¿Unas cejas diseñadas solo para ti? ¡Sí!
Hemos hablado algunas veces acerca de lo importante que es tener unas cejas bonitas y con carácter. Pero hoy, de lo que quiero hablaros es de una nueva técnica que he conocido gracias a 3D Eye Style y que he podido ver que tiene unos resultados asombrosos. Bueno, quiero hablaros de la técnica pero, sobre todo, de la importancia de que no nos den gato por liebre a la hora de someternos a este tipo de tratamientos con resultados tan definitivos, ya que la mala praxis de algunos suele tener consecuencias nefastas en otros. La técnica de la que os hablo es el microblading, y lleva tan solo cinco años en el mercado internacional y prácticamente acaba de llegar a España. Es una técnica que permite un resultado semipermanente y que permite diseñar la ceja pelo a pelo, obteniendo unos resultados mucho más realistas que con el clásico tatuaje. Ana, de 3D Eye Style, explica que la principal diferencia con el tatuaje es, además de que estéticamente queda mucho mejor e infinitamente más natural, ya que crea una “sombra” que da volumen a la ceja, que “la profundidad cutánea en la que se trabaja es menor que en el tatuaje, ya que estos se sitúan en la capa intermedia de la piel, la dermis, mientras que en el microblading trabajamos en una capa más superficial, la epidermis, que se lleva el pigmento poco a poco y crea una ceja mucho más real que con la micropigmentación”. Para ello, también usan materiales distintos, ya que al no tener que llegar a capas más profundas de la piel no son necesarias agujas tan gruesas y poco manejables como en otras técnicas. “Para el microblading usamos un lápiz y una aguja que se puede elegir en función del resultado que se quiera conseguir y con la que vamos trazando cada pelo de forma individual”, explica Ana. De esta manera, esta técnica sirve tanto para diseñar la ceja como para hacerla más espesa.
“Es muy importante conocer muy bien el proceso por el que vamos a pasar e informar bien al cliente, tanto de lo que va a conseguir como de qué manera curarse, por ejemplo”, dice Ana. Hay que tener en cuenta que los resultados de esta técnica difieren mucho de un paciente a otro. Si bien, por ejemplo, la duración media está estipulada entre año y medio y dos años, “todo depende del cliente ya que, por ejemplo, una piel muy grasa puede reducir el resultado, ya que la grasa diluye el tinte”, explica la experta, incidiendo en la importancia que es hacer un estudio previo de la piel del cliente. “Por lo general yo desconfiaría de alguien que pretenda hacernos este tratamiento en una hora y ya está. Hay que conocer cuánto se expone el cliente a la luz solar, si tiene algún tipo de enfermedad hormonal… no puede ser llegar y hacerlo sobre la marcha, ya que también hay que hacer una pequeña prueba para saber si tiene alergia a los pigmentos. Hay que saber qué tipo de pigmento se usa, ya que los naturales, por ejemplo, tienden a desestabilizarse muy rápido. Así mismo, el cliente debe ser informado de los cuidados posteriores, ya que en definitiva estamos haciendo un corte pequeñito en el que se introduce un pigmento y la piel tiene que volver a cerrarse”. Esta curación suele ser de unos siete días, durante los cuales hay que ponerse una crema especial. “Es importante, además, que durante las horas previas no se haya consumido nada que pueda variar la densidad de la sangre porque si no coagula el tratamiento no tendrá resultado”, dice Ana.
En cuanto a los resultados, justo en el momento de hacerlo las cejas quedas mucho más oscuras de lo que será el resultado final. Cuando se cura se va perdiendo el color bastante, y luego vuelve a subir. “No es hasta la cuarta semana, con un 30 o 40% menos del color inicial, que veremos el resultado definitivo. Es ahí cuando se pueden hacer retoques, ya que se habrá perdido entre el 10 y el 15% de los trazos de pelo y, si se quiere un resultado más marcado, simplemente se repasan”, dice Ana. También remarca que hay que hacer un diseño de la ceja. No a mano alzada, sino con un estudio previo, teniendo en cuenta muchos puntos del rostro y la proporción. “Siempre tiene que ser personalizado”, dice. “Estos tratamientos tienen un efecto muy poderoso sobre el autoestima, para bien y para mal. Si quedan bien son fantásticos pero si quedan mal no es algo que se pueda ocultar fácilmente, así que pueden ser devastadores. Hay que estar muy seguro y habérselo pensado mucho antes de hacerlos porque es algo que vas a llevar en la cara por más o menos tiempo, ya que si queda mal hasta que no se cure del todo no vamos a poder hacer nada para solucionarlo”.
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