No hace mucho os hablaba de lo aficionada que me estoy volviendo a hacer mi propio pan en casa. Y como el tiempo es oro y muchas veces nos puede más lo que con ir al super y comprarlo lo tenemos, decidí comprarme una panificadora y empezar a crear mis propias recetas.
Os puedo asegurar que ha sido una inversión acertadísima, ya que en muy poco tiempo y de una forma facilísima consigo unos resultados deliciosos y muy diferentes entre sí. Simplemente hay que introducir en ella los ingredientes que queramos y prácticamente nos podemos olvidar, ya que la panificadora lo amasa y cuece. Y esto es muy importante, ya que al ser un aparato tan pequeño utiliza muy poca electricidad en comparación con el horno, además de ser infinitamente más rápido, por lo que también va a suponer un ahorro en la factura de la luz.
Además del hecho de ahorrarnos el paso de amasar nosotros mismos el pan, con el consecuente lío que podemos armar en la cocina, sobre todo si tenemos niños pequeños en casa, lo que me encanta de este pequeño electrodoméstico es que es súper limpio: no hace falta llenarlo todo de harina, ni tener que limpiarlo todo después, así que eso también es un valiosísimo tiempo que nos ahorra. Pero, si hay algo por lo que me convence muchísimo es por el hecho de poder controlar tú mismo los ingredientes que le echamos al pan. Los celiacos, los intolerantes o alérgicos a algún tipo de grano... siempre tienen mucho más difícil poder comprar pan ya elaborado, porque no se sabe con seguridad si ha estado expuesto o no a contaminación cruzada, qué tipo de harina se ha utilizado, si hay trazas de alguno de los componentes que nos sientan mal... Por eso, mejor hacerlo en casa, midiendo la sal, la fibra, el tipo de harina... Incluso podemos hacer panes dulces para la merienda, tipo brioche, que a los niños les encanta, pero sustituyendo el azúcar por un poco de miel o la leche por leche de almendras, por ejemplo.
Yo os aconsejo que a la hora de comprar la panificadora tengáis en cuenta algunos aspectos. En primer lugar, a mi me parecía muy importante que, más que que tuviera muchos programas, que tuviera más de un recipiente. De esta manera, te aseguras que puedes hacer distintos tipos de masas y de panes: de molde, más tipo baguette... Esto es muy importante, sobre todo, cuando vamos a hacer un pan del estilo del pan de centeno, que tiene una consistencia mas densa que el pan normal pero no tan suave como el pan de molde, por lo que la forma y la cocción es diferente. También me parece indispensable la opción del temporizador, ya que te permite tener el pan listo y calentito para la hora que quieras, o simplemente poner todos los ingredientes en la máquina, programarla y olvidarte.
Por último, os aconsejo que investiguéis, que seáis curiosos, que os hagáis con un buen libro de recetas, pero también que indaguéis por internet, ya que podéis encontrar cosas increíbles. De hecho, si os hacéis con una buena panificadora las opciones se hacen casi infinitas, ya que podemos conseguir distintas masas, como para pizza, por ejemplo, o incluso postres. Así que ya sabéis, si os gustaría adentraros en una alimentación sana y, sobre todo, en la que seamos conscientes de lo que comemos, no dejéis pasar la oportunidad de tener una panificadora y hacer vuestras propias creaciones.