Los que ya me conocéis sabéis que a mí el frío me gusta bien poquito, pero si hay algo por lo que me gusta es porque llega la temporada de castañas y las calles de la ciudad huelen a ellas.
Ir de compras o simplemente de paseo por el centro de las ciudades y encontrarte a las castañeras y castañeros asando este maravilloso fruto seco y sirviéndolo en esos cucuruchos de papel que tanto me gustan… ¡Eso no tiene precio!
Igual que no tiene precio comprarnos una sartén para asar castañas y hacerlas en la lumbre (para los que tengan una buena chimenea en casa).
Y más sabiendo que son perfectas para ayudar a perder peso.
Las castañas son un fruto seco riquísimo en nutrientes, con un gran aporte de fibra e hidratos de carbono y con muy poquitas calorías (190 calorías/100 g).
Las castañas son además una importante fuente natural de minerales como el fósforo, calcio, hierro, zinc, magnesio, yodo y en menos cantidad cobre.
Con todas estas propiedades tenemos que hablar de beneficios para la salud porque tienen muchos:
- Como os decía al principio, las castañas ayudan a la pérdida de peso porque son saciantes debido a su alto contenido en fibra e hidratos de carbono complejos. Se pueden incluir, sin excedernos, en dietas para adelgazar. Además contienen aminoácidos esenciales ideales para veganos y deportistas.
- También son muy buenas para mantener los dientes y huesos sanos gracias al calcio, fósforo y magnesio que contienen.
- Al ser ricas en minerales y vitaminas del grupo B son ideales para el buen funcionamiento del sistema nervioso y para prevenir alteraciones o enfermedades de tipo neurológico.
- Son aptas para diabéticos y para celiacos y personas sensibles al gluten, para los primeros porque tienen carbohidratos de absorción lenta que ayudan a que no se produzcan picos de insulina en sangre y para los segundos porque la harina de castaña no contiene gluten y es una opción muy saludable.
- Además son muy recomendables para el corazón, ya que tienen grasas muy saludables y nos aportan ácidos grasos omega 6 y omega 3, y no tienen colesterol. Favorecen el tránsito intestinal gracias a la fibra que contienen, como tienen poco sodio y potasio son aptas para hipertensos y nos pueden ayudar a subir los niveles de hierro en casos de anemia y cansancio.
Si vais al mercado a comprar castañas frescas coged las que estén más duritas y prietas, que no tengan manchas ni cortes y que tengan ese lustre y brillo que las caracteriza.
Y ahora que tenemos las castañas en casa vamos a preparar una receta que me encanta y es muy de temporada, un arroz con castañas.
Lleva arroz, setas, calabaza y castañas y un poquito de Queso Idiazábal ahumado. Este queso vasco es muy conocido por su sabor, y os lo recomiendo con un toque ahumado ya que ese gusto lo absorbe el arroz y queda un risotto riquísimo y diferente.
Preparación (para 4 personas):
Picamos media cebolla, la ponemos en una sartén con un poquito de aceite y la pochamos. Añadimos el arroz (calculamos para 4 personas), lo salteamos y echamos un chorrito de vino blanco. Removemos bien para que se evapore. Es el momento de echar la calabaza picada (unos 100 gr), las castañas (3 o 4) peladas y troceadas y las setas (como unos 100 gr).
Ahora hacemos el arroz de la forma tradicional, añadiendo el doble de agua y dejándolo cocer. Cuando ya esté prácticamente hecho el arroz añadimos el queso Idiazábal al gusto. Lo mezclamos todo bien y añadimos un chorrito de nata líquida para hacerlo más cremoso.
¡Para chuparse los dedos!
Hay que aprovechar las verduras y productos naturales que nos ofrece el otoño, como las castañas, para animar nuestra cocina y nuestra salud a pesar del frio y de las lluvias.