Con el paso del tiempo nuestra piel cambia de aspecto. Comienza a perder firmeza y eso es algo que no únicamente vemos en nuestra cara, sino en todo el cuerpo. Uno de los sitios en los que más se percibe este cambio es en la cara interna de nuestros muslos, y es que aunque hacer ejercicio y comer bien siempre ayuda, esta zona es una de las más conflictivas a la hora de querer mantenerla firme y tonificada.
La flacidez de esta zona de nuestro cuerpo se puede combatir de diversas formas, tanto quirúrgicas como no, pero actualmente, con lo avanzada que está la medicina estética, el paso por el quirófano se convierte en algo que la gente prefiere y puede evitar en la mayoría de los casos. He hablado con la Doctora Matilde Bayton, especialista en medicina estética, para que me hable un poco más de la técnica de los hilos tensores.
El tratamiento con hilos tensores no requiere una gran cantidad de tiempo, es más, normalmente en una única sesión de alrededor de una hora se suele llevar a cabo. La Dra. Bayton me contaba que mucha gente viaja a verla por un día, en el que se hace el tratamiento y luego vuelve a su cuidad de origen. Aunque los hilos por lo general se conocen más por su uso en el rostro, actualmente se utilizan en diversas partes del cuerpo, cara, brazos, escote, abdomen, piernas…
El tipo de hilo que se suele utilizar en este tratamiento son los hilos de polidioxanona o PDO, un material reabsorbible por nuestro cuerpo y que no produce ningún tipo de intoxicación. Estos hilos se introducen bajo la piel gracias a una aguja muy fina, o cánula, más o menos del mismo tamaño que la aguja con la que se pone bótox. Al retirar la aguja, el hilo ya queda tenso sin necesidad de amarrarlo a nada, tensando con esto la piel.
Además de este primer tensado producido por tensar los propios tejidos de nuestro cuerpo, los hilos promueven la producción de colágeno y elastina propios de cuerpo en la zona que se ha tratado. Tardan aproximadamente un año en reabsorberse por completo, pero gracias a esta producción de colágeno que provocan, los efectos de una piel tensa y tonificada duran unos cuantos meses más.
Como os decía, el procedimiento es rápido y se realiza en consulta y de forma ambulatoria con anestesia local. Los hilos que son de tipo monofilamentos se ponen formando una malla, lo que sujetará la zona y ayudará a estirarla. La Dra. Bayton me decía que según el caso a tratar, se ponen más o menos hilos, pero es muy importante cubrir toda la zona a tratar y no quedarse cortos.
En ocasiones, algunas clínicas ofrecen poner los hilos de poca cantidad en poca cantidad, como por ejemplo de 10 en 10 y cada aproximadamente dos semanas. Esto hace que después de los 15 primeros días, cuando ya ha pasado la hinchazón y los hilos empiezan a tener efecto, este se interrumpa y se vuelva a provocar una hinchazón, haciendo que no haya ningún efecto y no valga para nada, me comentaba la Dra. Bayton.
Al aplicarse con agujas tan pequeñas, no es necesario poner puntos y no quedan marcas como quedarían con una intervención con paso por quirófano. Por lo general, los médicos después ponen cinta quirúrgica donde se ha puesto la aguja, pero con eso es más que suficiente.
Tras el tratamiento, se recomienda aplicar frio en la zona para calmar las molestias y la hinchazón que pueda aparecer, aunque desaparece a los pocos días, al igual que pequeños hematomas que puedan aparecer. Las recomendaciones tras poner los hilos son no realizar ejercicios ni masajes fuertes, pero hay gente que se incorpora a la vida normal incluso el mismo día. Pero al tratarse de una zona un poco más molesta, se suele tardar más.
La Doctora Bayton al mes y medio del tratamiento y a los 3 meses, aplica radiofrecuencia y ultrasonido en la zona tratada, lo que alarga la vida del hilo y con ello la producción de colágeno de la piel, ya que podríamos decir que la piel “se vuelve vaga” y hay que darle vida.
Gracias a este tratamiento, no se crea una dependencia a la clínica, para varias sesiones de un tratamiento, en una sola ya está. Aunque el tratamiento es compatible con muchos otros. La Dra. Bayton suele combinarlo, según las necesidades de cada paciente, con Silicio DMAE, hialurónico, péptidos… por lo general precursores de colágeno. Pero también con diferente aparatología tensora, como radiofrecuencia.
Quienes se someten a este tratamiento una vez, al repetir al año siguiente siempre presentan un mejor aspecto, por lo que la cantidad necesaria que hay que poner siempre es menos. Lo que se produce es un ralentizamiento del envejecimiento.
Como siempre os digo, averiguad bien antes de someteros a algún tratamiento de este tipo dónde y quién os lo hace, que tenga la experiencia necesaria y sea en un lugar en el que tengáis todas las garantías, ya que algo que puede ser muy gratificante para uno, si sale mal puede ocasionar efectos secundarios negativos y convertirse en la peor decisión.
Siempre os tienen que hacer un tratamiento personalizado adaptado a vosotros, ya que según las necesidades que tengáis incluso se van a utilizar, además de los hilos de tipo monofilamento para crear una malla, espiculados para crear un mayor tensado de la zona.