La ortiga, un regalo de la naturaleza
Aunque muchos piensen en la ortiga como una mala hierba y la relacionen con los picores que produce cuando la rozamos, la ortiga es una planta que se ha consumido desde tiempos antiguos debido a sus numerosos beneficios.
Más allá del escozor que genera el ácido que se encuentra en sus hojas, que incluso puede provocar ronchas y otras reacciones, se pueden elaborar multitud de platos y su sabor sorprenderá a más de uno.
La ortiga, por su composición, es a la vez alimento y medicina.
Ya sea hervida, salteada con nueces o piñones, en zumo, en infusión, integrada en sopas, empanadas o tortillas, la ortiga da mucho de sí.
Y además es muy nutritiva, cien gramos de ortiga aportan 480 mg de calcio, nada menos que un 60% de las necesidades diarias. En cuanto a las vitaminas, destacan la provitamina A, la B2 y el ácido fólico, y sobre todo la vitamina K, pues 100 g de ortigas suministran el cuádruple de la necesaria.
La ortiga fresca, recién cosechada, se aplicaba en medicina popular sobre la piel como revulsivo, de manera que la picazón aliviase el dolor en problemas reumáticos y lumbalgias.
Tiene diferentes propiedades terapéuticas, que van desde aportes nutritivos hasta el fortalecimiento de las defensas. En estos momentos tan desconcertantes e inquietantes que vivimos con la Covid-19, la ortiga puede ayudarnos a controlar catarros y alergias. Entre sus múltiples beneficios, sobre todo en la infusión de ortiga, se encuentran:
Descongestivo y astringente: Ayuda a mejorar el sistema respiratorio y la salud de los pulmones en las situaciones de bronquitis, asma o neumonía.
Desintoxicante: El té de esta ortiga consigue desintoxicar el hígado. Además consigue mejorar el funcionamiento de los riñones y estimular el sistema linfático.
Antiinflamatorio: Ayuda a tratar las molestias en las articulaciones. También contribuye a la eliminación de ácido úrico en el cuerpo.
Galactagogo: favorece la producción de leche materna y también es importante para distintos niveles hormonales.
Expectorante y antialérgico: Se utiliza para tratar los casos de asma, pero también para las alergias de la piel como cuando hay picazón y congestión nasal.
Hay que destacar también sus valores nutricionales ya que es una de las plantas medicinales más nutritivas. Si elaboramos una infusión de ortiga, con unos 10 gramos, nos aportará casi el 40% de la cantidad diaria recomendada de calcio, pero también vitamina C, hierro y magnesio.
De hecho el té de ortiga se emplea como tratamiento natural para solucionar los casos de anemia, sobre todo entre las mujeres en estado de gestación y evitar así problemas con el sangrado después del parto.
Y también se le atribuye un efecto preventivo ante la caída del cabello, por lo que se utiliza en fórmulas anticaída para fortalecerlo.
Además es una planta muy rica en compuestos bioactivos por lo que se considera una de las plantas más importantes utilizadas en fitoterapia.
Cuando tengo las uñas muy frágiles, lo que me ocurre a menudo, me tomo un suplemento alimenticio con ortiga: Forti-Nails de In.Vitta que incluye ortiga en su formulación.
También está la ortiga de Fenioux, o la Ortiga Verde de Soria Natural.
Con la suplementación vamos a cuidar nuestra piel y protegernos en los cambios de estación de la caída del cabello.
Ahora ya miro a la ortiga de otra manera, porque de verdad es un regalo de la naturaleza.