Hay algunos alimentos a los que tenemos un poco de “miedo” porque se nos ha metido en la cabeza que engordan. Sin embargo, según se van estudiando sus composiciones, vamos descubriendo que tienen una serie de propiedades que los hacen tremendamente sanos y que, además, no son tan enemigos de la báscula como pensábamos. Este es el caso de, por ejemplo, el aguacate, los frutos secos y, del que quiero hablaros hoy: el plátano. Si hubiera una fruta prohibida, sería esta. ¡Pero es un gran error! Y más cuando en nuestro país tenemos la oportunidad de acceder al maravilloso, riquísimo y delicioso plátano de Canarias, un producto que ha demostrado ser un gran aliado para nuestra salud y energía.
De hecho, el plátano de Canarias es el único plátano o banana del mundo que ha obtenido el reconocimiento comunitario europeo de Indicación Geográfica Protegida (IGP), gracias a su sabor, propiedades y enorme calidad. Todo esto hace necesaria su protección y la del trabajo del sector platanero, que además ha demostrado ser completamente sostenible para el medio ambiente.
Pero lo que hace tremendamente interesante a esta fruta son sus propiedades nutricionales, sobre todo si lo comparamos con la banana centroamericana. Un plátano de Canarias tiene de media unas 95 calorías, mientras que la banana tiene casi 110 y, además, el plátano tiene un contenido en almidón y carbohidratos bastante inferiores a los de la banana. Esto lo convierte en una fruta perfecta para aportarnos una energía sana y duradera durante todo el día pero sin que la báscula se resienta.
Tiene además un gran aporte de minerales, sobre todo potasio y fósforo, esenciales para la reparación de tejidos y la función estructural de nuestro organismo, además de por asegurar una correcta presión arterial, lo que la convierte en una fruta cardiosaludable. Aporta también grandes dosis de vitaminas, como la B6, que favorece el correcto funcionamiento del sistema inmunitario, lo cual viene genial sobre todo en épocas de estrés por estudios, trabajo… o incluso si estamos atravesando la astenia estacional, tan típica del otoño y la primavera.
En cuanto a su contenido en azúcar, que siempre parece ser lo más temido, se trata de azúcares naturales, como la glucosa y la fructosa, que son esenciales en nuestro organismo para mantener la energía, pero que no poseen la misma capacidad que el azúcar de caña e industrial de disparar los niveles de glucosa y que se almacene en forma de grasa. Los azúcares del plátano de Canarias son absorbidos lentamente por nuestro organismo, al igual que sus hidratos de carbono, de fácil asimilación, por lo que se transforman en energía que podemos quemar muy fácilmente.
Por todo esto, el plátano de Canarias no solo es delicioso sino que, además, aporta a nuestro organismo muchísimos nutrientes esenciales. Yo os aconsejo que, si tenéis una vida activa y necesitáis energía, probéis a desayunar un bol con yogurt natural desnatado, plátano en rodajas y semillas de chía o de lino. Le podéis añadir una cucharadita de miel y, además de que no os imagináis lo bueno que está, es un desayuno enormemente saciante, con el que vais a tener energía toda la mañana y nada de hambre. Pero, si además soléis hacer ejercicio, el plátano de Canarias os va a ayudar muchísimo. Es una gran merienda si soléis hacer deporte después del trabajo, ya que vais a quemar completamente su aporte calórico pero os van a quedar sus increíbles ventajas nutricionales, como el potasio, que os ayudará en la regeneración de masa muscular. Así, el deporte dará mejores resultados. Y teniendo en cuenta que cuanta más masa muscular, más energía quemamos, todo son ventajas, ¿no?