratante que te vas a aplicar. No aproveches para comenzar con un anticelulítico si no vas a continuar con él a diario. Sí, este día vas a sentirte muy bien porque has tenido tiempo para aplicártelo ¿pero, qué pasará el resto de los días?
Aprovecha también para hacer hincapié en rodillas, pies y codos y, de paso, aplícate una crema antidurezas para pies y codos de Origo que te va a dejar esas zonas de tu cuerpo como auténtica seda. Ya solamente el tacto de la crema te va a encantar.
-después del baño y de una buena crema hidratante corporal (para cuando tengo la piel muy seca, me gustan las de efecto “butter”), exfolia también tu cara. Prueba con Sublime Repair Forte Flash Scrub. Aplícalo masajeando con movimientos circulares hasta que tu piel se haya quedado preparada para recibir los efectos de una mascarilla. Esto lo dejo a tu elección, aunque a mí personalmente me gustan las de colágeno.
Después de aplicarla, a mi me encanta el momento ampolla. Es también mi momento. Un disparo de salud y belleza que viene en tarro pequeño. Y sin, por algún motivo, no eres demasiado fan de las ampollas, usa una crema potente como Quintaesencia de día, de DC2.
Es el momento de dedicarle a tus manos y a tu cabello el mimo que se merecen. Yo soy muy de mascarillas capilares los fines de semana. De hecho, creo que es necesario aplicarse una al menos una vez a la semana, y como a diario me resulta imposible, pues suelo ponérmela sábados o domingos. Me encantan las de aceite de argán. La marca Oro Fluido me gusta mucho, aunque admito que a veces me aplico el aceite de argán virgen sobre las puntas, me recojo el pelo en un moño y dejo aplicar durante una hora al menos.
En cuanto a las manos, aquí el tratamiento es algo más engorroso, pero os aseguro que merece la pena porque después de aplicarlo, yo me miro las manos y parecen otras. Se trata de hacerte una exfoliación muy profunda, con ganas, con cualquier exfoliante que lleve también un poco de aceite hidratante. Después me cubro las manos literalmente con una crema de manos muy nutritiva y las cubro con unos guantes de látex durante dos horas. No hay nada igual. Te mirarás las manos y no te las reconocerás. Es un tratamiento fantástico.
Y ahora que has pasado ya por tu ITV particular, que has limpiado tus motores y tienes la carrocería brillante, no te queda más que salir a la calle a lucirte, a regalarte aún más placeres. A mí, de hecho, me encanta hacerme estas puestas a punto cuando me voy de fin de semana a un hotelito. Aprovecho esos días de paz y relax para que todo este ritual sea aún más placentero.