Tantos años conociendo a mi querido Padre Ángel y ahora me entero que es natural del Principado de Asturias.
En estas semanas mi pensamiento vuelve a girar en torno a esta tierra tan maravillosa y que tan bien me ha acogido siempre, ya que van a tener lugar dos acontecimientos que a mí me tocan el corazón.
Hoy, viernes 18 de octubre, tiene lugar la entrega de los Premios Princesa de Asturias 2019 en el Teatro Campoamor, unos premios que me gustan especialmente porque prestan especial atención al mundo hispánico, aunque no se limitan solo a él y premian a personas muy relevantes del mundo de las Artes, Comunicación y Humanidades, Cooperación internacional, Deportes, Letras, Ciencias Sociales, Investigación científica y técnica, y Concordia.
En concreto hay un Premio que me emociona mucho y es el de Cooperación Internacional, que este año recae en Salman Khan y su Plataforma Khan Academy que ofrece material educativo gratuito, a través de internet, para todas las edades, en cualquier lugar del mundo. Tiene más de sesenta millones de usuarios registrados en 190 países, y opera en más de treinta idiomas.
Me quito el sombrero de verdad ante todas estas personas, empresas, colectivos y fundaciones que tienen este tipo de iniciativas solidarias para ayudar a los que menos tienen, a los que de verdad lo necesitan porque se encuentran en situaciones realmente precarias y no pueden acceder a los recursos que tiene la mayor parte de la sociedad, bien sea en sanidad, educación o en vivienda.
Creo que uno de los objetivos que todos deberíamos tener en mente es “erradicar la pobreza”, porque como dicen expertos en la materia: "la pobreza no es solo carencia material, sino también imposibilidad para desarrollar la vida con salud”.
Ayer, jueves 17 de octubre, fue el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza 2019 y a mí me gustaría aportar mi granito de arena y creo que una buena opción es hacerlo de la mano de mi querido Padre Ángel y de mi amiga Marta García, ambos nacidos en Asturias y padrinos de la Fundación Pondera, una Fundación muy joven que lucha por erradicar la pobreza ofreciendo a las personas y a las comunidades los recursos y capacidades necesarios para que sean ellos mismos quienes afronten su proceso de desarrollo de manera autónoma. Les ayuda y les enseña a “gestionar”.
La Fundación Pondera se presenta en Oviedo el próximo 7 de noviembre en el Hotel Castillo de la Zoreda 5* (Oviedo) con una cena benéfica, en la que se presentarán los proyectos e iniciativas que van a desarrollar.
Me consta que tienen un equipo humano con una dilatada formación y experiencia en cooperación al desarrollo y en gestión, especialmente en el sector sanitario.
Aunque pone el foco en países y contextos de pobreza, la fundación trabaja globalmente sin priorizar ningún continente o región en particular. En España promueven acciones de sensibilización, comunicación y/o captación de fondos, encaminados a la difusión de los proyectos de la fundación y/o la obtención de la financiación necesaria para su ejecución.
Actualmente la fundación presta servicio a más de un millón de personas. Las primeras intervenciones se están llevando a cabo en países de África subsahariana y en Ecuador.
Entre sus proyectos activos están la gestión de hospitales en Camerún y RD del Congo, escuelas en Senegal y centros de promoción rural en zonas de Ecuador.
A pesar de ser una organización muy joven, Pondera atiende a nada menos que seis hospitales y una población total de 1.106.000 habitantes (más o menos como el Principado de Asturias, Extremadura o las Islas Baleares).
Según explican en la Fundación: “Hacemos que las entidades de gran impacto social existentes, principalmente hospitales, funcionen. Tomamos medidas estratégicas conjuntamente con los socios locales in situ. Luego, les facilitamos profesionales pro bono, alianzas eficaces y proveedores comprometidos a largo plazo. Esto es extremadamente rentable y puede aumentar exponencialmente los resultados en aquellas comunidades más necesitadas. Aportamos innovación y talento en territorios vulnerables para generar valor en entidades con gran impacto social”.
Os he hablado de esta Fundación por quienes son sus padrinos y por el cariño que me une a ellos, pero es solo un ejemplo de la generosidad de tantas y tantas ONGs sin ánimo de lucro que luchan por erradicar la pobreza ya sea en nuestro país o fuera de nuestras fronteras. Pienso que hay que dar visibilidad a esta situación y sensibilizar e impulsar cambios sociales y políticos que rompan con la injusticia social y las desigualdades.
Por eso hoy, mi pequeño granito de arena tiene un objetivo: erradicar la pobreza. Y muchos granitos de arena pueden convertirse en una playa.