Cuidar nuestra sonrisa es algo que va mucho más allá de lavarnos los dientes. A veces, ya sea por miedo a ir al dentista o por despiste, nos olvidamos de la importancia que tiene y llegamos a tener problemas bastante graves en una zona tan vital para todos como es la boca. La semana pasada estuve en la clínica CIRO, en Madrid, para hacerme la limpieza habitual, y allí estuve hablando con la Dra. María José Jiménez, especialista en periodoncia, que me explicó la importancia de esas limpiezas y las consecuencias que puede tener una pobre higiene bucal. “La boca está llena de bacterias que acaban formando la placa, que no se puede eliminar solo con el cepillado ya que este no llega entre los dientes. Es conveniente utilizar seda dental y así eliminar la placa alrededor de los dientes, que además produce caries, y hacerse dos limpiezas profesionales al año, ya que solo a través de ellas se puede eliminar del todo”.
A todos nos han sangrado las encías alguna vez al lavarnos los dientes, o tenemos un poco de sensibilidad dental cuando tomamos algo muy frío o muy caliente. A veces, incluso, podemos tener gingivitis, que si se trata adecuadamente no debería tener mayores consecuencias. Sin embargo, tal como me explicaba María José, “es muy importante observar esos sangrados, ya que si son muy continuos pueden ser síntoma de la enfermedad periodontal, que implica la pérdida del hueso que sujeta los dientes y la pérdida de encía”. Pero, si el sangrado es uno de los primeros síntomas, en el caso de los fumadores es otro cantar, ya que “el tabaco inhibe los vasos sanguíneos y no se produce el sangrado, por lo que en la mayoría de los casos lo detectamos bastante tarde. Otra de las primeras señales que notan los pacientes es que se encuentran unos triángulos negros entre los dientes, donde antes había encía. Además, los dientes empiezan a moverse porque hay menos estructura ósea”.
En el caso de la clínica CIRO, a través de un estudio periodontal se mide la distancia entre el diente y la encía desde seis puntos diferentes del diente, que no debe superar los dos o tres milímetros. También se hace una radiografía para comprobar el daño a nivel óseo. En el caso de confirmar la enfermedad periodontal, se realizan una serie de estudios microbiológicos que permiten poder actuar de manera personalizada, lo que ayuda a atajar la enfermedad de manera más efectiva. “Que la enfermedad no avance depende del grado en el que este cuando se detecta. Toda la pérdida de encía en altura no se recupera”, explica Maria José. Por ello, lo importante es prevenir. “Las limpiezas profundas se deben hacer a partir de los 14 o 15 años. Antes también, ya que siempre hay que mantener la higiene correcta en la boca. A los bebes, por ejemplo, cuando empiezan a salirles los dientes, es muy conveniente limpiarles la boca con una gasita mojada”.
Por eso, durante la niñez se pueden hacer limpiezas que se limiten a pulir el diente y a eliminar la placa que se haya podido formar entre ellos, pero más adelante se deben hacer limpiezas en profundidad, que impiden que la encía se inflame y que las bacterias se muevan en el flujo sanguíneo hacia otros dientes. “También se hacen curetajes, que son pequeñas cirugías para que la enfermedad no se expanda, eliminando las bacterias acumuladas por debajo de la línea de la encía. De esta manera, lo que se consigue es que la enfermedad no tenga daños irreversibles, como puede ser la pérdida de piezas dentales”, dice María José.
Desde luego, yo salí encantada de la clínica CIRO tanto por la profesionalidad con la que tratan a los pacientes como por la información que nos dan, ya que ser conscientes de las consecuencias que puede tener cómo tratemos nuestra boca es un factor vital.
La clínica CIRO está en la calle Príncipe de Vergara, 44 (Madrid). Para más información, podéis llamar al 915 773 944 / 915 773 955 o entrando en su página web.